miércoles 24 abril 2024

Antik Batik, una nota falsa en los medios

por Juan Manuel Alegría

El portal de Pedro Ferriz de Con publicó: “Blusas de Oaxaca… ¿A la francesa?”, firmada por Yuquiabe Romero, quien recoge datos del portal mentiroso y agregaba de su cosecha:

“En redes sociales causa indignación la ‘toma de derechos’ de la empresa francesa que hurtó los diseños de bordados de las comunidades oaxaqueñas, [a] la que le impide reproducir y vender prendas tradicionales de la región de México. EL pasado mes de junio, la empresa Antiqué Vatic, propiedad de la francesa Isabel Marant inició con el reclamo de derechos de autor como dueña de los diseños […]”, y sigue con lo mismo de “Hecho Informativo” como el dato de los 300 años y el requerimiento para no manufacturar blusas. (http://ferriz.com.mx/informacion-2/pais/blusas-de-oaxaca-a-la-francesa/).

La falta de atención al leer produjo que la mayoría asociara a la diseñadora Isabel Marant con la tal “Antiqué”, por eso contra ella eran los insultos y los memes. En Ferriz.com ya la hacen dueña, cuando quien aparece al frente de Antik Vatik es Gabriella Cortese quien creó la firma en 1992.

Ante el escándalo, el 20 de noviembre, Marant publicó de nueva cuenta (lo había hecho en junio) que la información era errónea, que no posee ninguna patente de Santa María Tlahuitoltepec; negó lo del requerimiento famoso y dijo que ha presentado documentos ante la corte parisina de que los diseños son mixes.

Ese mismo día, también la autoridad de Santa María Tlahuitoltepec tuvo que desmentir que le hubiera llegado un requerimiento contra la producción de blusas:

“Que de manera oficial no hemos recibido notificación formal o demanda oficial de alguna institución nacional o internacional, lo que comunicamos para su difusión y aclaración”.

Sobra decir que estas declaraciones no fueron producto de la nota del diario Noticias sino de la repetición de los datos inventados por “Hecho Informativo”. A pesar de las aclaraciones siguió circulando varios días más la infamación falseada y la gente siguió firmando las peticiones; el 26 de noviembre, La Razón aún publicaba que la empresa era “Antiqué Vatic” (http://www.razon.com.mx/spip.php?article286950) y el 28, La Jornada publicaba un texto del despistado exasesor del EZLN, Adelfo Regino Montes, secretario de Asuntos Indígenas del gobierno de Oaxaca, quien a pesar de las denuncias de su pueblo (él es mixe) desde enero de este año, apenas quería protestar internacionalmente —también escribía “Antiqué Vatic” (http://www.jornada.unam.mx/2015/11/28/politica/015a1pol?partner=rss).

Que tantos medios hayan difundido un nombre falso y otros copiado la información falseada, habla de que, no obstante lo que se propala en las escuelas, en los talleres y en los mismos medios acerca de la veracidad, su práctica no se lleva a cabo como debiera. Esta nota llamó la atención por su viralidad, ¿Cuántas más habrá todos los días, cuya autenticidad no verificamos?

Sobre la publicación de este tipo información, dice Furio Colombo en su libro Últimas noticias sobre el periodismo:

“ […] la circulación libre e, incluso, acreditada, de materiales semejantes demuestra la debilidad de las verificaciones periodísticas, la ausencia de autoridad y credibilidad de los reporteros, la escasa voluntad de los diarios y de las televisiones de esclarecer las cosas, la preferencia por la parte impresionante de las historias respecto a la verificación, el escaso interés por las fuentes, la disponibilidad a relacionar fragmentos y jirones de narraciones populares hasta convertirlas en historias, con una dignidad periodística que no deberían tener”.

Esta era una nota menor, pero por su contexto internacional debió prestársele mayor atención; un jefe de redacción debió encargar la búsqueda del tema del juicio en París; llamar a la autoridad mixe para verificar los datos; consultar notas anteriores, ahí verían a The Guardian.

Los maestros del periodismo señalan que si no se puede verificar algo, es mejor dejarlo pasar o manifestar la duda en el texto. Porque, como dijo el reportero del Chicago Tribune y luego del Washington Post, Jack Fuller: “Si te equivocas en las cosas pequeñas, los lectores no confiarán en ti para las cosas grandes”.

También señalan los expertos que, descubierto el error, a la corrección debe dársele el mismo realce que a la pifia. Algo muy difícil para la prensa mexicana; quienes publicaron irresponsablemente datos falsos nunca dicen: “nos equivocamos” (otros ni siquiera se dan cuenta del error).

 

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