miércoles 24 abril 2024

La comunicación gubernamental

por Rubén Aguilar Valenzuela




Foto: Cuartoscuro/Ariel Gutiérrez

La comunicación del gobierno federal en la crisis provocada por la epidemia de influenza A (H1N1) se realizó en el marco de una estrategia consistente y sólida en el ámbito nacional y
dejó sin cubrir el internacional.

1) Ámbito nacional
En un primer momento hubo incertidumbre y faltó capacidad para reaccionar a la coyuntura. El mayor error fue que se dieron cifras que después se tuvieron que desmentir. El gobierno, se
debe reconocer, tuvo la capacidad para superar los errores iniciales y plantear en un lapso de 48 horas una estrategia exitosa.

La acción gubernamental se enfocó a tratar de impedir que la enfermedad se extendiera y por eso las acciones a desarrollar tenían un carácter preventivo. La estrategia de comunicación
debía apoyar la política de salud que se había establecido, para hacer frente a la enfermedad.

La estrategia de comunicación se propuso tres objetivos: que toda la gente estuviera informada de lo que sucedía; que la ciudadanía hiciera caso de las medidas propuestas y que las
asumiera sin reaccionar en su contra. Todo indica que la estrategia resultó exitosa en la consecución de los objetivos. Esto constata a partir de que:

a)Todas las encuestas, las hechas por el gobierno y los medios, revelan que a los pocos días el 98% de la población, en realidad toda, estaba enterada de la enfermedad y su gravedad. A
esto contribuyeron las conferencias sistemáticas del secretario de Salud y el apuntalamiento de las cadenas nacionales del Presidente de la República. La televisión se convirtió en una
eficaz caja de resonancia e hizo evidente su gran capacidad para hacer llegar la información.

A través de las conferencias del sectario de Salud, que en su comunicación fue de menos a más, el gobierno federal se adueñó del tema. Esto le permitió mantener un mismo discurso y
orientación. Los otros actores, ante la gran presencia del gobierno federal, se resultaron marginales. La monopolización de la información, para este caso resultó ventajosa.

El núcleo del problema de salud se ubicó en la gran zona metropolitana de la Ciudad de México. El jefe de gobierno del DF tardó en reaccionar, pero luego se montó en la estrategia del
gobierno federal. No hubo nunca contradicciones. El gobernador del Estado de México, de manera inexplicable, se hizo a un lado y no estuvo presente en la coyuntura.

b)La gran mayoría de la población acató las recomendaciones y orientaciones de las autoridades de Salud. Resultó sorprendente cómo la ciudadanía realizó lo que se le pedía. Esto se
explica, sin duda, por el temor a enfermarse, pero también como resultado de la información que, en primer lugar, ha emanado del gobierno, pero que de inmediato han retomado los medios,
en particular la radio y la televisión, y también, esto ha sido notable, las instituciones que se comunicaron de manera directa con sus públicos meta.

Como ejemplo menciono a la Universidad Iberoamericana, Campus Santa Fe, (no es el único caso, soy maestro y lo conozco de cerca que desde el inicio y de manera sistemática replicó
para su personal y alumnos lo que informaba el gobierno. Se llegó así a una población de cerca de veinte mil que repercutió, a través de sus familias, en otras ochenta o cien mil
personas más.

Esta comunicación resultó exitosa y ayudó no sólo a que la ciudadanía se informara, sino que contribuyó a legitimar las medidas y creó un círculo virtuoso a su favor. Provocó, también,
que se generara la presión social necesaria para hacer que todos cumplieran con las normas de salud. En los hechos la comunicación gubernamental y la de las instituciones funcionaron
muy bien e hicieron sinergia.

c)La estrategia de comunicación logró evitar las reacciones en contra. El hecho sorprende y resulta un caso único en la historia del país. Lo favoreció el tema. Nadie quiere enfermarse,
pero también lo explica la acción informativa del gobierno.

Que el secretario de Salud haya salido todos los días ha informar y se convirtiera en el vocero único del tema contribuyó para que esto fuera así. Se generó confianza de que no se
escondía nada. El secretario respondió siempre a las preguntas. Lo hizo en su calidad de técnico. Rechazó aquellas de índole política y económica diciendo que no eran su campo. El grupo
de periodistas, no todos, que no buscaba información y sí pretendía hacer que el secretario se equivocara o contradijera, no logró su propósito.

2) Ámbito internacional
El gobierno descuidó el frente externo al que no puso atención alguna y vivió las consecuencias. Todo indica que nunca consideró cuáles podían ser las reacciones en el exterior para
tratar de minimizarlas. La positiva reacción del gobierno de Estados Unidos se puede explicar porque siempre estuvo informado por las autoridades mexicanas. Ahí está una clave.

Después de lo ocurrido, no antes como tuvo que haberse hecho, el gobierno de México ha trabajado en una estrategia de comunicación para el exterior y la cancillería, con la colaboración
de expertos médicos, estuvo en Naciones Unidas y en otros países explicando las características de la influenza y argumentando las medidas tomadas por el gobierno. Se hace a destiempo,
pero algún resultado positivo traerá ese trabajo.

Conclusión
La estrategia de comunicación del gobierno en el ámbito local resultó muy exitosa. A esto contribuyó el carácter del problema, el papel de los medios y
de las múltiples instituciones que asumieron como tarea propia orientar y mantener informado de lo que ocurría a su personal y clientelas.

Para atender el ámbito externo no hubo una estrategia y ese error provocó muchos problemas. Es probable que algunos de los países, pese a contar con información directa del gobierno
habrían reaccionado como lo hicieron, pero también se puede aventurar, con base en la experiencia nacional, que pudieron haber actuado de otra manera si disponían de información directa
de las autoridades mexicanas.

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