viernes 19 abril 2024

El control de Internet: el caso Snowden

por Sergio Octavio Contreras

Con el escándalo de espionaje de la vida privada de millones de cibernautas por parte del gobierno de Estados Unidos queda al descubierto un intento más del sistema político por intentar controlar Internet. Las revelaciones de Edward Snowden, ex técnico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), sobre un programa global de vigilancia ponen nuevamente sobre la mesa de discusión la neutralidad tecnológica ante la intervención de los gobiernos para tratar de socavar derechos civiles como la privacidad y la organización en red.

El escándalo que protagoniza la administración de Barack Obama confirma las hipótesis sobre la doble moral en las políticas de algunos Estados y sus pretensiones por ejercer dominio social a través de la nueva tecnología. Las herramientas de espionaje no son utilizadas solo por gobiernos autoritarios y verticales como China o los regímenes de Siria o Túnez, sino también por otros gobiernos con democracias estables como Inglaterra o Francia, donde se han puesto en marcha estrategias de vigilancia sobre el escenario público y privado de Internet.

Las empresas también colaboran en la entrega de fragmentos de la vida privada y en la “supervisión” de lo que hacen, publican o comparten las personas en Internet, en redes sociales, comunidades wikis, plataformas de almacenamiento, teléfonos móviles o sistemas de mensajería como WhatsApp. Compañías como Facebook o Microsoft han reconocido su relación con sistemas policiacos de vigilancia para permitir el acceso a contenidos de la vida privada de los usuarios. En México no es la excepción, no solo gobiernos estatales y el federal mantienen sus ojos en la red, también algunas compañías (por ejemplo telefónicas) emplean tecnología de espionaje sobre sus consumidores.

La supervisión en la red por parte de los poderes político y económico es sin duda una intromisión a la privacidad, a lo que piensan los usuarios, a sus ideas escritas o montadas en imágenes, compartidas en comunidad, a la comunicación que construyen con amigos y familiares, dado que la red se ha convertido en un espacio donde la mayoría de las personas la utilizan para explorar el mundo digital, para edificar “identidades”, expresar emociones personales, informarse e integrar determinados contenidos a sus vidas diarias (Katz y Rice, 2002).

¿Autonomía y neutralidad?

Dentro de la cuestionada teoría del determinismo tecnológico se considera que la tecnología es autónoma en el sentido de que se desarrolla al margen de influencias y controles sociales, generando modificaciones dentro de las distintas esferas de producción humana (Winner, 1979). Bajo esta perspectiva Internet seguiría su propia lógica de crecimiento y mejora, donde los sujetos que participen en su innovación aunque pertenecen a la sociedad, su actividad se situaría en un plano independiente de dicha pertenencia.

“La introducción de un robot en un puesto de trabajo industrial no sólo aumenta la productividad, sino que a menudo modifica en forma radical el proceso de producción, redefiniendo el significado de trabajo en ese lugar. Cuando se adopta una nueva técnica o instrumento sofisticado en la medicina, se transforma no solo lo que los médicos hacen, sino también la manera de pensar de las personas acerca de la salud, la enfermedad y la atención médica. Las alteraciones de este tipo difundidas por las técnicas de comunicación, transporte, fabricación, agricultura, etc., son, en gran medida lo que distingue nuestra época de los periodos anteriores de la historia humana. La clase de cosas que tendemos a considerar meras entidades tecnológicas se hacen mucho más interesantes y problemáticas si comenzamos a observar la gran influencia que tienen sobre las condiciones de vida social y moral” (Winner, 1987).

Las nuevas tecnologías y sus innovaciones tienen como origen el desarrollo de Internet (Matterlart, 2002) que se popularizó hasta 1993 cuando fue abierta a la sociedad bajo el nombre de World Wide Web (Red Global Mundial). Sin embargo la tecnología de transmisión de datos había nacido 25 años atrás, cuando científicos realizaron investigaciones para el desarrollo de una red global (Abbate, 1999). Si bien su origen fue científico, el desarrollo de la red en las últimas dos décadas (como los software de seguridad o las cámaras de vigilancia en edificios o avenidas conectadas en red) no se encuentran al margen de la influencia social.

