viernes 19 abril 2024

Julio Di-Bella: “Mejorar la calidad y buscar más recursos”

por Verónica Díaz

¿Cuál es la función de los medios públicos?

Brindar un servicio al alcance del público televidente, en el cual no quede de manera unilateral la oferta programática y la toma de decisiones en la televisora sino que ésta se comparta. Un ejemplo de ello puede ser el encuentro anual con el televidente que tiene el Canal Once, por el cual su opinión define la programación.

¿Cuál es la responsabilidad que este gobierno federal ha tenido respecto de los medios públicos? ¿En qué se diferencia de la administración anterior?

Creo que el aprendizaje que hay en los últimos años. Yo no lo diferenciaría entre un gobierno y otro, lo diferenciaría en que hemos logrado a través de un ejercicio profesional, abierto y plural ganar reconocimiento y respeto. La obligación es del Estado más que del gobierno.

Creo que ha sido un apoyo también muy distinto en relación con otras etapas puesto que, desde hace prácticamente 15 años, este tipo de medios goza de libertad como cualquier medio del país. (…) La mejor aportación que puede hacer el Estado es seguir con su compromiso solidario de aportar financiamiento, pero también con brindarles una autonomía.

¿Coincide con la creación de una ley específica para medios públicos?

Sí. Lo que realmente requieren este tipo de medios es una ley específica que promueva su desarrollo y garantice su existencia.

¿Qué características debe tener esta ley y cuál sería el mecanismo ideal para redactarla?

La iniciativa tiene que partir de los que estamos involucrados en los medios públicos. La Red Nacional de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales puede ser un punto de encuentro. De hecho ahí se han venido dando esfuerzos importantes por plantear un proyecto pero la realidad es que hay cinco puntos fundamentales que a mi juicio deberían estar: un marco jurídico y normativo, definir mecanismos de financiamiento, un análisis de los contenidos, un desarrollo de plataformas tecnológicas y la transparencia.

¿Qué otros actores deberían participar?

Una vez dándole cuerpo a un documento emanado de los medios públicos tendría que invitarse evidentemente a la sociedad civil. (…) Creo que la sociedad debe de participar activamente en ello.

¿Cómo debe ser el financiamiento de los medios públicos?

¿Es posible pensar en otras fuentes a partir del presupuesto destinado por el Estado?

Debe haber la posibilidad de que obtengan recursos adicionales pero estoy convencido de que primero

tienen que romper un círculo vicioso que es salir de la esperanza de obtener recursos exclusivamente a través del gobierno y no hacer algo por mejorar su calidad ni hacer un compromiso ético. El medio debe hacer un análisis y una recomposición interna de su actitud para encontrar, a través de un círculo virtuoso, recursos adicionales. Uno de esos mecanismos es la prestación de servicios profesionales, el otro es la renta de servicios de radio o de televisión así como la realización y producción de programas, la venta y comercialización de programas en el extranjero. Alternativas hay muchas, debemos partir de que la producción que se realiza en los medios públicos sea de alta calidad para que llegue a tener un espíritu competitivo en los mercados internacionales.

¿Cuál es la situación específica del canal en este sentido? ¿Por qué pueden vender la figura de patrocinios?

La figura de patrocinios es el ingreso menor del canal en relación con los ingresos autogenerados. (…) El cliente requiere un anuncio completo, no desea un patrocinio definido en la posibilidad de decir “este programa fue llevado hasta usted por” y “le agradecemos a la compañía tal que haya patrocinado este programa”. Esto es menor, en el espíritu de la gente que invierte en televisión no está esa figura contemplada y nos pone en una posición inequitativa. Creo que los mecanismos de financiamiento tienen que versar sobre alternativas distintas.

¿Canal Once maneja únicamente esta figura de patrocinios?

Maneja esta figura pero no es donde nosotros financiamos la mayor esperanza ni le dedicamos el mayor tiempo. Optamos por alternativas de financiamiento distintas como profesionalizar nuestros equipos para que brinden servicios adicionales de producción, capacitación (…) a otras entidades, a productores independientes.

