jueves 28 marzo 2024

La tortilla, la telefonía y la OCDE

por Irene Levy

Alguna vez, un amigo economista me dijo: “el problema de nuestra profesión es que logramos que alguien se ahogue en una alberca que tiene 30 centímetros promedio de profundidad”. Lo anterior no lo digo como descalificación, al contrario, la economía es una disciplina complicada y aquellos que la estudian y ejercen merecen todo mi respeto. Pero como cualquier otra, puede ser utilizada con responsabilidad o con perversidad. Por ejemplo, encontramos que algunos estudios nos muestran que los precios de Telmex o Telcel (América Móvil) son de los más caros, y otros nos afirman que son de los más baratos. ¿A quién le creemos? y más aún ¿de qué nos sirve esta información? Así, el estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre políticas y regulación de telecomunicaciones en México, presentado a principios de febrero, ha causado mucha molestia a los directivos de América Móvil, incluyendo al propio ingeniero Carlos Slim, por sus resultados y el método utilizado en la obtención de las cifras sobre todo porque, ellos afirman, no fueron debidamente consultados durante el proceso de su elaboración. Pero lo invito, querido lector, a repasar algunos temas básicos en relación con la OCDE y este estudio, con el propósito de que llegue usted a sus propias conclusiones y, desde luego, le compartiré las mías.

La OCDE

Esta organización se estableció en 1961, tiene su sede en París, Francia y cuenta con 34 países miembros. Su origen inmediato lo encontramos en la OEEC (Organisation for European Economic Cooperation) establecida en 1947 para administrar los fondos estadounidenses derivados del Plan Marshall después de la segunda guerra mundial para reconstruir Europa. La OCDE estaba conformada originalmente por 20 países.

Su presupuesto se integra por cuotas de sus miembros que aportan de acuerdo a una fórmula basada en el tamaño de la economía de cada país. El principal contribuyente es Estados Unidos que representa casi el 24% del presupuesto total de la organización, seguido por Japón. El presupuesto de la OCDE para 2011 fue de 342 millones de euros.

Una de sus funciones, es recabar y utilizar la información de los diferentes países para ayudar a sus gobiernos a fomentar la prosperidad y combatir la pobreza mediante el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Diseña recomendaciones y propone reformas estructurales a sus países miembros para lograr los propósitos que dicha organización considera óptimos en materia económica y de políticas públicas. El 18 de mayo de 1994, México se convirtió en el miembro número 25.

¿Qué es el estudio?

Es un documento cuya elaboración fue solicitada a la OCDE en 2010 por Mony de Swaan desde la presidencia de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). El informe, dice el propio documento, “analiza las políticas y la regulación de las telecomunicaciones en México y se formulan algunas recomendaciones que reflejan las mejores prácticas que ya se aplican en muchos países de la OCDE y que han contribuido a desarrollar la competencia”. Los temas que aborda con mayor profundidad y detalle son:

1.Análisis sobre el marco jurídico institucional de nuestro país, es decir, lo relativo a las facultades, fortalezas y debilidades que tiene la Cofetel para regular, tomar decisiones de política pública y aplicarlas de manera efectiva en el sector de las telecomunicaciones. También señala los principios legales que, en su consideración, han contribuido a que en México exista falta de competencia, incertidumbre jurídica, altos precios, barreras de entrada a las inversiones, mercados concentrados e ineficientes, entre otras cuestiones.

2. Menciona algunas generalidades sobre la radiodifusión y la televisión de paga, pero se concentra en los mercados de telefonía fija, móvil y de banda ancha, de los que ofrece una serie de gráficas y comparativos de nuestros precios con el resto de los países de la OCDE. La mayoría de las gráficas y números que compara están presentados en dólares PPP (paridad de poder adquisitivo) que no es más que un indicador, muy utilizado por la OCDE, construido a partir de una serie de cifras y que sirve para comparar el nivel de vida de diferentes países. Para ello se utilizan medidores como PIB per cápita, se conforman canastas de productos, etcétera. De esta forma, se tiene que un dólar compra más o menos productos en un país que en otro, y así se puede medir el poder adquisitivo en los diferentes países. Pero las gráficas en dólares nominales (dólares de los EUA) no coinciden con las de dólares PPP, es interesante contrastarlas aunque por desgracia en la mayoría de los casos el Estudio sólo presenta gráficas en dólares PPP y por tanto no permite la comparación. Por otra parte, los temas que no aborda del sector de las telecomunicaciones son: radiodifusión, televisión de paga (no entra al fondo), telefonía pública, administración del espectro y cómo está distribuido en México, banda ancha móvil y satélites, entre otros.

