jueves 28 marzo 2024

¿Cómo mejorar la comunicación presidencial?

por Rubén Aguilar Valenzuela

En etcétera de octubre de 2013 publiqué “La comunicación presidencial”, artículo en el que exponía cuáles habían sido los aciertos en el arranque de la comunicación del nuevo gobierno, a partir de diciembre de 2012, y cómo después de unos meses el modelo se había agotado y la estrategia de comunicación ya no estaba dando resultados. En esa misma ocasión proponía de manera muy general cuáles eran los cambios que se deberían realizar, para mejorar. Ahora me extiendo en esas recomendaciones.

Un entorno diferente

En 2014 se esperan tres cambios significativos en el entorno con relación al año pasado:

1. 2013 fue un mal año para la economía y el empleo, pero se espera que en 2014 el crecimiento del PIB sea del 3.6% y el número de los nuevos empleos formales llegue a los 400 mil.

2. La aprobación del Congreso para que el gobierno se endeude le dará recursos que no tuvo en 2013, que le permitirán echar a andar obras públicas en los estados que van a dinamizar la economía regional. A esto hay que añadir los recursos del subejercicio del año anterior.

3. El gobierno en el 2013 estuvo concentrado en sacar adelante las reformas legales, que logró con éxito. Ahora tiene mejores condiciones para concentrarse en la operación de las políticas públicas y mostrar resultados en obras y servicios que favorezcan a las mayorías.

Si los puntos enunciados se hacen realidad, se generará un ambiente positivo en la sociedad lo cuál permitirá que la comunicación de Los Pinos tenga mayor acogida e impacto y eso contribuirá a mejorar la imagen del presidente y su gobierno.

La estrategia de comunicación

Para que la comunicación de Los Pinos tenga un mayor impacto, provoque el interés de las audiencias y compita en el conjunto de mensajes que emiten múltiples actores se debería contemplar:

1. Tener un portavoz real, no solo de membrete, que posicione los temas del gobierno en la agenda mediática. No necesariamente tendría que salir todos los días, eso sería lo mejor, pero podría hacerlo una o dos veces por semana.

2. La agenda del Presidente debe contemplar que éste se acerque más a los sectores mayoritarios de la población en la profundidad del territorio. En 2013 se vio distante de los mismos y concentrado solo en las ciudades.

3. El contenido y tono del discurso presidencial debe cambiar. En el de ahora no hay emoción, es plano y nunca se sale de lo políticamente correcto. Eso no llama la atención de las grandes audiencias. No hay que propiciar el escándalo, pero sí el interés de los escuchas.

4. Los eventos que realiza el presidente deben resultar más creativos y provocar un mayor interés en los integrantes de la fuente y también en la sociedad. Hasta ahora han resultado muy formales y poco imaginativos. El formato siempre es el mismo.

5. El Presidente debe salirse de la zona de confort donde estuvo en 2103 y estar más presente en los medios a partir de conceder entrevistas a los medios de la Ciudad de México y también en los estados. Esto posibilita la comunicación directa con las audiencias.

A lo largo 2013, la estrategia de comunicación de Los Pinos dio la impresión de que solo privilegió la protección del Presidente para evitar que pudiera ser criticado por los medios y la sociedad. En términos del futbol se percibe como una estrategia defensiva que se propone evitar que los adversarios metan gol y no como una ganadora que arriesga y gana metiendo más goles que los contrincantes. Siempre que se juega al empate crecen las posibilidades de perder.

La mala o mediocre percepción que tiene la sociedad del presidente se mantuvo en 2013 en un 5% de aceptación. Solo variará si mejora la situación económica del país, si el gobierno está más cerca de la gente y hace eficientes sus programas y si cambia la actual estrategia de comunicación y su manera de relacionarse con la gente. En la sociedad mediática en la que vivimos, guste o no, gobernar es comunicar o comunicar es gobernar.

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