viernes 29 marzo 2024

Jorge Aviña: “Yo nací entre pinceles”

por Ruth Esparza Carvajal

Vea la entrevista en nuestro canal: http://bit.ly/13F8BOr

Iustrador durante 20 años de la portada de El Libro Vaquero, Jorge Aviña es una persona sencilla y con la ingenuidad intacta. Lo mismo se adentra en la sensualidad para plasmar voluptuosas mujeres en la legendaria historieta que le ha permitido conocer la fama, que ilustra libros infantiles, interpreta a artistas conceptuales con imágenes “surrealistas” y hace caricatura política y comics para la Secretaría de Salud.

También participa en televisión, realizando storyboards y layouts de programas. Ha ilustrado libros de El Colegio de México y hecho carteles para cine. El secreto: trabajar con pinceles y plumillas, hacerlo todo artesanal. Entregarse al trabajo en cuerpo y alma, y concentrarse en la idea a representar. Con más de 50 años de experiencia, tiene muchas ganas de exhibir su trabajo, de ilustrar…

¿Cuándo fue la primera vez que pensaste en dibujar? Cuéntanos.

Desde que nací veía a mi papá pintar cuadros decorativos y mi medio hermano hacía historieta. Yo nací entre pinceles y lápices de dibujo. A mi hermano le empecé a ayudar desde los 12 años en su taller y a los 15 empecé a dibujar escenografía de historieta.

O sea que es de familia.

Sí, oficio de familia, mi abuelo fue pintor de cuadros de iglesia en Jalisco.

Digamos que la formación y capacitación fue empírica.

Empírica sí, cuando tenía 15 años murió mi papá y me puse a trabajar y desde entonces. Primero fue escenografía e historieta muchos años, desde los 15 hasta los 32 más o menos. Luego empecé a pintar portadas de revistas hace como 40 años.

Entonces realmente no fue difícil abrirse paso, porque ya estaban encarrilados en ese medio, ¿no?

Pues sí es difícil, hay que estar siempre practicando, buscar dónde trabajar. Tuve la suerte de llegar con el señor Antonio Gutiérrez, de Lágrimas y Risas. Trabajé con él muchos años haciendo escenografía y de ahí salté a sus portadas, que es lo que más me ha gustado: hacer portadas.

¿Cómo fue tu infancia?

Muy simple, mis cuadernos llenos de dibujos, todo para mí era dibujar. Lo más importante era ver algo y dibujarlo, en la escuela vendía mis dibujos. A los 12 años ilustré una tesis de un muchacho que se iba a recibir de maestro, fue la primera vez que gané por mis dibujos, me pagaba cinco pesos por dibujito.

¿Cuáles eran tus historietas favoritas?

El Llanero solitario, La pequeña Lulú, El pequeño sheriff…

¿Juegos infantiles?

Nací en una vecindad en la calle de Izazaga, que era el barrio de San Miguel y había muchos niños, jugábamos a todos los juegos infantiles.

¿Cuáles son tus referentes en la ilustración, claro, aparte del abuelo, padre y hermano?

Al estar dentro de un taller de dibujo veía quiénes eran los mejores dibujantes de esa época, eran

Antonio Gutiérrez, Casillas, Flores, con ellos. Aparte las historietas que llegaban de Estados Unidos. Me gustaba mucho todo lo del oeste y también El Halcón Negro, yo coleccionaba esas revistas.

¿Además de dibujar tienes algún otro hobbie?

No me da tiempo, siempre hay trabajo. Pero me gusta bailar, salgo dos veces a la semana con mi esposa a tomar clases de baile.

¿Cómo inició tu participación en El Libro Vaquero?

Pues conocí al director, el señor Márquez, hace como unos 27 años. Me invitó a trabajar, todavía lo pensé un poco. Trabajaba en otros lados y pagaban más, y entonces tuve un espacio y lo fui a ver y empecé a trabajar El Libro Vaquero.

¿Por qué decidiste darle ese toque sensual a las mujeres en las portadas?

Lo vimos entre el director y yo. Que las mujeres deberían de ser lo llamativo, sin llegar a ser pornográfico, no grotesco ni nada, debería ser atractivo y siempre las mujeres son voluptuosas en El Libro Vaquero. Ahora cuando hago otro tipo de dibujos me dicen que no las haga así, que las haga normal…

¿Qué es lo que más disfrutabas al hacer esas portadas?

