Hace poco más de 20 años, el 11 de mayo de 1997, Salvador Guerrero Chiprés, reportero de La Jornada, le preguntó al cardenal y arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, su opinión respecto a las acusaciones de abuso sexual contra Marcial Maciel Degollado y el jefe de la jerarquía católica respondió:
“Son totalmente falsas, son inventos. Y tú nos debes platicar cuánto te pagaron”.
Las pruebas abrumaron e indignaron a amplios sectores de la sociedad: Marcial Maciel fue un criminal. Y ahora en estos tiempos, Norberto Rivera, quien defendió al cura, no ofreció disculpas de la iglesia a sus víctimas ni reconoció su error, es investigado por la PGR por los delitos de encubrimiento de 15 sacerdotes pederastas, según la demanda del excura Alberto Athie.
Ya veremos hasta dónde llega la investigación de las autoridades, lo que puede afirmarse desde ahora es que, en México, ningún actor político ha enfrentado al enorme poder clerical y acaso por eso es que Norberto Rivera se dice muy tranquilo. Como sea, los crímenes que representantes de la iglesia católica han cometido, no pueden o no deben quedar impunes.
Marco Levario Turcott
