viernes 29 marzo 2024

Por una ley de medios

por Jorge Meléndez Preciado

Los panistas resultaron adictos a la televisión, salen a cada rato (hasta Marta Sahagún apareció en programa de Eugenio Derbez, haciendo el ridículo). Pero Vicente será recordado por el Chiquihuitazo -el rapto del Canal 40 por parte de Tv Azteca- y la disminución al 10% del tiempo que correspondía al Estado, entre otras agresiones y regresiones. Y Felipe será célebre por no dar publicidad a informativos considerados hostiles, especialmente revistas, a las cuales se les invita a morir de inanición, y también nos acordaremos de él por darle largos plazos y facilidades a quienes desean estar en el triple play (¡pobres!) con el objeto de que puedan invertir. ¡Oh, Hacienda, generosa con los desvalidos! Ambos gerentes de Los Pinos, por cierto, no han movido un dedo para aprehender a los asesinos de 55 periodistas que han caído en los últimos nueve años. México, que no gana posiciones en nada, es medalla de plata en este asunto, luego de Irak, una nación en guerra (Benassini, dixit).

Hay múltiples propuestas en diversos terrenos, para que vaya adelante, ahora sí, una ley de medios públicos, para que se legisle el derecho de réplica y se cree un organismo que defienda a los periodistas, estimule su profesionalización y haga caso a las denuncias.

Por todo lo anterior, se presenta oportunamente el texto ¿Qué legislación hace falta para los medios de comunicación en México?, editado por Konrad Adenauer y Amedi. Se incluyen 72 opiniones, en general de una cuartilla, de quienes investigan, trabajan, sufren y gozan lo que deberían ser instrumentos de comunicación pero se han vuelto el segundo poder. En el volumen, dice el izquierdista Alaine Touraine, “el poder es hoy comunicación más que acción”.

Seguramente por ello, García Canclini apunta en el libro que “la videopolítica se volvió más decisiva que las reuniones en plazas y las movilizaciones urbanas de protesta”. La industria mediática, añade, representa casi el 10% del PIB en México. José Antonio Díaz, quien fue director de Notimex, dice que hubo payola política en 2009: medios que entrevistaron a candidatos mediante paga por debajo del agua. Varios están contra la spotización (propaganda incesante, banal y corta de los políticos).

Jacqueline Peschard apunta algo que debe encaminar como presidenta del IFAI: “asegurar que los medios electrónicos que utilizan el espacio público se sometan al estricto escrutinio público”. Otra buena cantidad de plumas señalan que ningún grupo debería tener más del 35% de los medios, ni entrecruzar sus intereses. Es necesario acabar con “la discrecional y parcial asignación publicitaria” (Omar Raúl). Hay que defender a periodistas y a los lectores de los gacetilleros (Sanjuana Martínez). Otras plumas muestran ejemplos de cómo en las telenovelas se hace propaganda a “grillos” o se induce a combatir el aborto (Guillermo Orozco y Alejandro Huízar). En fin, asuntos primordiales.

Controvertido es el mensaje de José Cárdenas: “si no tiene fuerza el Estado porque está sometido a los medios, entonces que el Estado se olvide de hacer leyes cuyo cumplimiento es y será menos que simbólico”. Contradictorio es Ciro Gómez Leyva al decir que “las televisoras concesionadas son dinosaurios en vías de extinción” y dos párrafos adelante echa flores al Canal del Congreso.

Rogelio Hernández López, ex colaborador de Milenio, argumenta con tino acerca de las protecciones legales que necesitan los periodistas para ejercer su oficio. Raúl Trejo Delarbre, en su presentación, anota: “se requiere que tengamos ciudadanos y no solamente audiencias”. Coincido con Cristina Romo: “que no se abra una nueva consulta. Las últimas no han sido otra cosa que distractores para no llegar al momento de legislar”. Hay, además, una presentación de Raúl Trejo a la que me sumo.

Pero no todo es derrota, hay experiencias de cambios: impedimos, la UPD y los reporteros, la Ley Mordaza del ex presidente Miguel de la Madrid con una manifestación en el Senado, donde una joven audaz puso un espadrapo a la estatua de Belisario Domínguez; los caricaturistas presionaron para aclarar el asesinato de Manuel Buendía, cada 30 de mayo publicaban su cartón en negro; mediante gestiones y presiones de la citada agrupación de informadores más el auxilio de columnistas, se logró que los diputados aprobaran el salario profesional de los periodistas .

Es hora de que la Amedi haga un plan de acción para transformar un país que se hunde por sus oligopolios y la estrechez de miras.

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