viernes 19 abril 2024

Aniversario de etcétera: suspiros

por Ruth Esparza Carvajal

Doce años. Se dice y escribe fácil, pero vivirlos en etcétera lo ha sido más por razones como estas:

1. Porque hacemos lo que nos gusta y eso tiene la ventaja de ser el estudio de un tema central de la historia contemporánea mundial: el despliegue de la tecnología digital que implica un reordenamiento en los pilares de la economía y en los resortes de los desarrollos nacionales (así en plural, por la condición heterogénea y desigual que guarda cada circunstancia).

2. Porque este cambio de época no admite abstracciones sino la reflexión precisa de algo fascinante: la forma en cómo se están modificando las relaciones sociales y las maneras convencionales de la comunicacion. Así, es más fácil impulsar la creatividad que sujetarse a dogmas.

3. Porque la complejidad del análisis de la llamada “Economía de la Comunicación” no admite reiteraciones o cartabones, obliga a convocar ópticas diversas para comprender, por ejemplo, la fusión de las telecomunicaciones y la radiodifusión además de las nuevas herramientas que esto implica para la radio, la televisión y la prensa.

4. Por que, quién no quiere conocer más las plataformas para la comunicación que integra Internet y la influencia de las redes sociales donde se trasmite lo que sea, en tiempo real y a escala planetaria. ¿Cuántas vertientes de exploración hay ahí para expertos y cibernautas?

5. Porque todo esto, al implicar también reacomodos y pugnas en el mercado remite a intereses empresariales. Por ello es sencillo desechar el conocido esquema de buenos contra malos o enemigos de la causa y aliados de ésta. Nuestra causa es contribuir a establecer vasos de interlocución que conduzcan al cuadro normativo que integre esos intereses en un proyecto de país que privilegie el desarrollo económico y el beneficio de los usuarios en la industria de la radiodifusión y las telecomunicaciones.

6. Porque entonces no pasamos apuros para anotar lo perjudicial para la calidad democrática y el despligue financiero de México, que es la existencia de duopolios o monopolios en la televisión privada y en las telefonías fija y móvil. Aquí documentamos la necesidad de que haya competencia e incluso considerar inversiones extranjeras. De ahí que señalemos la inopia intelectual y política que ha tenido el gobierno federal para hacer frente a este objetivo y la de los actores para impulsarlo.

7. Porque, en ese orden de ideas, no tenemos limitaciones para manifestar coincidencias o desacuerdos con actores políticos y empresariales de la comunicación. Al no preocuparnos por quedar bien o ser parte de cualquier cofradía, más que el aplauso o su otro extremo, nos interesa el intercambio razonado.

8. Porque etcétera no es trinchera, como suelen decir quienes reducen algo tan complejo y fascinante a una epopeya de lucha contra los empresarios malos a favor de los buenos (o escudados en ellos).

9. Porque aun dentro de la intensidad del debate aquí no hay espacio para la descalificacion o el linchamiento contra nadie. Al tener una definición así no cuesta trabajo decir que no estamos de acuerdo con esos cuerpos mediáticos que se erigen en tribunales de la opinión pública.

10. Porque mediante el estudio acucioso de lo que ocurre con la comunicación en el planeta tenemos mejores condiciones para revisar las complejas coordenadas sociales, políticas y económicas nacionales, tanto sus expresiones inmediatas como las de largo plazo. En esa perspectiva, por ejemplo, estamos seguros de que el abanico de ofertas necesita ampliarse con alternativas distintas a las privadas y por ello vale la pena alentar a los medios públicos y comunitarios que ahora no existen en la ley.

11. Porque la sustancia de etcétera está en quienes aquí escriben y en quienes, decenas de miles ya, con su lectura le otorgan trascendencia. Por eso el festejo tiene sentido: nos hemos consolidado como referente de análisis y como empresa: no obstante su modestia, la revista no depende de administraciones de cualquier signo ideológico sino de su calidad y, en ese sentido, de la vocación que haya para valorar sus contenidos.

12. Porque tenemos amigos entrañables y un equipo de trabajo a toda prueba que diario nos dan ánimo para seguir un camino sin puerto. Por eso, si doce años han sido un suspiro, queremos muchos suspiros más. Pero ahora lo que importa es que estamos vivos y que celebramos la vida. Les damos las gracias a todos ustedes.

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