viernes 19 abril 2024

Otro periodismo es posible

por Rubén Aguilar Valenzuela

Se habla de que el periodismo que se publica en papel está en crisis e incluso que va a desaparecer. Los tirajes de los periódicos se reducen y crecen las alternativas electrónicas. A continuación presento dos experiencias exitosas de periodismo, una en Estados Unidos y otra en Alemania, que me parecen interesantes e invitan a pensar.

ProPublica

Es una organización sin fin de lucrodedicada al periodismo de investigación creada en 2008 y sólo financiada por donativos. Su creador es Paul Steiger, quien fue jefe de edición en The Wall Street Journal. Los filántropos Herbert y Marion Sandler se acercaron a él preocupados por la disminución del periodismo de investigación. 1

Así nace la idea de crear ProPublica y donaron 10 millones de dólares, para garantizar su sostenimiento los tres primeros años. El acuerdo fue que los donantes no tendrían ninguna injerencia en la conducción del proyecto periodístico. Los Sandler sabían que éste tipo de periodismo es caro, pero tan importante para un país como la educación.

Luego de demostrar la relevancia de su trabajo, ProPublica ha conseguido nuevos donativos. En 2009 recaudó un millón de dólares, en 2010 otros 3 millones y en 2011 piensan obtener 5 millones más. Los donantes son ciudadanos conscientes que saben que el periodismo de investigación ejerce control sobre lo que hacen los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil.

Los temas a investigar nacen, la mayoria de las veces, de los periodistas. En la actualidad ProPublica cuenta con 33 reporteros de tiempo completo que ganan 2 mil 800 dólares mensuales. En 2009 se publicaron 139 reportajes. En sus primeros tres años de trabajo recibió 28 premios de periodismo. Algunos de sus trabajos reporteriles han obligado a las autoridades a realizar cambios en las políticas públicas.

Han decidido dar a conocer sus mejores investigaciones en los grandes medios porque piensan que la denuncia a los abusos del poder por esa vía tienen mayor impacto. Si sus investigaciones sólo las dieran a conocer en su página web no tendrían el mismo resultado.

El proyecto se ha convertido en una de las propuestas periodísticas más interesantes e innovadoras al inicio del siglo XXI. Su manera de organizarse y financiarse abre camino a lo que puede ser una nueva forma de realizar el trabajo periodístico.

Al arranque de ProPublica no había quien quisiera dar dinero para mantener un proyecto de periodismo de investigación, pero a partir de su trabajo han surgido donantes y fundaciones que ahora están dispuestas a sostenerlo.

Die Zeit

El semanario Die Zeit (El Tiempo) es un caso único del periodismo actual en Alemania. En plena crisis económica y de las publicaciones en papel logró aumentar en sólo dos años 60% su circulación, para llegar a un tiraje aproximado de 500 mil ejemplares por semana.2

De acuerdo a su director, Giovanni Di Lorenzo, el éxito de la revista se debe a tres cosas. En primer lugar porque se estudió a fondo las necesidades de sus lectores. Ella responde a sus necesidades y no a la de los periodistas.

Él plantea que no siguen las modas y que “en un momento que la gente necesita orientación, se dirige a medios que no han cedido ante compromisos”. La tentación de los periodistas, añade, es “tratar el tema que está en pleno debate y genera polémica”, pero ellos no necesariamente siguen la coyuntura.

La revista trata temas de fondo que no están en el día a día, pero importan a sus lectores. Abordan problemas relacionados con la historia, la filosofía-política, la ética y los valores. Son temáticas que despiertan interés y tienen mucho éxito.

El no hacer caso a los asesores que les proponían publicar artículos cortos y sencillos es la segunda razón de su éxito. El semanario apuesta por textos largos, bien documentados, serios e incluso difíciles. Para Di Lorenzo el periodismo del futuro es de “orientación y profundización”.

La tercera razón es que hacen un periodismo que tiene calidad y es creíble. Hoy en día, dice Di Lorenzo, hay “diarios demasiado sensacionalistas o demasiados parecidos entre sí” a los que les falta profesionalismo y calidad.

El semanario se dirige a un público intelectual y académico, pero la mayoría de sus nuevos lectores son universitarios entre los 20 y 30 años. Es un público que busca nuevos y sólidos ángulos de mirada a los problemas de la actualidad.

Para Di Lorenzo, la crisis del periodismo en papel empezó con el rol que jugaron los diarios estadounidenses durante la Guerra de Irak cuando “se dejaron instrumentalizar por el aparato propagandístico” del gobierno.

Es en ese momento, según él, los lectores emigraron a la red en busca de lo que realmente ocurría. Piensa que la crisis del periodismo de papel también es por su “falta de credibilidad y el abandono de la calidad”.

Él no niega los problemas del periodismo de papel, pero dice, desde su exitosa experiencia, que “no está escrito en las tablas de Moisés” que éste vaya a desaparecer. Piensa, sí, que los periódicos están obligados a cambiar.

Notas a la lectura de los artículos:

1 Paul Steiger y Bárbara Celis. “El Futuro del Periodismo” en: El País, 19 de diciembre de 2010.

2 Laura Lucchini. “El periodismo digital hace de todo menos dinero” en: El País, 31 de octubre de 2010.

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