viernes 29 marzo 2024

Sicarios arrepentidos

por Jorge Meléndez Preciado

El miércoles 24 de noviembre, en el canal Infinito, dieron a conocer un programa acerca de los sicarios en México. El asunto causó expectación en el comentarista Álvaro Cueva (Milenio Diario), quien lo recomendó ampliamente. Y debido al tema y el elogió publicado nos dispusimos a verlo.

Es cierto, no había existido un trabajo como el presentado. Máxime que no se trata únicamente de las entrevistas a tres supuestos o reales ajusticiadores, sino que hubo recreaciones malas y buenas, entrevistas a periodistas y especialistas y aspectos diversos acerca de una actividad que no obstante su mala calificación social es más común de lo que parece. Como anotó Alejandro Almazán (en el super le ponían Almazon), la consigna de muchos es: “Mejor vivir 5 años como rey que 50 como güey”.

Días anteriores, el 18 de noviembre, el periódico Reforma nos había informado que: “El Ponchis”, un sicario morelense de 12 años de edad, ha impactado a autoridades militares y civiles tras ser descubierta su crueldad en videos. Claro, en 1990 ya habíamos visto un adelanto en la película “Robocop 2”, de Irvin Keshner; realidad y ficción se entrelazan. Por eso no es tan cierto el lema de la empresa que mandó hacer el episodio: “Realidad que supera la ficción”.

Tres individuos se presentan. Dos que no se muestran: el Doctor y Drago y otro que tranquilamente está en una iglesia, Bravo. Ninguno tiene ni relación ni antecedentes similares, pero aceptan lo sabido y característico de los niños que crecen en problemas: la violencia familiar y el abuso sexual.

Drago, por cierto, tiene un algo que comparte con Lizbeth Salander, la heroína de la saga Millenium de Stieg Larson: trató de enfrentarse al padre con un cuchillo ya que no soportaba lo que hacía el señor con sus parientes; aunque no llegó a las alturas de la chica hackera, la cual quemó a su engendrador. Otra vez ficción y realidad.

Acerca de esa anomalía social la especialista Elena Azaola nos dice algo que es necesario remarcar: los niños descuidados, abandonados son presa fácil de la delincuencia. Algo en lo que coincide, Raúl Benítez Manut.

Diego Osorno, el compañero que sabe y ha escrito acerca del narcotráfico apunta: es lógico que los infantes con ese abandono y violencia tengan como ejemplo a “La Barbie” (Édgar Valdés Villareal) y no al astronauta José Hernández; quien, anoto yo, anda en las nubes mientras en la tierra los traficantes imponen su ley.

El Drago, que se lleva tiempo y presencia, de repente dice que al intentar perpetrar un asalto a un banco se quedó “perplejo”, “anonadado”, lenguaje poco común en quien asesinó a decenas de personas, se la pasaba en los gallos y andaban en francachelas, incluso con mujeres de sus enemigos. Pero en fin, quizá los lexicólogos deben hacer reflexiones serias acerca del idioma de los malosos.

Apuntes de un sicario: aprender a controlar sentimientos y recibir órdenes sin chistar, matar en 3 segundos, no dejarlos hablar, ni mirarlos a los ojos, antes no ejecutar niños ni mujeres (hoy ya no). Es decir, considerar a todos como objetos de los cuales prescindir. El periodista José Antonio Caporal evoca que el sicariato se desarrolla en 2001 y 2002.

Drago explica cómo mataron a una familia de 6 a 10 personas. El cerrajero de la casa les abrió la puerta, luego a las víctimas un gancho se les introducía en la nuca y los colgaban.

El último fue el padre, quien deseaba morir, dice el hablante, pero el matón le “reclama” que no hiciera nada para defender a los suyos (sic indefenso).

También sabemos por el anotado arriba que pagan informantes de todo tipo, de cuidadores de autos a otros. Muy conocido por quienes hemos andado en investigaciones: los narcos sobornan a comandantes y a taxistas, a lenones y meseros y un largo etcétera.

Elena Azaola: van 23 mil asesinados (entonces) y únicamente 65 consignaciones; récord mundial.

El Doctor y Bravo se convierten a la religión y a pesar de sus fechorías se creen salvados. Drago luego de una amplia exposición, no quiere regresar al mal pero necesita vengarse de sus enemigos que por poco lo matan. No lo lograron porque se hizo testigo protegido, aunque luego de usarlo lo mandaron a volar (horror).

El 95% de los sicarios muere y casi ninguno se regenera. Interesante y buen acercamiento. Pero…

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