viernes 29 marzo 2024

Periodistas, hoy

por Gabriela Santana

Sigue siendo noticia la serie de intrigas, muertes y conjuras que han rodeado al asesinato de la periodista Anna Politkóvskaya, ocurrido en octubre de 2006. Las voces que se han levantado en distintas partes de Europa responden no sólo frente a un suceso, que en sí mismo conmueve, sino nos hablan también de una decepción generalizada frente al retroceso dela libertad de prensa.

En México sucede otro tanto. Reporteros Sin Fronteras contabilizó 20 periodistas asesinados durante el sexenio pasado, de los cuales siete ocurrieron en 2006. Esta cifra nos puso en el escandaloso segundo lugar, después de Irak, entre los países más peligrosos para ejercer el oficio periodístico.

Leer de tantos asesinatos, impunidad, casos de programas suprimidos, brutalidad policial, desaparecidos, incendios intencionados y demás presiones políticas para que no se transmita la verdad nos tiene que llevar a una forzosa reflexión. Expuestos por la complejidad de los temas que abordan y el escenario generalizado de violencia que se vive en el país, los profesionales de la noticia necesitan ser defendidos por la sociedad a la que sirven. Y es que si bien en el pasado el periodismo se asociaba a la idea de construcción, validación y consolidación de proyectos políticos, hoy en día, no puede concebirse objetividad e independencia en articulación con el poder.

Tal vez los periodistas que en décadas pasadas deseaban convertirse en estrellas mediáticas de la televisión, opinen hoy como muchos sectores de la sociedad que ya no hay la misma confianza hacia ese pequeño grupo de “dramatizadores” que detrás de altísimos sueldos hacen cuestionable la verdad al hacerse evidente su pertenencia a los grupos influyentes. Pero, por otro lado, ser un valiente opositor resulta una actividad en extremo riesgosa.

Para todo lo relacionado a la actividad periodística existe literatura como el libro de Stella Martini y Lila Luchessi: Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder, en el que se abordan los distintos territorios donde se mueve el trabajo periodístico, así como los desafíos y riesgos de la profesión.

Se trata de un libro escrito en el contexto del periodismo argentino, en el se incluyen testimonios recortados de entrevistas a manera de ejemplo de todo lo que puede aparecer en el mundo noticioso.

Lo interesante de este texto son las preguntas que las autoras generan entre las partes ensayísticas, como: ¿es realmente independiente el periodismo? ¿Cuáles son las fisuras que se producen en los medios más influyentes? ¿Se debe o no dar la cara respecto a las fuentes de información, las búsquedas y las negociaciones? ¿Hasta dónde llega el instinto periodístico?

Observar los modelos de otros países nos puede servir para valorar la situación mexicana del periodismo en su justa dimensión. Ciertamente queremos más y mejor información; más periodismo de investigación y mayor libertad de expresión, pero quienes están detrás del poder no parecen estar a la altura de las circunstancias. Arthur Rimbaud decía que las letras tienen colores. No permitamos que las palabras del periodista estén pintadas con sangre.

Stella Martini y Lila Luchessi, Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder, Editorial Biblos, Argentina, 2004.

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