En los distintos periodos en los que aparecieron determinados inventos, se ha llegado a considerar que la tecnología es neutral, es decir, que en su construcción y difusión no existieron motivaciones humanas que pudieran ser consideradas buenas o malas. Tal perspectiva parece convertirse en ilusión cuando los aparatos ya no pueden ser analizados a partir de las mejoras en la industria (como la digitalización de la producción) o por los daños al medio ambiente que ocasionan los combustibles, sino porque pueden representar mecanismos de control.

A partir del contexto, de los fines de creación y también de la apropiación de los usuarios, se podrían analizar las tecnologías para identificar su neutralidad como se propone en el célebre ensayo de Langdon Winner, “¿Los artefactos tienen política?”:

a) El diseño, la planificación o el sistema de una tecnología puede convertirse con el tiempo en un medio para establecer patrones de autoridad en un cierto entorno.

b) Las propiedades rebeldes de ciertos artefactos se encuentran inevitablemente ligadas a formas de poder, donde la intervención de los sistemas sociales para alterar sus cualidades políticas es casi imposible.

En la época de Internet la nueva tecnología no escapa a lo político: élites de poder utilizan variadas innovaciones para ejercer determinados dominios sobre los demás; en tanto grupos de resistencia construyen sus propias trincheras para escapar de la pretendida autoridad. ¿Es acaso esta lucha entre dominados y dominadores un asunto de democracia? Esta pregunta la podríamos llevar a lo que Mumford alguna vez planteó sobre los fines de las tecnologías democráticas y autoritarias:

“No debemos preguntarnos lo que es bueno para la ciencia o la tecnología, y todavía menos lo que es bueno para la General Motors, para la Unión Carbide, para la IBM o para el Pentágono, si no lo que es bueno para el hombre, y no el hombre condicionado por la máquina, regulado por el sistema, el hombre-masa, sino el hombre en persona, el hombre en libre movimiento en todas y cada una de las áreas de vida” (Mumford, 1964).

Una mirada sobre la autonomía, neutralidad o democracia tecnológica también debe tomar en cuenta el impacto que los nuevos artefactos tienen sobre el contexto donde se implementan, y más si en la actual era digital parte del desarrollo tecnológico está mediado por la libertad en la construcción de mejoras o en las extensiones de los procesos, como es el software libre o la llamada “cultura libre”.

En el caso de Internet, existen diversos impactos sobre las esferas sociales, la economía, el comportamiento cotidiano de los individuos y las relaciones humanas. Estos impactos parecen tener efectos secundarios profundos en las formas de poder y la organización política: movimientos sociales, indignados digitales, caída de regímenes autoritarios, exigencia de derechos civiles, protestas estudiantiles, etcétera. Algunos autores señalan que en los últimos tres años se registraron movilizaciones en red en más de 80 países, donde los usuarios emplearon las nuevas tecnologías de la comunicación para organizarse.

En el campo de la acción social a través de la red, la participación civil en política está reconfigurando las fuerzas de poder entre el sistema tradicional del Estado-Nación y el modelo de democracia representativa en América Latina y en varias partes del mundo. Mediante Internet los usuarios pueden conectarse a comunidades afines, emitir críticas y opiniones a través de distintas plataformas de expresión: blogs, foros, salas de charla, redes sociales, etcétera. Vale la pena preguntarnos si en estas acciones virtuales el artefacto (como el teléfono móvil o la tableta) puede llegar a transformar los campos políticos reales donde los usuarios interactúan.

