jueves 18 abril 2024

El magnate fantasma

por Francisco Báez Rodríguez

Los periódicos dieron la noticia de que el mexicano Ángel González compró la mayoría de las acciones del Canal 9 de la televisión argentina. Fue una sorpresa para muchos conocer el nombre de este empresario, que no se apellida ni Azcárraga, ni Salinas, y ni siquiera Vargas. No lo debe ser tanto.

Ángel González nació en Monterrey, de familia muy modesta, es el caso típico del self-made man con vocación de nómada. Desde joven se dedicó a las ventas, y como vendedor viajó a centro y Sudamérica. Pronto entró al negocio de la televisión, como vendedor de programas. A fines de la década de los 60 le tocó vender por todo el continente una joya comercial, la telenovela hoy clásica Simplemente María (la peruana, la de Saby Kamalich; no la argentina).

De esa historia seminal de la sirvienta que se casa con el patrón, sacó Angelito el capital de base que necesitaba para independizarse como distribuidor en toda América Latina de películas y series estadounidenses.

De trato amable, buen negociador, astuto, González es un magnífico vendedor, entre otras cosas porque no tiene la rigidez de los grandes distribuidores (lo que a su vez le permite hacer provechosas labores de intermediación con clientes escasos de crédito). Así fue como creció su negocio haciéndose de canales de televisión en Guatemala, República Dominicana, Chile y Perú (donde han hecho historia sus pleitos legales con la familia Delgado Parker, poderosos empresarios televisivos).

También participó en la puja por Televisión Azteca, como socio del grupo que encabezaba Francisco Aguirre Gómez. Sólo la liquidez de Isaac Saba, en apoyo de Ricardo Salinas Pliego, evitó que ese grupo ganara la puja, en la que quedó en segundo lugar.

Una de las características de González es su discreción. Pocos saben lo que tiene. Menos aún, lo que tiene entre manos. Otra, es la utilización de varias empresas y testaferros, que le agilizan el negocio.

Ser propietario de uno o varios canales de televisión abierta, en cualquier país, hacen de esa persona un actor político, quiéralo o no. González se ha convertido en una pieza importante de la política guatemalteca, ha estado envuelto en los habituales escándalos político- mediáticos de Perú y tiene influencia en los otros países donde tiene inversiones. Ahora tocará elturno a Argentina: un mercado y una nación más grandes.

Por supuesto, vive en Miami, adonde también se ha mudado (dejando “el barrio”, porque así describía una de las colonias más exclusivas del DF) su brazo derecho, otro hábil vendedor, Wilson Altesor, uruguayo nacionalizado mexicano.

Pepe Espinoza en la tierra de Jaime Maussan

Se puede zapear también en radio. Y ahí notar que es fin de año, la mitad de los reporteros no están y Pepe Espinoza habla de ese deporte que tanto desprecia: el futbol soccer. Su compañero de transmisión es, si el oído no me falla, Fernando Espinoza (mil disculpas si era otra persona, en todo caso es alguien que trabaja de locutor). Del futbol, la conversación pasa a la estratosfera. Esto es lo que escuché:

Pepe: Pensar eso es como creer que el hombre no fue a la luna.

Fernando: Pues yo tengo entendido que el viaje del hombre a la luna es la mayor producción de Hollywood.

Pepe: Por supuesto que el hombre fue a la luna. En el Apolo 11. Con Neil Armstrong, Buzz Aldrin y, déjame recordar… Collins.

Fernando: Pues dicen que ese alunizaje fue trucado. Que nunca llegaron a la luna.

Pepe: Sí llegaron a la luna, e instalaron un retrorreflector láser que mide exactamente la distancia de la tierra a la luna, con variaciones de científicos.

Fernando: ¿A poco habían inventado el rayo láser en esa época?

Pepe: Sí, claro. Y ese retrorreflector láser que era parte del sistema de experimentos de la NASA también lo utilizaron los soviéticos para medir las distancias. Es imposible que haya sido un truco. De hecho, los soviéticos habían alunizado antes, pero con una nave no tripulada, el Lunojod. Los Estados

Unidos invirtieron mucho dinero en ganar la carrera espacial, porque los soviéticos iban adelante.

Fernando: ¿Qué no fue un americano el primer hombre en el espacio?

Pepe: Fue un soviético, Yuri Gagarin. Los americanos habían lanzado una nave tripulada a la estratosfera, pero no orbitó. El primer hombre que orbitó la tierra fue un soviético. También la primera mujer.

Fernando: Eso fue mucho después ¿no? En 1969 o 1970.

Pepe: Fue mucho antes. El hombre llegó a la luna en 1969. La primera mujer en el espacio fue una cosmonauta soviética, Valentina Tereshkova, y viajó en 1963.

Fernando: ¡Ahh! Entonces fue primero Gagarin, luego Valentinay luego la perrita Laika.

Pepe (supongo que jalándose los pocos cabellos que le quedan): Laika fue el primer ser vivo que lanzaron al espacio. Eso fue antes, en 1956 más o menos.

Fernando: ¿Y cómo regresó?

Pepe: No regresó. Por eso mandaron un perro callejero y no un ser humano.

Fernando: Bueno, parece que hay que ir a comerciales, porque esto ya parece una emisión de Jaime Maussan y don Pedro Ferriz Santacruz.

Pepe (con un suspiro de alivio): Sí, una pausa y regresamos

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