Pues es como una terapia, empiezo a pintar y me tranquilizo, estoy en lo mío, pintar para mí es algo maravilloso…

Pero en particular al ilustrar las portadas de El Libro Vaquero, ¿qué es lo que más te gustaba?

Pues la satisfacción de verlo en los puestos y ver cómo se vendía y el reconocimiento de las personas; eso era mío.

¿Por qué lo dejaste?

Pues hubo un problema económico, la editorial empezó a atrasar los pagos y llegó un momento en que tuvimos que dejar de hacerlo. Después de 20 años tuvimos que dejar la empresa y tardaron tiempo en pagarnos.

¿Y lo extrañas?

Sí, cómo no, me ha dado mucho. Mucha imagen dentro del dibujo. Ha habido exposiciones en Praga de El Libro Vaquero. Llevé a Barcelona, a la galería John France, revistas de El Libro Vaquero, y originales. Tuvieron mucho éxito dentro de la exposición, que no era del Libro, era una exposición de mis compañeros que trabajan allá.

¿A qué crees que se deba ese éxito?

Pues es un icono cultural en Mexico, es una revista que podía entrar a todos lados, la podían leer el papá, los hijos, la mamá. Aparte era una forma de violencia tranquila, no como todas las revistas que siguieron después.

¿Y por qué será tan exitosa una realidad, digamos de alguna manera, ajena?

Es una fantasía.

Pero además es ajena a la cultura mexicana, porque los cowboys, de no ser por la televisión de los programas de hace 20 años, no hay como otra conexión.

Pues yo creo que esos programas de hace tantos años influyeron. Hubo una serie de películas también de vaqueros. Creo que muchas generaciones vivieron siempre dentro del tema de vaqueros y El Libro de Vaquero salió en un momento oportuno y bien dirigido. Antes que yo hubo una persona que hizo muy buenas portadas, se retiró y entré yo. Estuve en la época de oro, se llegaron a vender más de medio millón de ejemplares a la semana. No como otras revistas que empezaron a ser mas fuertes en la temática, llegar a ser semipornograficas, y no tuvieron éxito.

Pero El Libro Vaquero no se explica sin esas voluptuosidades, que no son tan generosas para el público femenino, ¿qué opinas de eso?

Yo creo que es…

¿Es una vía para atrapar audiencias?

Sí, cómo no, y lo hacíamos poniendo a la muchacha de este lado [señala el lado derecho], porque se empalmaban las revistas en los puestos y lo primero que llamaba la atencion era la muchacha.

¿Tenían modelos?

No, la verdad yo tenia muchas revistas de Playboy, me traían los especiales de Estados Unidos, y eran las modelos. Las movia como fueran, las caracterizaba, trazaba yo los personajes.

¿Qué papel juega la mujer fea en el Libro Vaquero?

Pues casi no se ponían, no había mujeres feas, las malas eran voluptuosas también, y eran de pelo negro, eso sí, las hacíamos las malas de pelo negro y muy volulptuosas, pero la mujer fea en general, yo no creo que haya mujeres feas, y no me gustaría dibujar a alguien así, porque creo que todas son bonitas.

Pero, ¿no tacharían eso ahora de discriminación?

Pues sí, lo pueden tachar, pero en general en las portadas nunca salió una mujer fea, eso sí, porque las tenía que platicar con el editor.

Eso era caer un cliché.

Sí. Pero era un cliché comercial, porque ellos sabían también y estudiaban todo lo que debería de ser.

¿Qué opinas de que en Mexico El Libro Vaquero sea el libro que más se lee?

Yo pienso que hasta es una costumbre ya de la gente, lo ha visto toda la vida. El Libro Vaquero ya tiene más de 30 años. A mí lo que me sorprende es que aun fuera de Mexico también gusta. Me lo llegué a encontrar en Nueva York, lo vendían allá. También se hizo el proyecto en inglés, en la época de oro, el problema fue que ya estaba registrado el titulo allá. Sí se editó en inglés, pero hubo el problema con el registro.

¿Has jugado videojuegos?

No, no me llaman mucho la atención.

Digo, porque ahí tambien hay mucha violencia y sensualidad.

Sí, los he visto y asustan, a mí no me gusta la violencia de esos juegos, es matar y matar…

¿A dónde te gusta viajar?

