viernes 29 marzo 2024

¿De qué se ríen?

por Ulises Castellanos

Ustedes disculparán, pero me pareció patético que a unas horas de que los normalistas de Ayotzinapa quemaran el Palacio de Gobierno en Chilpancingo, ya estaba en las redes una especie de “selfie colectivo” donde presuntos fotógrafos y periodistas locales posan muertos de la risa frente al fuego dejado por los manifestantes. ¿Qué ridiculez fue ésa?

¿De qué se ríen? ¿Qué nos pasa? ¿Quiénes son? ¿Para quién trabajan? ¿Por qué posaron de esa manera? ¿Cuándo se perdió tanta sensibilidad? Carajo. ¿Acaso no ven cómo está el país? ¿Y son ellos los que se quejan del gobierno? ¿Son los mismos que reclaman justicia cuando matan a un colega? Insólito. Lo siento, pero en el primer momento en el que vi esta foto, solo pude pensar en que la estupidez humana no tiene límites. La foto de “graduación” improvisada que hacen frente al Palacio quemado me recordó las ofensivas imágenes tomadas por soldados en la cárcel de Abu Ghraib, allá en Irak en 2003, durante la invasión norteamericana que tanto revuelo causó y que le costó el puesto a docenas de soldados, afectando terriblemente la imagen del ejército gringo y su ética de combate.

Veo esta foto de los “colegas” en Guerrero -que dicho sea de paso, no reconozco a ninguno- y me parece que urge incorporar en todas las escuelas de comunicación el tema de ética periodística con fuerte énfasis en derechos humanos y respeto a las víctimas. Eso, suponiendo que los que se posaron y se tomaron esa foto hayan siquiera terminado la secundaria.

Fue entonces que para documentar mi optimismo, decidí recurrir a Facebook para preguntarle a mis amigos sobre lo que opinaban de dicha imagen y saber si de pronto uno está solo en sus pensamientos, pero por fortuna me di cuenta que no, que la indignación también es colectiva.

Aquí algunos de los casi 100 comentarios que desató dicha foto en mi muro ese mismo día:

-Iván Lizárraga, fotógrafo de Sinaloa, dice seco: “Mal”.

-Laura Gabriela Núñez Rodríguez: “¡Pues si no es fiesta carajo!”.

-Cesar Jasso, alumno de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UP: “Parece que están cubriendo un Vive Latino o algo por el estilo”.

-Fátima Flores ataja: “Pendejos”.

-Joel Hernández Santiago duda: “No puede ser. ¿No es un montaje?”.

Es decir, nadie en su sano juicio puede digerir el tamaño de esta estupidez.

-Claudio Briones: “Creo que para mí, demuestra falta de vocación, profesionalismo y sensibilidad ante lo que está pasando”.

-La reconocida fotógrafa Lourdes Almeida es escueta y dice: “Lamentable”.

-Saúl Ramírez se suma y agrega: “Lamentable. Esta sería la generación del ‘nuevo periodismo’? De muy mal gusto”.

A mí de pronto me recordó al idiota que trabajaba en el IMSS y que se tomaba selfies con los cadáveres, otro extremo del narcisismo a ultranza. Esto demuestra que para una franja de nuestra sociedad “el otro” o “lo que sufra el otro” no importa. Primero está mi selfie como testigo de que “yo” existo, “yo” estuve ahí y luego todo lo demás.

Por supuesto, no faltan los militantes de alguna “buena causa”, como Alejandro Saldaña Santana, que sin mayor reflexión suelta: “Si lo hacen Loret de Mola y López Dóriga en Haití o Afganistán… ¿Por qué ellos no?”. Y a pesar de que su afirmación es falsa, se trata de un comentario

aislado entre cien. Es decir, Don Alejandro parece decirnos: “Sí, sí, es una estupidez, pero si lo hacen los que odio, ¿por qué ellos no?”. Wow.

-Carlos Cortés Rubio se desata y dice: “Tipejos, imbéciles, estúpidos, gatos, mongoloides, chimpancés,

descerebrados, etc”.

