viernes 29 marzo 2024

Transgresiones en Notimex

por Marco Levario Turcott

Sobre Notimex, durante poco más de diez años aquí en etcétera hemos ofrecido nuestro punto de vista acerca de las que consideramos notorias insuficiencias en el orden periodístico de su oferta informativa y editorial. Independientemente de quién esté al frente de la agencia, también hemos documentado diversas irregularidades administrativas entre las que han destacado las formas arbitrarias con las que resolvieron despidos en su plantilla de articulistas así como los de varios de sus funcionarios. Lo hemos hecho con el afán de contribuir a que en México se fortalezcan los medios públicos y, en particular, para que la Agencia de Noticias del Estado Mexicano opere con mayor eficacia y transparencia en su funcionamiento.

Con las antedichas motivaciones, esta vez detallamos lo que a nuestro entender muestra notorias irregularidades en las instancias de procesamiento editorial de Notimex. Nos referimos al circuito de participación ciudadana de la dirección, para lo que nos sustentamos en los datos siguientes.

De los requisitos para integrar al Consejo Editorial

Según el artículo 14 del Estatuto Orgánico de Notimex, estos son los requisitos para pertenecer al Consejo Editorial consultivo que, por cierto, según la estructura formal es el único órgano de contrapeso a las decisiones del director: a) ser mexicano por nacimiento; b) en pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos; c) ser mayor de 30 años de edad; d) contar con experiencia en medios de comunicación; e) tener por lo menos el grado académico de licenciatura por una universidad o institución de enseñanza superior mexicana o extranjera, con reconocimiento de validez oficial; f) ser postulado por algún organismo del sector social; instituciones académicas; medios de comunicación impresos y electrónicos, tanto públicos como privados y g) no pertenecer a partido político, ni ser representante de elección popular al momento de su nombramiento.

Sobre ese piso informativo, advertimos que una parte de ese Consejo, la que mayor empatía tiene con el actual director, el ex vocero del PAN, Héctor Villarreal, no reúne con aquellos requisitos para ocupar tal responsabilidad.

La consejera Ingrid Catalina Negrete Rosales, por ejemplo, aparece en el portal de Internet del Consejo Editorial como “Licenciada en Periodismo” egresada de la Escuela Carlos Septién García. Pero ello no es así. La Escuela de Periodismo Carlos Septién García informó a etcétera que Catalina Negrete tiene estudios cursados de esa carrera, pero que hasta ahora no ha obtenido el título de licenciatura correspondiente. En http://www. cedulaprofes ional . sep.gob.mx / cedula/ index Avanzada.act ion;jsessionid=377d858c7eef7b5e7fd918663918 con fecha 12 de diciembre de 2011, Negrete Rosales no aparece con cédula profesional de licenciada en periodismo por la Escuela Carlos Septién García ni por alguna otra insittución.

Por otro lado, el nombre del consejero Rubén Esaud Ocampo Castañares está en la página oficial de Notimex como “profesor” egresado del Instituto Superior de Estudios Prospectivos. Sin embargo, hay que señalar que el citado Instituto superior de Estudios Prospectivos no imparte estudios de licenciatura, sólo imparte estudios de posgrado, según los registros del Registro de Validez Oficial de Estudios expedido por la SEP números 983020 de fecha 13 de febrero de 1998 y 9941414 de fecha 26 de febrero de 1999. El señor Ocampo Castañares obtuvo cédula de licenciado en Periodismo con base en el Acuerdo 286 de la SEP apenas el 15 de noviembre del 2011, a pesar de que su nombramiento como consejero del Consejo Editorial de Notimex fue el 9 de septiembre del 2008, o sea, tres años antes. Más aún, según su currículum vitae publicado en http://archivos.diputados.gob.mx/comisionesLXI/nuevos_empleos/ponencias/ruben.pdf Ocampo Castañares ostenta funciones académicas que no corresponden con la acreditación a la que nos hemos referido: “en cuanto a TESIS Y SINODALÍAS”, ostenta, “tuve el honor de dirigir 9 tesis y conducir 3. Como Presidente en 6 exámenes profesionales, Secretario en 5, Vocal en 7 y Suplente en 6”.

El caso que más llamó nuestra atención es el de Miguel Ángel Sánchez de Armas. Según el oficio DCP/SCP/3314-AP/11-Folio 1103 de la Dirección General de Profesiones de la SEP no hay registros, después de una “búsqueda minuciosa”, de que “sea profesionista”. Sin embargo, Sánchez de Armas se presenta en el sitio oficial de Notimex como “Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas” egresado de la Universidad Popular del Estado de Puebla de la que además dice ser “Maestro en Ciencias de la Comunicación por la misma Universidad” y profesor de tiempo completo de esa institución. De acuerdo a la base de registros de validez oficial tanto a nivel federal como a nivel estatal no existe ningún registro de la carrera de Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, razón por la cual no pudo haber estudiado ahí. Aparte de todo ello, el jefe de prensa del PANAL no se llama como dice llamarse. Ni siquiera se trata de una “corrección de apellidos”, sino de un alias, esto porque cuenta con una fe de hechos notarial que hace constar que el Sánchez de Armas es un alias o nombre artístico y su nombre verdadero es Miguel Ángel González Sánchez o Miguel Ángel Sánchez González. Tanto sus alias como su nombre verdadero fueron investigados y ninguno tiene cédula profesional de licenciatura, menos de maestría.

En el universo de lo absurdo estos personajes elaboraron la política editorial de Notimex que establece: “La Agencia…, al ser un organismo de Estado, tiene como objetivo garantizar el derecho de los mexicanos a estar informados, así como el ejercicio del derecho de libertad de expresión y de prensa, planteados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, basados en la realidad social, política y económica del país, así como en ejes rectores de veracidad, imparcialidad, objetividad, pluralidad equidad y responsabilidad informativa”.

No sabemos si aquellos actos faltos de ética implican transgresiones legales. Y por ello solicitamos al doctor Ernesto Villanueva, coordinador del área de derecho de la información del Instituto de Investigaciones Jurídicas y miembro de ese Consejo Editorial, que nos escribiera un texto sobre qué debe proceder, y que reproducimos también en estas páginas.

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