viernes 29 marzo 2024

TV Azteca viola la ley

por Marco Levario Turcott

Agradecemos a TV Azteca por incorporarse a este ejercicio de intercambio de ideas con el que pretendemos que el lector revise algunos de los elementos esenciales para tener una opinión entorno de la oferta Hi-TV, que la empresa decidió poner en marcha hace varios meses. Reconocemos esa actitud, aunque el texto que nos fue remitido sea esencialmente el mismo que Milenio diario publicó el 18 de mayo pasado. La siguiente es la posición editorial de etcétera.

Con el servicio de televisión restringida que TV Azteca integró al mercado nacional a principios de este año, la empresa no sólo no se incorpora a la política de transición de la televisión analógica a la digital sino que subvierte la estrategia y la norma diseñada para tal efecto por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y que fue publicada el 2 de julio de 2004.

En cambio, el empleo de frases de índole discursiva, como la de que ningún país puede abstraerse de la digitalización y de que ello implica un proceso al que debe transitarse rápidamente y que, entonces, lo que hace la televisora es por México, elude la cuestión de fondo: los intereses empresariales de la televisora son el impulso que la lleva a transgredir la ley.

La puesta en marcha del servicio de Hi-TV, entonces, supone un alegato jurídico que cobije a esa decisión arbitraria la cual, por cierto, inició de manera subrepticia. Pero ni siquiera un ex ministro de la Suprema Corte de Justicia puede desdeñar, sin incurrir en la falta de ética y de soporte legal, el hecho de que la transición digital tiene plazos hasta su culminación que es el 31 de diciembre de 2021; o sea: el concesionario no es quien delimita los tiempos aunque diga que lo haga por México y su gente. Salvador Rocha Díaz tampoco puede ignorar, sin violar los ya dichos preceptos deontológicos y normativos, que la ley establece la obligación al concesionario de solicitar a la SCT la respectiva autorización para prestar servicios de telecomunicaciones y que ésta puede o no ser otorgada, como no lo fue. Tan esto es así, que el propio ex ministro omite decir que, el 9 de septiembre de 2008, la Cofetel le negó la solicitud respectiva a TV Azteca como “prestadora de servicios de valor agregado”, razón por la cual la empresa Hi-TV opera mediante un amparo concedido el 9 de abril de este año al sostener el juez que:

“Las redes de canales concesionados a la quejosa Televisión Azteca son considerados como Redes Públicas de Telecomunicaciones“. El subrayado es nuestro para hacer notar que Salvador Rocha no sólo no informa de esto sino que incluso niega que Hi-TV sea un servicio de telecomunicaciones. (Por cierto, Cofetel interpuso el recurso de revisión respectivo el 23 de marzo y más allá del rebumbio mediático que se ha generado, en esas instancias se dará la resolución respectiva en los próximos días.)

Por razones como las antedichas los programadoresde HBO, ESPN y TNT, entre otros, retiraron sus señales de Hi-TV, servicio que además de todo es ilegal porque la televisión digital opera en el ámbito de la radiodifusión y el servicio de TV Azteca en el de las telecomunicaciones, como hemos visto. El asunto no es menor ya que, como seguramente sabe Rocha Díaz, la Suprema Corte invalidó los artículos 28 y 28 A de la llamada Ley Televisa y con ello imposibilitó que los concesionarios de servicios de radiodifusión prestaran servicios adicionales de telecomunicaciones. Es decir, TV Azteca utiliza el espectro para fines distintos de los que el Estado le otorgó la concesión. Aquí podríamos citar en extenso los artículos completos y las fracciones de algunos de ellos, comprendidos en lasleyes federales de radio y televisión y de telecomunicaciones que viola la empresa del Ajusto. Para no extendernos al respecto el lector los podrá revisar en el portal de etcétera.

Por otro lado, dice Rocha Díaz que los usuarios reciben la señal de manera gratuita y que para ello sólo se les vende el dispositivo idóneo. Y el asunto es tan simple, según él, como decir que si no tienes radio no puedes escuchar la radio. Pero no es así de sencillo ya que incluso cuando a alguien no le asiste la razón legal puede inventarse varios argumentos a modo para transgredir la norma, algo así como un aparato argumental para solventar la piratería. En este país, y mientras la ley no diga otra cosa, nadie puede vender radios, teléfonos y televisores junto con los dispositivos que sea para ver o escuchar señales distintas a las autorizadas. Por eso es que ningún empresario del ramo lo hace sin que sea regulado por la autoridad respectiva. Esa es una más, entre otras consecuencias perniciosas que podría tener la decisión de TV Azteca: que las otras radiodifusoras hagan lo mismo amparados en argumentos parecidos a los del ex ministro. Incluso él mismo solivianta: “Es importante precisar además que este derecho no es exclusivo para TV Azteca, es extensivo a cualquier concesionario de televisión abierta que se haya acogido a la política de transición a la televisión digital”.

Adicionalmente podría decirse que el servicio que ofrece TV Azteca es similar a los que prestan otros que sí están concesionados, pero que tiene la ventaja de ser más barato e incluso gratis. La coartada de que Hi-TV opera en el ámbito de la televisión abierta y que por tanto es de acceso directo al espectador se diluye si tenemos en cuenta que, además del uso ilegal de las frecuencias que le fueron asignadas a esa empresa, Hi-TV abre la posibilidad de que ese bien de la nación sea usufructuado mediante las estrategias de publicidad que todos conocemos, es decir, mediante la comercialización de espacios de propaganda tanto pública como privada. Cada año en promedio desde los últimos ocho, TV Azteca concentra poco menos del 20% de las respectivas asignaciones federales en esta materia, en el orden de la televisión abierta.

Un alegato adicional, con el que la televisora del Ajusco pretende dar verosimilitud y credibilidad a su decisión, se encuentra en su señalamiento de que lo que hace es para evitar el monopolio de la televisión restringida. Independientemente de la contradicción que hay en decir eso y luego señalar que el suyo no es un servicio de radiodifusión restringido, vale la pena hacer notar una inconsistencia mayor, así sea en el terreno de la retórica a la que remiten argumentos como ése: TV Azteca nada dice del actual monopolio que hay en la televisión abierta y que ostentan tanto Televisa como la propia empresa de Ricardo Salinas Pliego. Por México y su gente, creemos que valdría mucho la pena hacer notar ésa, que es no sólo una de las principales inconsistencias de la democracia en México, sino incluso uno de sus más señalados obstáculos.

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