Hace un mes fuimos a Londres, fuimos a Granada, España, a ver flamenco. Mi esposa quería ver espectaculos de flamenco. He viajado varias veces a Europa por motivos de trabajo también y me encanta lo antiguo de ahí.

He ido a España como seis veces. Expuse en Barcelona y con estos muchachos Erick Beltran y Jorge Satorre, artístas conceptuales, becados por el gobierno mexicano y español. Tuvimos la suerte de exponer en el Museo de Arte Moderno de Paris, la exposición se llamaba Resisting the present. El dibujo me ha dado todo, nunca pensé llegar a exponer en el Museo de Arte Moderno y llegar y ver todos mis dibujos en las escaleras de esa exposición. Para mí es una maravilla.

¿Cuáles proyectos?

Pues hago ilustraciones para libros, carteles de cine, proyectos para series de televisión, haciendo el storyboard, el layout, diseño de personajes de varios programas…

¿Como por ejemplo?

No te puedo decir todavia, porque no han salido y son de Televisa.

¿Abrirse paso en otras alternativas de comunicación es más complicado?

Internet ayuda mucho, tengo una página, mi esposa me ayuda, y salimos como en cien sitios y entonces me llega trabajo de Mexico, Argentina, Europa. Y pues sí, es dificil abrirse paso, pero tengo esa ventaja de la página que es muy vista.

¿Para quién o para quiénes trabajas en Europa?

Ahorita trabajo para la editorial

Goursau, en Francia.

¿Qué tipo de trabajo?

Es dibujo infantil, ilustrar libros infantiles y han venido uno tras otro, así que es importante, y pues aquí en México hago cuadros para empresas de muchas personas, hasta de 20 personas hago cuadros; en México ilustro libros para varias editoriales, estoy a punto de empezar un cómic para una secretaría de gobierno, y pues son muchos los clientes que van llegando.

¿Qué técnica utilizas?

En color es wash.

Pero todo es manual.

Todo y la gente valora mucho el trabajo manual, porque lo moderno es muy bonito, pero como que quieren tener algo hecho a mano.

¿Qué te resulta mas difícil, comunicar un drama y provocar devaneos sensuales o transmitirle a los niños?

Lo que pasa es que yo soy un ilustrador y a veces siento que soy un interprete del autor, entonces me tengo que meter al trabajo, no se me dificulta mucho si me meto a la idea del autor. Me encanta hacer para los niños, pero también de otro tipo de dibujo me gusta trabajar, acaba de salir un libro en Holanda del trabajo de mis compañeros de España, que lo hicimos entre los tres. Hicimos una interpretación, es muy difícil interpretarlos, pero sí se pudo.

¿Tienes un tipo de ilustración preferida, que tu digas bueno pues en realidad si yo me pudiera dedicar solo a esto, solo lo infantil, solo erótico?

No, es que me encanta caricaturizar también a las personas, he trabajado haciendo caricatura y caricatura política, y como te digo hago caricatura grupal, no sé, los rostros me llaman mucho la atención, expresan muchas cosas.

Y, ¿no es difícil, digamos, cambiarse el switch de un tipo de ilustración a otra?

Sí, sí lo hago, pero un día hago un tipo de ilustración, ayer estuve haciendo tinta, y hoy voy a hacer color, y hoy sí cambie el switch y mañana vuelvo a la tinta.

¿Y los medios digitales crees que han impactado la profesión del ilustrador?

No, a mí me ayudan, porque digitalizo los trabajos, les compongo el color, los limpio y quedan mejor; a mí me gusta eso, me ayuda, no creo que vayan en contra. Hay gente que trabaja en forma digital y hacen cosas preciosas, me gustan, pero como te digo, la gente quiere conservar el original, con el manchón.

Si uno revisa a los medios está predominando la voluptuosidad de las mujeres, ¿qué opinas de eso?

En realidad lo hacen por un atractivo para la venta, porque veo que a veces no tiene relación la modelo con las noticias, es solamente llamar la atención, pero creo que fue una escuela que dejó El Libro Vaquero: llamar la atención. El Libro Vaquero, desde la portada, llamaba la atención, pero iba en relación a lo de adentro.

El vaquero imaginario de tu vida, ¿es de izquierda, derecha o centro?

Pues yo pienso que más bien es como un vaquero justiciero, que a lo mejor es un poco de izquierda, pero no de ningún partido de México.

Fotografías: Laura Garza / Círculo Rojo

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