El caso Snowden

A finales de mayo de 2013, Edward Joseph Snowden, ex técnico de la CIA y colaborador de la Agencia Nacional de Seguridad Nacional (NSA), filtró en The Guardian y The Washington Post, información sobre un programa clandestino de vigilancia en Internet por parte del gobierno de Estados Unidos. La filtración demostraba que autoridades policiacas y de inteligencia espiaban la vida de millones de cibernautas en todo el mundo. La publicación de documentos confidenciales generó un escándalo político que hasta la fecha mantiene en crisis a la Casa Blanca.

Snowden sirvió en el ejército norteamericano y laboró a partir de 2004 para la CIA, institución que abandonó en 2009 para comenzar a trabajar en instalaciones de la NSA a través de una consultoría privada. Mediante la empresa Booz Allen Hamilton, encargada de proveer asesoría a los gobiernos en materia de nuevas tecnologías, seguridad y defensa cibernética fue como Snowden tuvo acceso a los datos clasificados del programa de espionaje.

Booz Allen Hamilton colaboró con el gobierno de Estados Unidos ofreciendo servicios de operación durante la invasión a Afganistán en 2001 e incluso realizó trabajos para el gobierno federal mexicano durante el sexenio de Felipe Calderón según lo muestra un estudio autorizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) y la Unidad de Inteligencia Financiera (http://www.dhs.gov/xlibrary/assets/cnecriminalproceedsstudy.pdf).

El 20 de mayo de 2013, el ex técnico de la CIA viajó a Hong Kong para dar su primera entrevista a The Guardian, al que reveló ser la fuente de las filtraciones sobre el programa de espionaje en Internet llamado PRISM. Al ser interrogado sobre el por qué filtró la información para que la conociera la opinión pública, contestó que no puede permitir “al gobierno de Estados Unidos destruir la privacidad, la libertad en Internet y las libertades básicas de la gente de todo el mundo”.

El 23 de junio Snowden voló de Hong Kong a Moscú a través de la línea Aroflot. Desde ese día permanece sin poder salir de la sala de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremétievo dado que su pasaporte fue cancelado por el gobierno norteamericano. Solicitó asilo político a España y a varios países latinoamericanos como Bolivia y Cuba. El 5 de julio el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofreció asilo a Snowden para “protegerlo de la persecución imperial norteamericana”. La Casa Blanca advirtió que los países que ofrecieran asilo al ex agente tendrían problemas diplomáticos con Norteamérica.

En un informe publicado por The Washington Post el 6 de junio, se dio a conocer que el programa PRISM tiene como fin espiar a través de la red a ciudadanos que vivan fuera de Estados Unidos, pero también a ciudadanos norteamericanos cuando estos hayan tenido contacto con extranjeros. El programa recolecta información de la vida de las personas que son vigiladas, desde sus correos electrónicos, videos, fotografías, conversaciones en salas de chats, direcciones IP, etcétera.

Según las filtraciones de Snowden, el programa PRISM trabaja en colaboración con nueve empresas tecnológicas que dan acceso a datos personales de los usuarios. Las nueve empresas que ayudan a Estados Unidos mediante la NSA son Google, Microsoft, Facebook, Apple, YouTube, Skype, Yahoo!, AOL y PalTalk. Pero no solo las compañías de internet han colaborado en el espionaje, la empresa telefónica Verizon dio acceso al gobierno para “vigilar” las conversaciones de sus clientes.

La NSA puede “monitorear” en directo a los usuarios llamados “objetivos”, de quienes no solo se obtienen comunicaciones privadas sino también los metadatos: se refiere a información que sirve para comprender el contexto, por ejemplo una imagen está conformada por una gama de datos como son el tamaño, la profundidad de color, la resolución, la fecha de creación, etcétera.

PRISM se puede ubicar en un inicio bajo el amparo de la norma Foreing Intelligence Surveillance Act (FISA), publicada en 1978 pero con limitaciones para operar dado que se requería una orden judicial para que el gobierno pudiera vigilar electrónica y físicamente a cualquier persona “sospechosa”

de poder realizar actividades terroristas. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2011 y con la aprobación de Patriot Act o Ley Patriota, los órganos policiacos y de espionaje de Estados Unidos recibieron vía libre por parte de los congresistas para poder vigilar a cualquier persona sin requerir alguna orden judicial.