Keith Dannemiller, estupendo fotoperiodista radicado en México hace años, argumenta: “En el ambiente que existe hoy en día ahí en Guerrero (vea el fondo), entiendo la necesidad de compañerismo (vea primer plano), pero una foto de este índole, es más que mal gusto. Es una estupidez. Falta de inteligencia mínima. Hay que condenarla enfáticamente, y hacer que los de la foto reflejen (reflexionen) un poco sobre sus babosadas”. Y tiene toda la razón, pero dudo que reflexionen en lo más mínimo, nada más véanles la cara de felicidad.

El fotoperiodista de frontera J. Guadalupe Pérez, quien durante años documentó las muertas de Juárez, dice llanamente: “Querían salir en el feis, solamente”. Para Juan José Márquez, fotógrafo: “Demuestra la falta de sensibilidad y profesionalismo ante los delicados acontecimientos que sufre Guerrero y el país. No podemos permitir que se desprestigie el periodismo gráfico de esta manera, condenemos la estupidez”. Y por supuesto, condenémosla, pero ¿qué más? ¿Qué nos dice sobre el gremio esta frívola imagen? Algo está muy mal ya en los valores del mexicano promedio.

La periodista Paty Betaza anota: “La civilización del espectáculo, diría Vargas Llosa”.

El fotógrafo documental Vidal Berrones, dice desde

Guanajuato: “Yo no veo PERIODISTAS… solo gente con cámaras”. Y se gana 6 “me gusta”. Jairo Vega Llosa, anota optimistamente: “Supongo que deben ser practicantes, personas que recién se inician en el periodismo”. Pero no, no parecen ser estudiantes.

Jorge Ramos Carrillo dice irónicamente: “¿Turismo fotoperiodístico? ¡Qué horror!”.

El periodista deportivo Alejandro Gómez, fundador y director por una década del diario Récord, dice tajante: “Fiel reflejo del momento que vive nuestra profesión.

Como para impartir una clase con ella”.

Y tiene razón, da para una clase, para una conferencia o de menos para una columna como de la que ustedes ya son parte al leer estas líneas.

Paco Santiago plantea una duda razonable: “Una pregunta justa y pertinente… ¿en realidad son periodistas?”. Y la verdad es que no lo sabemos. Pero eso parecen.

Jorge Oscar Ríos Ponce, se pone rudo: “Entonces, también tendríamos que aplaudir y festejarle a los sicarios cuando ejecutan a periodistas y pedirles que se tomen la foto obvio con sus debidas precauciones para no ser identificados”.

Marisa Polin, da el título de esta columna : “¿De qué se ríen?” Y sí, lo mismo pregunto yo. David Hernández Bico, fotoperiodista de enorme experiencia, actualmente en el staff del diario Excélsior dice: “Mal, muy mal. Demuestra una falta de ética profesional lamentable”. Y remata: “Me gustaría saber que opina en la Red De Periodistas De A Pie?”.

Unos más alegan stress, conspiración, montaje y solo suman sus fantasías a la ya de por sí confusa realidad nacional.

Marco Gonsen, editor del diario Excélsior y conocedor de la zona dice: “Pues lo primero que me gustaría saber es si alguien conoce a algunas de estas personas. Al menos, no reconozco a algún colega que trabaje en medios de la capital. Tampoco distingo a alguno de mis épocas de vivir en Guerrero. ¿Y si resulta que en realidad no son fotoperiodistas?”. Pues sí, hasta el momento no se identifica claramente a ningún colega, pero tampoco nadie ha desmentido que se trate de “periodistas locales”.

En fin, así las cosas, hoy tenemos que sumar al ya de por si dañado “prestigio” de los periodistas, desatado por mil razones, incluyendo “charlas” con los capos en Michoacán, y casos de corrupción flagrante; ahora debemos sumarle esta bonita foto de una veintena de tarados que deciden tomarse una selfie en medio del caos en un Estado ensangrentado que se hunde en la política local, el crimen organizado, la policía corrupta, la miseria, los desaparecidos, un alcalde prófugo de la justicia y medio país sumido en fosas comunes. Qué horror.

PD. Por cierto, mil felicidades a Ruth Esparza, Marco Levario y el resto de colaboradores por este nuevo aniversario de la incansable revista etcétera que ahora cumple un año más de vida. Enhorabuena.

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