¿Qué proporciones ilustran la procedencia de los recursos de Canal Once?

70% vienen todavía del subsidio federal y un 30% de recursos autogenerados.

Hace poco usted afirmó que quienes critican que Bimbo se haya anunciado en el Once no conocen los apremios económicos del canal. ¿Entonces cualquier producto se podría anunciar en los medios públicos?

No cualquiera. Eso se retoma de una entrevista que se manejó con un sentido poco ético. La realidad es que la pregunta fue que por qué Bimbo se había anunciado, yo dije que de ésta como de cualquier otra empresa que aporta recursos al Canal Once, el recurso es bienvenido. Sin embargo no significa que cualquier empresa se pueda anunciar en Canal Once y tan tengo la razón que nunca me podrán tipificar a través de la pantalla que yo haya aceptado informerciales que mienten o de algún producto de escasa calidad. Esa pregunta estuvo sacada de contexto, la respuesta es que si había aceptado yo de Bimbo, sí, sí se aceptó en 2003 y fue en el programa de El diván de Valentina. Eso no quiere decir que por ello se prostituya la pantalla.

¿Cuál es el criterio para seleccionar a los anunciantes?

Ser compatible con aquellos productos que no atenten contra la salud, la inteligencia o los valores universales, creo que por ahí tendría que ser el asunto.

¿Es factible vender producciones a particulares o a otras áreas del gobierno?

Sí, preferentemente a empresas particulares o bien la coproducción. Si el día de mañana tenemos la oportunidad de coproducir con Discovery, History o People & Arts que son canales afines o con otras productoras internacionales que bien puede ser la BBC, o con otras entidades estaremos. No únicamente hablo de dinero, en el mercado internacional tú puedes entrar a ser coproductor o copatrocinador de una serie aportando capítulos. Hay diversos ejemplos en el mundo, Canal Once, por dar uno, ha entrado a un circuito de producción con seis países donde yo lograré siete programas: el que aporta Canal Once más los seis que hizo individualmente cada productora. También hay la posibilidad de intercambiar programación.

¿De la experiencia internacional, cuál es el modelo posible para México?

México necesita un traje a la medida porque si yo importo el modelo de televisión pública tendría que importar televidentes, lo que necesito de esos modelos exitosos es sacar lo mejor, ver si es posible adecuar esas ideas a un proyecto de televisión pública de México, las que sean compatibles adoptarlas. Hay siete u ocho modelos másallá de la BBC y de RTVE, de los que se pueden aprender. También hay que voltear a América Latina.

¿Cuál sería el modelo con el que se siente más compatible?

Pues BBC obviamente, no pudiera descartar el modelo español pero este modelo bajo la nueva reforma es prematuro juzgarlo.

¿Cuál sería el modelo de organización ideal? Por ejemplo, en cuanto a la elección de sus directores, ¿qué mecanismo sería mejor?

Para llegar a la elección de los directores tiene que haber un andamiaje que no está hecho, tiene que partir de un pull de políticas públicas (…), dentro del cual se enmarquen desde sus códigos de ética, su desarrollo de selección de integrantes, las cláusulas que deben seguir sus trabajadores. Este tipo de políticas deberían definir cómo se nombran los directores o los titulares. También es sano que se incluya a quienes integran sus consejos consultivos.

Canal Once antes de que acabe este año va a publicar un modelo de gestión bajo la visión que nosotros creemos que es la pertinente para los medios públicos (…). También se dará cauce a un derecho que tendrá el televidente de ser defendido a través de un defensor de la audiencia, mismo que va a tener en la pantalla del canal un espacio donde hacer público sus fallos. Estará listo para octubre o noviembre.

En ese esquema, ¿cómo se sugiere la designación del director?

A través de los consejos. El caso de Canal Once es muy claro, tiene un consejo general consultivo a través del IPN, el instrumento de creación del canal a través de la ley orgánica del propio instituto define cuáles son los mecanismos. Pero si queremos cimentar al canal como medio público de vanguardia tenemos que tomar modelos similares de otras televisoras del mundo. Pero, vuelvo

a insistir, si voy a importar exclusivamente la parte de la designación, tendré que importar a los consejeros. No, yo creo que México tiene que diseñar su propio modelo.

