jueves 28 marzo 2024

JJSS: periodismo innovador

por Carlos Castillo López

Hay vidas destinadas a innovar, a explorar ahí donde nadie se atreve en su momento, a dejarse influir por las ideas de los otros y traducirlas en su propio lenguaje, en su propio tiempo y espacio. Jean-Jacques Servan-Schriber, JJSS, firma acuñada para reducir la extensión del nombre, es una de esas personalidades que miró más allá de donde se detuvo la vista de los demás, e introdujo en Francia, al principio de los años 50 del siglo XX, una nueva forma de hacer periodismo: el semanario L’Express, tribuna que gracias a su estilo innovador en cuanto imagen, tratamiento de la información y línea editorial, representó un rompimiento con la prensa francesa heredada de la Segunda Guerra, portadora de banderas que cobijaban la información bajo el signo del bando elegido, de los que se enfrentarían más tarde, durante la guerra fría.

Herbert Lottman (1927), periodista y corresponsal con rango de historiador, neoyorquino, afincado en París desde 1956, retrata en su obra La rive gauche.

La élite intelectual y política en Francia entre 1935 y 19501 (Tusquets) el desarrollo del mundo de la prensa escrita que JJSS viviría en su momento; pasquines y “medios oficiales” del periodo de entreguerras tomaban partido, se disputaban e informaban a sus respectivas militancias con publicaciones de todo género: La Nouvelle Revue Française, Vendredi, Marianne, Esprit, Commune, entre otras muchas, incluían colaboraciones de autores como el Sartre aún apolítico, el primer Camus, las imaginerías surrealistas, la entrega ciega a la “causa” por parte de Aragon o Eluard, versos de Saint John-Perse, fragmentos de diarios de Gide o andanzas bélicas o no de Malraux. Un sinfín de nombres y una crónica de la intelligentsia y el arte que se daban cita en los cafés del París de aquellas décadas. La historia de Lottman narra la evolución de las ideas pero a su vez la de los medios empleados para expresarlas, y termina justo ahí donde el empeño de JJSS comienza. En 1953, con aquella generación de entreguerras dispersa, todavía en el exilio o refugiada, L’Express aparece con el objetivo de analizar de manera crítica el colonialismo francés, el 16 de mayo de ese año, e incluye una entrevista con Pierre Mendès France, severo crítico del gobierno;2 la causa en contra de las colonias francesas3 en el propio país apenas comenzaba a cobrar auge –se sumarían, desde sus páginas, Camus y Malraux–, y el entonces suplemento del periódico Les Echos daba inicio a una prensa que, más allá de los bemoles ideológicos o los “ismos” políticos, ideológicos y artísticos, comenzaba a despertar la conciencia nacional, a informar sobre otros asuntos que la propia historia hacia aparecer en una Europa que urgía de recomposición. Calificado como un hombre adelantado a su tiempo, JJSS se opuso a la retención de Argelia y de la entonces Indochina, y dedicó L’Express para informar de manera objetiva sobre la tortura de parte de su gobierno contra la población de ambos países: en el número 41 (27 de febrero de 1954), un reporte confidencial sobre las derrotas sufridas por Francia y la inconveniencia de mantenerse en guerra aparece justo antes de la conferencia internacional que se celebraría en Ginebra sobre la situación de Asia y las colonias europeas. (El 15 de noviembre de 1955, publicaría, en el mismo bemol, el texto “Mauriac accuse” (Mauriac acusa), donde el escritor y pensador católico denuncia de manera expresa la tortura de los franceses en África.) Surgía un periodismo de información oportuna y veraz, clara y demostrada, que se sacudía el estilo cerrado de la prensa anterior a la Segunda Guerra con el objetivo, según JJSS, de “ayudar al lector a comprender la realidad”. El éxito fue casi inmediato y en 1957 aparece L’Express como publicación independiente; en pocos años, las ventas seincrementarían a 750 mil ejemplares, bajo la tutela de un director (lo sería desde 1953 hasta 1960) que, una vez más, adelantado a su tiempo, apoyaba el feminismo naciente y llenaba la redacción de mujeres. Entre ellas, Françoise Giroud,4 recordada como la “artesana” del semanario, que se abría a las nuevas tendencias e incluía, por primera vez en Francia, secciones dedicadas a la moda y a la cultura, sumadas a un espíritu crítico del poder que utilizaba la revelación, el reportaje, la primicia o la investigación periodística para ejercer cada vez mayor influencia en la opinión pública. Fruto del análisis puntilloso de la situación mundial, JJSS –que fuera en su juventud columnista de la sección internacional de Le Monde– publica en 1965 El desafío americano, libro dedicado a advertir sobre el peso que EU cobraba frente a una Europa incapaz de sumarse a la ola de modernización que encabezaba aquel país; fue traducido a 15 idiomas y el primer año vendió 600 mil ejemplares, y representa uno de los primeros textos de su tiempo en hablar de Europa como una unidad político-económica. En contraparte, L’Express se beneficiaba de la admiración de JJSS por la cultura estadounidense. En 1964, y luego de un viaje de estudios para analizar Newsweek y Time, un cambio de formato, de la imagen y de la línea editorial imprime al semanario galo el nuevo aire de su tiempo, manifestado también en que la redacción fue el primer medio en Francia en contar con un fax: JJSS, en palabras de Serge Lafaurie, director de Le Nouvel Observateur, “fue uno de los primeros en intuir que la tecnología cambiaría nuestra forma de vivir y trabajar”.

El formato actual de L’Express (el logo de letras sin patines, gruesas y blancas sobre un fondo rojo) llegaría hasta 1979. En el camino, la defensa del aborto, la lucha por los derechos de las mujeres y contra la pena de muerte su sumaban a las causas encabezadas por la redacción que conducía JJSS; después de dejar la dirección del semanario, en 1974, fue nombrado ministro de reformas de Francia, cargo al que renunció como protesta contra las pruebas nucleares. Mientras tanto, las páginas seguían con ese espíritu revelador que caracterizó y todavía hoy caracteriza a L’Express: en 1979, publicarían el primer reportaje sobre el terror del Khmer Rojo en Camboya, con un JJSS dedicado a impartir clases en universidades estadounidenses y a informar sobre la catástrofe que podía representar la producción y prueba de energía atómica con fines bélicos. Fundador del semanario francés L’Express, diputado, ministro ocasional, catedrático, profundo analista, periodista entregado que revolucionó la labor de informar: los adjetivos que la prensa mundial dedica a JJSS, fallecido el pasado 7 de noviembre, no dejan de coincidir en una cualidad, la de considerar a la prensa como un instrumento de, para y por la sociedad, que contribuye al análisis veraz de los acontecimientos. El trabajo de JJSS apareció en un momento fundacional de nuestra era, para ser ejemplo de cómo el compromiso con la verdad forja el porvenir auténtico de los pueblos, el del conocimiento, el de la educación.

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