El caso de espionaje alcanzó la tensión global cuando se reveló que entre sus objetivos se encontraban ciudadanos de otros países. Los reportes indican que la NSA habría intervenido en 2010 conversaciones entre políticos de la Unión Europea e integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), además de haber monitoreado a ciudadanos de Alemania. La NSA también habría recolectado millones de datos personales de usuarios en Brasil a través de una empresa de telefonía norteamericana conectada con la red brasileña, además de “intervenciones” en otros 12 países latinoamericanos, incluyendo México, Colombia, Venezuela, Perú y Panamá.

No solo el gobierno de Estados Unidos protagoniza tal vez el peor escándalo de espionaje en la era digital. Entre los documentos filtrados se comprobó que el gobierno de Gran Bretaña montó un sistema de espionaje a través de teléfonos e Internet para “vigilar” las conversaciones de las delegaciones que participaron en 2009 dentro de la Cumbre G-20 que se celebró en Londres (www.g20.org). El gobierno británico realizó tal operación mediante la dependencia Government Communications Headquarters (GCQH) cuya función es “mantener a nuestra sociedad segura y exitosa en la era de internet” (www.gchq.gov.uk).

En tanto, en Francia el 4 de julio, Le Monde publicó un reportaje donde acusó al Ministerio de Seguridad de realizar a través de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE) prácticas de espionaje en internet sin que exista un marco legal que lo permita. La DGSE colabora desde 2008 con la Dirección de Inteligencia Militar (DRM), la Central de Seguridad Interna (CSI), la Dirección Nacional de Inteligencia de Aduanas e Investigación (DNRED), la Dirección de Protección y Seguridad de la Defensa (DPSD) e incluso con la Prefectura de Policía de París, para recolectar información de la vida privada de miles de franceses.

El espionaje generó la protesta de millones de cibernautas. Desde organizaciones civiles para la defensa de los derechos humanos y la privacidad, hasta el proyecto WikiLeaks. En el campo político algunos gobiernos mostraron molestia por la vigilancia en internet y enviaron cartas diplomáticas, como fueron los casos de China y Alemania.

En América Latina, la mayoría de los gobiernos que fueron señalados en los informes como objetivos de la NSA criticaron el espionaje global. La presidenta de Argentina Cristina Fernández pidió una explicación a la Casa Blanca sobre la operación del programa PRISM; Ollanta Humala, presidente de Perú, aseveró que las actividades de espionaje afectan la vida personal y pidió al Congreso local pronunciarse al respecto; el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, exigió a las autoridades estadounidenses transparencia y respeto a las normas internacionales que protegen la intimidad de las telecomunicaciones; el presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Sigfrido Reyes consideró la intervención de las redes como una violación a la soberanía de su país, mientras el embajador de Nicaragua en Estados Unidos, Denis Moncada, afirmó que el espionaje es un delito que atenta contra los derechos civiles.

En el caso de México la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió una postura indirecta a través de un comunicado donde pidió al gobierno norteamericano informar sobre el sistema de vigilancia pues “las relaciones entre países se conducen con respeto y apego al marco legal”, en tanto Colombia mediante una misiva pidió a Estados Unidos una explicación sobre el tema ante la recopilación de datos de miles de ciudadanos de aquel país.

Por su parte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y funcionarios de primer nivel, han defendido ese programa de espionaje al señalar que gracias a la intromisión en la vida privada de las personas, se logró prevenir ataques terroristas. Las empresas de tecnología lo mismo han reconocido su colaboración con el NSA, como también han advertido que la entrega de información fue a través de una orden judicial e incluso aceptaron haber participado en la decodificación de mensajes encriptados como lo hizo Microsoft mediante su servicio Skype.

