sábado 20 abril 2024

Honrar los principios

por Michiel Munneke

La tecnología del siglo XXI está cambiando todo, y para nadie más que para los fotógrafos, pues trabajan con medios que se definen por la tecnología.

En su edición actual -y probablemente la última- el Diccionario Oxford de la Lengua Inglesa nos describe lo que esto significa: “Fotografía (sujeto): imagen hecha con una cámara fotográfica, que posteriormente se enfoca en película fotográfica y se hace visible y permanente mediante un tratamiento químico.” ¡Qué anticuado! Hoy en día esto parece un recuerdo distante para la mayoría de los fotoperiodistas profesionales, y para algunos de nuestros colegas más jóvenes, que jamás han siquiera tocado película fotográfica y que no reconocerían el aroma distintivo de un cuarto oscuro, es toda una lección de historia. Vivimos en un mundo nuevo, en el cual el significado de la palabra “fotografía” necesita redefinirse, desasociándola de su base concreta o método de producción y concentrándose en lo que la imagen producida en sí significa. Cada fotografía que vemos ha pasado por un proceso digital, aunque sea tan sólo con el propósito de impresión, y lo digital cambia las reglas del juego, e incluso el campo de juego, de nuestra profesión. ¿Quién puede determinar qué es lo real en el mundo digital?

Los estándares del fotorreportaje de noticias aún no se han establecido. Vivimos en un mundo confuso en el cual las revistas de noticias le dicen a sus lectores que ninguna imagen es manipulada y, sin embargo, las imágenes de portada se crean rutinariamente en computadora. Algunos editores creen que está bien retocar una foto para proteger a sus lectores del horror gráfico, como puede ser una imagen de miembros ensangrentados de un cuerpo destrozado, sin embargo, algunos fotógrafos han perdido sus empleos al tomar decisiones similares. Las reglas aún no se fijan y, mientras el suelo se mueva bajo nuestros pies, seguiremos en la búsqueda de los estándares profesionales a los que debemos adherirnos.

Durante los últimos cinco años no sólo se ha revolucionado el proceso de producir noticias sino que estamos al principio de otra odisea mientras la Internet cambia las viejas reglas de distribución.

La información ya no sólo proviene de expertos calificados sino de cualquier ciudadano que tenga un teléfono móvil y una computadora, y las consecuencias de esto son significativas.

Al ponerlo todo sobre la balanza, debemos concluir que estamos experimentado un momento de oportunidades extraordinarias, para bien o para mal. Esto resulta muy estimulante, no obstante, también alarmante, porque una vez más las reglas no se han fijado.

¿Qué es lo que significa “publicar”? ¿Cualquiera con una computadora es un autor y un editor? Y, para los que estamos presentes esta noche, debemos considerar qué es lo que significa ser un fotógrafo “profesional”. ¿Qué hace que los mensajes que transmiten las fotografías galardonadas de fotógrafos profesionales sean más relevantes o más importantes que todo lo demás que se encuentra en Internet?

No puede haber duda alguna de que la misión de World Press Photo, en su papel de plataforma global para el fotoperiodismo, exige que reflexionemos sobre estas cuestiones; una guía crucial para definir las reglas no escritas sobre lo que puede hacerse y lo que no debe hacerse se puede encontrar, sorpresivamente, en los principios más antiguos: la ética, la integridad y la reputación. La ética significa saber qué es lo correcto; La integridad significa hacer lo correcto; y La reputación significa reconocer quién está en lo correcto.

En todos los medios estos principios, aplicados asiduamente, distinguen al profesional del aficionado.

Estos ideales continuarán protegiéndonos de la falsedad en el siglo XXI así como lo hicieron durante el siglo XX. Y, de igual importancia, estos estándares serán reconocidos y apreciados por una audiencia sólida y duradera, que requiere de información objetiva e íntegra sobre lo que ocurre en el mundo. A través de los cambios a los que nos enfrentemos nunca debemos perder de vista estos estándares. Hoy más que nunca debemos promover estos valores; con esto en mente, se vuelve clara la relevancia que tiene World Press Photo como un catalizador adecuado. Esta noche estamos aquí para honrar estos principios, y seguiremos haciéndolo en los años venideros.

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