jueves 28 marzo 2024

Los poderes institucionales existen

por Aleida Calleja

Un enfrentamiento entre poderes, eso es lo que vimos el pasado 11 de septiembre cuando los senadores recibieron a los integrantes de la CIRT. Con toda la cargada de sus presentadores de televisión y radio, los concesionarios acudieron desafiantes a defender “la libertad de expresión”. No es nuevo, cada vez que existe alguna iniciativa que toca sus intereses, este sector siempre alude a tal argumento.

Es legítimo que asuman una defensa de sus intereses, lo que no es legítimo es que lo hagan utilizando pantallas y micrófonos como si fuera una cobertura informativa, manipulando a su antojo la información. Esto tampoco es nuevo, lo han hecho una y otra vez impunemente, sin que exista algún mecanismo legal para su sanción, es una de las causas por las que se han erigido como un poder fáctico, de esa manera pueden manejar la opinión pública e imponer agendas políticas, pero lo peor de todo es que lo hacen a través de frecuencias que son de la nación. Los concesionarios no son dueños de tales frecuencias, aunque por usos y costumbres así lo consideren, porque los poderes del Estado así lo han permitido, especialmente en los últimos años.

Ahora vemos a estos defensores de la democracia preocupados por la premura de la ley electoral, sin embargo, no les preocupó que la Cámara de Diputados votara la Ley Televisa en siete minutos.

Desmedidos fueron los argumentos de los concesionarios, como sugerirse voceros de la ciudadanía y de los comunicadores en este país; patético fue escuchar a la señora Patricia Chapoy, con especialidad en los chismes de la farándula, que hablaba por los comunicadores de este país, ¿quién le dio esa representatividad? ¿Por qué esta defensora de los comunicadores no ha tomado como causa la cantidad de periodistas asesinados, desaparecidos y agredidos? Ni que decir del desprecio con que el que Pedro Ferriz de Con se refiere a los legisladores diciéndoles que el pueblo está harto de ellos, cuando esos legisladores lo son por el voto de los ciudadanos, por una democracia electoral que ha dejado miles de millones de pesos en ganancias a sus empresas. Mientras no había dinero a raudales para las campañas electorales, hay que recordar, Televisa era un soldado del PRI, después ante la compra de tiempos en medios electrónicos, los concesionarios sevolvieron defensores de la democracia.

De lo que sí estamos hartos en este país es de ver cómo miles de millones de pesos, que debieran ser utilizados en los programas sociales, sean utilizados para spots. Esto ha sido un subsidio terciado, especialmente para las grandes televisoras, pues así como el dinero llega a los partidos, la mayor parte se va a las cuentas de los concesionarios. Ellos afirman ahora que se les quiere despojar, cuando el peor despojo han sido esos millones que nunca llegaron a los más pobres.

Afirma el asesor jurídico de Televisa que la reforma electoral se hace como un modelo de estatización soviética, ha sido recurrente la utilización de un lenguaje anticomunista por parte de los concesionarios y sus voceros, lo cual acusa una ideología que ya creíamos superada, pero esta élite no quiere aceptar nada que trastoque su status quo. Ahora promueven un referéndum engañoso, en el que tienen todos lo medios para moverlo en su favor. En estos momentos toca a los congresos estatales demostrar que los poderes institucionales existen.

La reforma electoral aprobada plantea otra manera de relación entre partidos, medios electrónicos y sociedad, pues la democracia no depende de comprar espacios en los medios, su prohibición no afecta la libertad de expresión, lo que sí la afecta es la falta de condiciones de acceso y garantías para la participación en los medios de las diversas voces y actores políticos y sociales, y ello deberá estar incluido en la siguiente reforma toral para la democracia en nuestro país, y que es la nueva legislación en materia de radio, televisión y telecomunicaciones.

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