martes 19 marzo 2024

El descrédito de los partidos y otras réplicas del terremoto

por etcétera

Las láminas de esta revista etcétera van a imprimirse ocho días después del terremoto del 19 de septiembre, y por ello todavía están impregnadas por la conmoción que generan decenas de miles de damnificados en la Ciudad de México, Chiapas, Morelos, Oaxaca y Puebla. En el sitio web de esta casa editorial se halla parte de la memoria gráfica y testimonial sobre lo que significó este fenómeno natural, entre otras cosas a saber: reveló otra vez la desigualdad que en los más pobres concentró sus consecuencias –decenas de casas y escuelas derruidas, y un número aún incalculable de personas a la intemperie–; mostró en la capital del país que la indolencia cuando no la corrupción explica buena parte de los 38 edificios caídos así como el que existan más de 360 en condiciones de gran fragilidad. Desde luego que el sismo también enseñó el aporte de los medios de comunicación así como sus principales taras en favor del sensacionalismo y las omisiones informativas porque, en no pocas ocasiones, se privilegió el espectáculo que otorga puntos de rating, lectores y cantidades de clics en los sitios digitales.

La réplica del terremoto abarcará los siguientes meses como lo muestra desde ahora toda la infraestructura dañada en diferentes regiones de las entidades aludidas y, ante todo, la gran cantidad de damnificados; también seguirá sometiendo a prueba la capacidad de los medios para registrar las anomalías de las construcciones, y acaso sobre todo, las demandas de los ciudadanos; para esto último, no cabe duda, la autocrítca es fundamental. Aquí destacamos el fenómeno mediático llamado “Frida Sofía” como ejemplo de las insuficiencias noticiosas y la falta de autocrítica para comprender que en situaciones como estas, aunque aumente la probabilidad de errores, es imperante tener el dato verificado, sobrio y preciso, porque el periodismo no es cosa de buena o mala fe, debe anteponerse a la frivolidad del espectáculo en el que, en este caso, participaron (casi) todos los medios aunque, claro, unos más que otros, como documentamos enseguida.

Una vez más ante una tragedia como ésta, sucedida exactamente 32 años después a la de 1985, la solidaridad de los ciudadanos se volcó en las calles y, en veces, rebasó la capacidad de las instituciones públicas e incluso al Ejército (aunque debamos decir que las instituciones funcionaron con eficacia sin estar exentas de errores, además de los miembros de la Marina que han tenido un papel tan destacado que en diferentes puntos de las zonas afectadas, han sido recibidos o despedidos con aplausos). Aquella fue la expresión social más destacada, sin duda, y tuvo un gran aliado en las plataformas digitales, en particular las redes, aunque desde esas herramientas se expandieron diversos bulos y arengas políticas que tuvieron la intención de lastimar al adversario que agrupó a las legiones de las redes; el empleo de esos recursos de manera responsable, como sea, representan un reto relevante para la solidez de la cultura democrática ciudadana.

Entre todos esos elementos, las víctimas fatales del terremoto y los damnificados son lo más relevante, vale la pena decirlo otra vez, para subrayar enseguida que lo sucedido este 19 de septiembre también desnudó el descrédito de los partidos políticos, más aun cuando entre ellos se estableció una especie de subasta por ver cuál era el más generoso al momento de destinar sus recursos para la atención de las víctimas. Entre la demagogia de los líderes se abrió paso la idea de acabar con el financiamiento público que en año electoral asciende a casi 13 mil millones de pesos (sin contar los recursos que estos institutos reciben de parte de los gobiernos que encabezan e incluso de poderes fácticos). No sabemos aun a qué puerto llegue la demagogia pero sí anotamos que, desde nuestro punto de vista, el quid es el gran dispendio de cantidades millonarias que deben ser reducidas y estar sujetas a un régimen de transparencia, porque es evidente el riesgo que implica el hecho de que los partidos tengan financiamiento del capital privado. Al cierre de esta edición se hablaba de una propuesta del PRI tendiente a desaparecer el régimen de representación proporcional y ese nos parece un riesgo más de involución autoritaria producto de la lucha por el poder que se dirimirá en 2018 pero que desde ahora comienza a cobrar rostro.

Esperamos que la civilidad ciudadana que se expresó este 19 de septiembre tenga la fuerza para rechazar las embestidas demagógicas de los partidos políticos.

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