Finalmente, el Estudio hace una serie de recomendaciones dentro de las que destaco cinco:

1.Permitir 100% de inversión extranjera directa a empresas de telecomunicaciones de redes fijas.

2.Imponer obligaciones de must carry a todos los proveedores de tv de paga y de must offer a los de televisión abierta, las cuales deben fomentar la competencia.

3.Otorgarle a la Cofetel más autonomía en el ejercicio de sus facultades como regulador.

4.Que la Cofetel pueda imponer multas directamente (pues hoy sólo opina y quien las impone es la SCT), y que dichas multas sean de mayor cuantía que las vigentes a fin de disuadir prácticas ilegales.

5.Aumentar la transparencia en el proceso de toma de decisiones, y dar mayor poder a los consumidores.

¿Cómo y cuándo se realizó?

El proceso inició en 2010 y concluyó en noviembre de 2011. El informe tomó como base “las respuestas de las autoridades mexicanas a un cuestionario, así como los resultados de una extensa serie de entrevistas realizados a los principales actores del sector de las telecomunicaciones”. La versión oficial se presentó a principios de febrero de 2012.

¿Para qué se encargó?

Y he aquí la gran pregunta de los 64 mil, o quizás debiéramos decir, de los 70 mil. Es claro que, por su especialidad y complejidad, no fue un documento elaborado para los 110 millones de mexicanos: ¿cuántos mexicanos le gusta a usted que entiendan de dólares PPP? Tampoco creo que se haya buscado tener un documento para consumo interno de las autoridades a fin de contar con un diagnóstico del sector de las telecomunicaciones: ¿usted cree que no sabían lo que ahí se diría? Entonces ¿para qué encargar un estudio que no estudia todos los mercados del sector de las telecomunicaciones? Mi opinión es que en los temas más controvertidos y técnicos, la Cofetel necesitaba un documento “ancla” para sus decisiones y discusiones con las empresas, y para su cabildeo en el Poder Legislativo, (para el tema del presupuesto y de las reformas legales del sector), así como en el Judicial, (en relación a las resoluciones que están pendientes y que tienen absoluta relevancia, pues de ellas depende por mucho el futuro de algunos temas en el sector: interconexión, diseño institucional SCT-Cofetel, certidumbre jurídica en el caso de prórrogas de concesiones, entre otras). Es claro: en este país decir “lo dice la OCDE” a afirmar, “lo dice la Cofetel” hace toda la diferencia. Pero el Estudio peca porque, tal y cómo están los ánimos en el sector, profundizar sobre los errores de una parte, y me refiero a América Móvil, y prácticamente no tocar al otro extremo, hablo de las televisoras, hace parecer parcial a la Cofetel y al propio Estudio. Esto no libera a América Móvil de la gran concentración que tiene en sus mercados y de algunas malas prácticas que ejerce en contra de la competencia, pero sí convierte en “sospechoso” el documento para algunos. A continuación le ofrezco una interesante numeralia sobre algunos datos que se desprenden del Estudio:

Estas son, estimado lector, algunas cuestiones sobre el polémico estudio de la OCDE. Pero lo que a mí más me preocupa es que sigamos haciendo estudios, diagnósticos e informes de gran altura con las organizaciones más prestigiadas del planeta pero que no se nos diga a los usuarios en un lenguaje terrícola lo que estamos pagando por los servicios de telecomunicaciones, por ejemplo: ¿cuántos kilos de tortillas vale una llamada telefónica en Japón? Entiendo que lo que digo es un despropósito y cualquier economista, inclusive mi amigo el crítico, me condenaría a cadena perpetua pero ¿de qué nos sirve a los mexicanos el estudio de la OCDE?, ¿de qué nos sirven las gráficas en dólares PPP si nuestra percepción es que los servicios de telecomunicaciones en México son de regular a malos y los precios altos?. ¿De qué nos sirve todo esto si seguimos teniendo un dominante en telefonía móvil y fija, América Móvil, y un duopolio en televisión abierta, Televisa y TV Azteca, que controla lo que vemos en la televisión abierta y lo que no vemos en la televisión de paga?, y como cereza del pastel esto está en manos de un Estado con un Legislativo y un Ejecutivo que no han trabajado efectivamente en lo único que nos importa a los consumidores: menores precios, buen servicio, mejor calidad y tortillas suficientes y baratas.

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