martes 19 marzo 2024

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por etcétera

De 1977 a 1996 ocurrió un cambio mayor en la política de México. Una serie de reformas que nos hicieron escapar del autoritarismo y posibilitaron una multitud de cambios políticos, de manera legal y pacífica. Ese largo periodo histórico, que duró toda una generación, lo hemos bautizado como transición democrática.

En paralelo, ese México vivió además vastas transformaciones en los órdenes económico, social y demográfico, y ostensiblemente fracasó en conducir tales transformaciones: enfáticamente en materia económica y dramáticamente en materia de seguridad.

Sin embargo, en materia política lo hicimos razonablemente bien, pues por primera vez en 200 años (subrayo, en dos siglos) la transmisión del poder ocurrió pacíficamente, sin despeñarse en desorden social, violencia o guerra civil. Dicho en sus letras: la transición democrática cumplió una asignatura histórica, inauguró una época: la era de las elecciones como vehículo para el cambio de gobierno.

Eso explica que se haya transmitido la Presidencia de la República desde el PRI al PAN en 2000, del PAN al PRI en 2012 y del PRI a Morena en 2018. El triunfo del presidente López Obrador es la prueba viviente de que reglas e instituciones político-electorales funcionan.

El poder se dispersó, el Congreso de la Unión perdió mayorías, los gobiernos de los estados cambiaron de signo igual que los municipales, se activaron los mecanismos constitucionales, pesos y contrapesos por primera vez, y las libertades cívicas se ampliaron como nunca.

Esto no encaja con la mitología según la cual la democracia mexicana (y, por si fuera poco, las virtudes públicas) comenzó ayer, en 2018, mediante la epopeya protagonizada por una coalición redentora que ha venido a refundarlo todo, a desmantelarlo todo —sorprendentemente— a desmantelar incluso aquello que funciona. Una fábula al mismo tiempo infantil y destructiva. La realidad, sin embargo, transcurrió por otra parte y es bastante más compleja.

En 1989, después del fraude electoral (cuya cara y apellido pertenece a uno de los personajes más rutilantes del gobierno actual) un grupo de mexicanas y mexicanos decidimos agruparnos para estudiar e intervenir, según nos fuera posible, en la construcción de la democracia mexicana.

Más información: http://bit.ly/2tUkval

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