viernes 29 marzo 2024

La permanente manipulación perniciosa

por etcétera

“Aunque no tan rudo, otro columnista de LCH abiertamente anti-López Obrador es Rubén Cortés, quien se desempeña asimismo como subdirector general. El tema es que todos los días ellos, en sus respectivos medios, toman diversas e importantes decisiones que terminan por materializar el carácter faccioso de la política editorial de ambos diarios, contraviniendo principios deontológicos elementales como el que el periodismo debe aspirar (a-s-p-i-r-a-r) a la contextualización, el equilibrio y la veracidad, así como asumir su responsabilidad social contribuyendo a la consecución social del derecho ciudadano de la información. Frente a ellos, como editores, ¿qué puede esperar un reportero que, por ejemplo, decida emprender una investigación que podría derivar en una conclusión inapropiada según la política editorial servil o injuriosa respecto de López Obrador en estos tabloides? La respuesta es previsible: un reportero preferirá —y con certeza así sucede en general— alienarse a su editor hasta la autocensura — sobre todo cuando ve que en su columna éste no depone su actitud tratándose del tabasqueño— con tal de conservar su puesto y asegurarse la pitanza […].

 

“Martí Batres aparece en LJ, a la vez, como articulista, fuente, panelista y subordinado de López Obrador en la jefatura de gobierno del DF. En este caso lo interesante es que:

 

“i) invariablemente, escribe artículos apologéticos de López Obrador, sin que ese diario advierta al lector que se trata de las ideas expresadas por un subordinado del tabasqueño —durante el lapso de revisión hemerográfica, y hasta que se convirtió en presidente del PRD capitalino, era subsecretario general del gobierno del DF—;

 

“ii) puede verse profusión de fotografías de él (aun en casos en los que la nota para que la se utilizó de manera específica una foto no lo menciona a él), y desde sus mejores ángulos;

 

“iii) la medida de la consideración que se le tiene en ese diario la da el que el columnista Jaime Avilés se haya referido a él como “el niño sabio de la administración capitalina”.

 

“Así, en forma tan gratuita. Otro columnista del que LJ no hace explícito (independientemente de que el lector pueda inferir que es diputado federal) que fue secretario general de gobierno del DF cuando se generó el desacato sobre El Encino y es uno de los operadores políticos de López Obrador en la Cámara de Diputados es José Agustín Ortiz Pinchetti, quien en su columna “La vida (breve) en San Lázaro” también suele hacer panegíricos del tabasqueño. En las páginas de LCH, el diputado federal panista Federico Döring sería la contraparte de Batres y Ortiz Pinchetti; en este caso, el diario tampoco advierte al lector que lo que está leyendo proviene de un diputado federal -quien además filtró a Televisa los videos donde el empresario Carlos Ahumada entrega fajos de billetes a René Bejarano y otros líderes perredistas […].

 

“A Carlos Slim ambos diarios se refieren con circunspección. Asimismo, por alguna razón insondable (para el lector), el único miembro del gabinete foxista al que LJ trata con ostensible miramiento (en fotos, cabezas y notas) es a Josefina Vázquez Mota, secretaria de Desarrollo Social. Los únicos que reciben un trato semejante, pero en LCH, son Carlos y Raúl Salinas de Gortari.

 

“Por sistema, ‘El Correo Ilustrado’ de LJ ofrece al público cartas de remitentes cuyas opiniones coinciden con su línea editorial. Lo propio puede constatarse en ‘El Buzón’ de LCH” […].

 

Lara Klahr continúa (después de comentar que Rodolfo F. Peña “y Carmen Lira Saade, la actual directora de dicho diario, habían apadrinado en una modesta ceremonia religiosa a los dos hijos mayores del tabasqueño”) con ejemplos de ambos diarios con información tendenciosa, dependiendo de su admiración o animadversión al entonces jefe de gobierno. Antes, al principio del capítulo, Lara Klahr señala que el “objeto del deseo” son las preferencias de AMLO con la publicidad oficial, ya que dice:

 

“a La Jornada, de diez millones 547 mil 931 pesos, le correspondió casi el 50 por ciento “recibió cuatro millones 799 mil 999.80 pesos […]”. Lo que cobró La Jornada en 2003 “es una cantidad mayor que la suma total de lo que ese periódico recibió durante el mismo año de parte de 11 secretarías de Estado más la PGR, el DIF y Lotería Nacional (SHCP, SSP, SEP, Semarnat, Sectur, SRA, Economía, SFP, SS, Energía y STPS”.

 

***

 

A pesar de las críticas (en pocos medios y por muy pocos periodistas), la manipulación persiste. Así, pudimos leer en La Razón: “Atrapan a edil de Cocula con hermano del que mandó matar a los 43”. (30/ 10/2015).

 

Aunque ya está incorporado a rango constitucional el derecho a la presunción de inocencia, y aun cuando un juez no pudo haber sentenciado de un día para otro, el diario afirma que uno de los detenidos es el “que mandó matar a los 43”.

 

Es atractivo pero engañoso el titular: “Arrobar a @EPN o a cualquiera puede costar años de cárcel si pasa la #LeyFayad, alertan”. (SinEmbargo. 29/10/2015). Aprovechando el clima que priva en un gran sector social, el portal titula así para jalar lectores (incluso se usa el signo “@”, que en Twitter llamará la atención), pero está manipulando la información porque, en la propuesta de senador priista Omar Fayad, en absoluto se refiere a Peña Nieto ni a nadie en especial.

 

Recurrimos finalmente a Blázquez:

 

“En la información de baja estofa o manipulada lo llamativo prevalece sobre lo profundo. Lo razonable, lo normal, lo que es de sentido común y más natural no es noticia […]. A esa actitud radicalmente corrupta se suma muchas veces la posibilidad de disponer de los modernos medios de forma arbitraria […] pueden servir para atrofiar la capacidad crítica del público al que se informa, sobre todo tratándose de sociedades culturalmente subdesarrolladas en las que los mecanismos de defensa contra la manipulación son mínimos”.

 

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