¿Cómo asegurar la autonomía e independencia editorial de un medio público?

Eso está garantizado, a mí me sorprende mucho de algunos medios y algunos periodistas que siguen en el asunto monotemático de la libertad de expresión, creo que es un tema superado. Me da la impresión de que ahora que tenemos libertad de expresión no sabemos qué hacer con ella, pero la realidad es que ésta no es la graciosa concesión de un gobernante en turno, es un derecho constitucional. (…) Creo que el Canal Once desde hace muchos años goza plenamente de una libertad de expresión como cualquier medio, con la diferencia de que el nuestro ha diseñado códigos de ética para tener una autorregulación, que no es una autocensura. La invito a que visite nuestra mesa editorial que sesiona diario a la una de la tarde y es maravilloso ver cómo se definen los temas, aquí hay individualidad de pensamiento y libertad de expresión para plantearlos y finalmente la mesa avala la congruencia del balance informativo que va a los espacios noticiosos.

Incluso en ese documento que vamos a publicar, viene un modelo muy de avanzada que es la cláusula de conciencia. Nuestros periodistas van a gozar de ella (…). Es un respeto a su ejercicio profesional.

¿Qué tipo de contenidos deben orientar a los medios públicos?

Ahí hay un gran debate porque hay quien sigue insistiendo en que los medios públicos deberían dedicarse exclusivamente a la educación y a la cultura, ahí nos han querido encasillar. La realidad es que los medios públicos tenemos la capacidad de ser multifuncionales. Todo lo que usted transmita en la televisión abierta es cultura, desde un Big Brother; habrá quien diga que no es el tipo de cultura que buscamos, bueno ése es otro boleto. Una manifestación cultural puede ser la libertad de pensamiento que tienen los integrantes de Big Brother. No conozco a nadie que prenda la televisión para no entretenerse, el que no piense así prende la radio o lee el periódico. La televisión cumple un principio fundamental de entretenimiento, ¿dónde está el acierto o la posibilidad que tenemos de impactar al público? en la diferencia del contenido. Tenemos que dar un contenido que sea herramienta fundamental para que el ciudadano pueda aprender algo o adquiera un crecimiento intelectual, cultural, educativo y que no necesariamente tiene que ser aburrido. Estamos proponiendo una dieta balanceada en la cual al hacer la programación le apliquemos una buena dosis de creatividad, talento y estos elementos darán como resultado una televisión inteligente que goce de buena aceptación.

¿Qué peso debe tener la producción propia? Absoluto. La producción propia es la prioridad porque creemos que es la programación que llega a enaltecer la cultura nacional la que cumple con la cobertura y el impulso de las tradiciones y para recuperar la identidad nacional. Si usted ve nuestro porcentaje de televisión hecha en casa versus la adquirida en este canal es 60% frente a 40%, y si usted ve nuestro Canal Once México que es la señal internacional, el 100% de la programación es hecha en casa porque lo que me interesa es proyectar a México en un entorno internacional.

¿Qué reto implica para los medios públicos la digitalización?

Es un reto titánico, porque aquí hablamos de dos asuntos diferentes, el primero es que ya no es suficiente ser creativo y competitivo y estar muy dispuesto, aquí ya implica cuestiones económicas pues es la posibilidad de tener un equipo nuevo o quedarte en la sombra. Lo que implica también es la necesidad de una política pública que incorpore el cambio tecnológico. El Canal Once lleva 62% de avance en su convergencia tecnológica, en 2004 teníamos el 7% porque no había sido publicado el acuerdo de convergencia, salió en 2004 y a partir de ahí iniciamos el proceso.

Tendremos que concluir este proceso y Canal Once lo va a lograr, lo que me preocupa es qué van a hacer otros sistemas del interior del país en donde si bien los directores han logrado entender la urgencia y la necesidad, los gobiernos no han tomado acciones o decisiones en torno a ello.

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