Conclusiones

En el área global y tecnológica del siglo XXI, Internet se ha convertido tal vez en el principal medio de libertad de comunicación que tiene la humanidad. Los mayores márgenes de autonomía que permite la red a sus usuarios, las posibilidades de mejora del conocimiento a partir de la cultura libre y una filosofía colaborativa permiten que los artefactos conectados puedan convertirse en instrumentos de información, de rebeldía, de expansión de formas de poder a través de la comunicación para establecer lazos de organización y movilización civil.

Sin embargo tal libertad parece estar en riesgo por las intenciones de los gobiernos por establecer límites a las formas en las cuales las personas pueden conectarse con sus semejantes. En los últimos años se han registrado en el mundo toda una gama de medidas que pretenden controlar la vida de los usuarios mediante iniciativas de ley, establecimiento de códigos de sanción y la tipificación de delitos cuya aplicación queda en manos del poder político.

Debido a las afectaciones que los Estados, los poderes políticos y económicos padecen a causa de la libertad de la red, deciden utilizar aparatos coercitivos contra los usuarios según lo determinen sus políticas públicas, creando marcos normativos estrechos para criminalizar determinadas actividades o bien bajo pretextos como la luchar contra “enemigos” externos como el terrorismo o el narcotráfico, es como auto-dirigen una campaña contra el “mal”, escondido siempre entre la sociedad civil.

El espionaje global en Internet, la participación complaciente de empresas en la entrega de información a órganos policiacos y los mecanismos de vigilancia doméstica que se han descubierto (y aquellos que aún están ocultos en algunos países) pretenden en el fondo controlar precisamente la libertad del internauta, penetrando no solo en su vida en red y su privacidad, sino más allá: en la mente, en las ideas de los usuarios.

Referencias

Abbate, Janet. (1999). Inventing the Internet. Estados Unidos: Cambridge MIT Press.

Katz, James y Rice, Ronald E. Social Consequences of Internet Use: Access, Involvement, and Interaction. Cambridge MIT Press. Massachusetts 2002.

Mattelart, Armand (2002). Historia de la sociedad de la información. Barcelona: Paidós.

Mumford, Lewis: “Técnicas autoritarias y democráticas”, en Revista Anthropos Nº 14, Barcelona, abril de 1989.

Winner, Langdon (1979). Tecnología Autónoma. La técnica incontrolada como objeto del pensamiento político. Barcelona: Gustavo Gili.

Winner, Langon. Do Artifacts Have Politics?” (1983), en: D. MacKenzie et al. (eds.), The Social Shaping of Technology, Philadelphia: Open University Press, 1985.

Notas

Para conocer más sobre la vida de Edward Snowden consultar el video de la entrevista que realizó el diario The Guardian:

http://www.guardian.co.uk/world/video/2013/jun/09/nsa-whistleblower-edward-snowden-interview-video

Sobre los motivos de Snowden para poner el descubierto el plan de vigilancia en internet, revisar la información publicada por la cadena CBS:

http://www.cbsnews.com/8301-250_162-57588403/man-claiming-to-be-nsa-whistleblower-comes-forward/

Información sobre el funcionamiento del programa de espionaje norteamericano PRISM:

http://www.washingtonpost.com/investigations/us-intelligence-mining-data-from-nine-us-internet-companies-in-broad-secret-program/2013/06/06/3a0c0da8-cebf-11e2-8845d970ccb04497_story_1.html

Datos sobre los gobiernos y ciudadanos latinoamericanos más espiados por Estados Unidos:

http://oglobo.globo.com/mundo/espionagem-dos-eua-se-espalhou-pela-america-latina-8966619

Respecto al espionaje de la NSA contra objetivos alemanas, consultar el diario Der Spiegel:

http://www.spiegel.de/international/germany/german-prosecutors-to-review-nsa-spying-allegations-a-908636.html

En cuanto al programa de espionaje en Francia:

http://www.lemonde.fr/societe/article/2013/07/04/revelations-sur-le-big-brother-francais_3441973_3224.html

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