jueves 28 marzo 2024

Zaldívar ante el inobjetable ejemplo de dignidad del juez Gómez Fierro

por José Mata

Al presidente Andrés Manuel López Obrador el juez Juan Pablo Gómez Fierro comenzó por suspenderle provisionalmente la Ley de la Industria Eléctrica porque atenta contra el ordenamiento de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Tras este acto jurídico y después de montar en cólera desenfrenada, López Obrador envió, sin un solo argumento, una carta al ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, con la orden —eso pareció—, más que implícita, explícita, de investigar al juez Gómez Fierro por haber tenido la osadía de poner entredicho su ley y conceder una primera suspensión provisional, que este viernes 19 de marzo se ha convertido en indefinida.

López Obrador, como en todo, actuó sin pensar y por ello no entendió que el juez obsequió esa suspensión provisional porque en primera vista halló que transgrede lo delimitado en la Constitución, no porque haya hecho un análisis político de su fallida ley.

Cuando en todo México se esperaba que Zaldívar respondiera con solidez y vigor al Ejecutivo federal, haciéndole notar que el Poder Judicial goza de cabal autonomía y evidente independencia… bajó la cerviz y le dio entrada a la carta, manifestándole que la analizarían.

Así de simple.

No obstante, a pesar del enfado desenfrenado de López Obrador, al juez Gómez Fierro se le sumó el juez Rodrigo de la Peza López Figueroa, quien concedió más suspensiones provisionales —y ahora rebasan la treintena— que en poco tiempo ya podrían ser indefinidas también, las que, tras concienzudo análisis, seguramente darán razón a los quejosos porque se hace evidente que la ley vulnera a la Constitución, así como la sana competencia que debe existir en beneficio de los mexicanos.

En medio de todo esto, es importante no olvidar que la jueza federal Karla Domínguez otorgó en febrero la suspensión definitiva de la construcción del Tren Maya, con el amparo 613/2020, promovido en Yucatán, ya que dicha obra provocará daños ambientales irreversibles y no se consultó lo suficiente a los directamente afectados.

¿Habrá entendido el ministro presidente Arturo Zaldívar el inobjetable ejemplo de los jueces Juan Pablo Gómez Fierro y Rodrigo de la Peza López Figueroa, sin olvidar a la jueza Karla Domínguez?

No se sabe; se observa tan frágil la SCJN y más a las “órdenes” de López Obrador, sobre todo, porque en la Corte están tres integrantes impuestos — perdón, recomendados— por el propio López Obrador: Juan Luis González Alcántara Carrancá, Yasmín Esquivel Mossa y Margarita Ríos Farjat. Seguramente ellos tendrán que actuar con obediencia borreguna y no con base en la responsabilidad por la que están ahí: salvaguardar a la Constitución, así como a todas las leyes que de ella emanen.

Los jueces Gómez Fierro y De la Peza actuaron basados en la legalidad para impartir justicia, y no para satisfacer los intereses personales de López. ¿Serán castigados por ello?

Lo pregunto porque pareciera que en ocasiones tiembla, y mucho, el ministro Zaldívar, cuando le gritonea el presidente.

Los mexicanos no olvidamos cuando el presidente le envió al ministro Zaldívar un mensaje para aprobar una consulta con el fin de que el “pueblo sabio” votara si deberían ser enjuiciados los expresidentes. No obstante, más raudos que veloces los señores ministros decidieron aprobar la “orden imperial”, para dar paso a la consulta, aunque —tal vez para justificarse— hubo una variante en la pregunta: en lugar de “juzgar a los expresidente”, ahora se lee “juzgar a los actores políticos del pasado”.

Curiosamente, López es un actor político del pasado y también puede ser juzgado.

Ahora bien, después de este breve caminar por una de las “decisiones” de la SCJN y para retomar el tema de las suspensiones provisionales, al ver López Obrador que se multiplican, advirtió que si llegaran a sentenciar a su ley inconstitucional él mandará de inmediato una iniciativa a la Cámara para modificar la Constitución y así poder imponer su capricho, que continuaría haciendo daño a México por la consecuente involución energética.

Cuartoscuro

Y lo hará aduciendo a que no será “cómplice del robo al erario y a que sigan haciendo daño a los más pobres”.

¿Daño a los más pobres? Permítanme recordar brevemente lo siguiente:

·Más daño del que el propio López Obrador les ha hecho a los más pobres al haber duplicado la pobreza extrema.

·Más daño del que en su primer año de su desgobierno llevó a México a decrecer a -0.5% y en el 2020 a -8.5 %.

·Más daño que haber dejado a la deriva a los empresarios ante la peor crisis que ha vivido México, afirmando “que se rasquen con sus uñas”, y teniendo por consecuencia el cierre de millones de fuentes de trabajo. No olvidar que más de un millón de pequeños empresarios quebraron y esos empleos también se perdieron.

·Más daño que el pésimo manejo de la pandemia: de acuerdo con cifras oficiales, se está por rebasar los 200 mil muertos. Pero las cifras que ofrecen las prestigiosas universidades calculan más de medio millón de muertos hasta el momento.

Y la lista puede seguir muchísimo más, pero este pequeño recuento nos demuestra que a López Obrador no le importa ni México ni mucho menos los más pobres.

Pero… algo más.

Si al ministro presidente Zaldívar le faltara valor para defender tanto a la Constitución como a la autonomía e independencia de la SCJN y sucumbiera por las presiones presidenciales, se le olvida que la necedad, el capricho de López Obrador puede llevar a los afectados a acudir a las cortes internacionales y ahí no va a poder amedrentar a los jueces, que acabarían imponiendo multas multimillonarias.

Es importante tener en cuenta que al incumplir con esta ley eléctrica los tratados con Estados Unidos y Canadá, tomarían decisiones que podrían provocar que los pocos inversionistas que quedan huyan despavoridos, no sin antes tomar acciones tremendas que dejarían un gravísimo daño en México.

Nuestro país vería de inmediato el impacto en la muy deteriorada economía, y seguramente, en lo social, porque los mexicanos ya llegaron al hartazgo; el hambre, la falta de seguridad y, sobre todo, en la pobreza extrema hace mella y los levantamientos se hacen ver en el panorama inmediato.

Al ministro presidente Zaldívar la historia le pone en un momento importante: apoyar sin tasa ni medida a los jueces que han tenido el valor de detener indefinidamente una ley eléctrica que hará gran daño a México. Deseamos que así lo entienda, aunque ahora el partido del propio presidente se le haya unido para respaldar lo indefendible: una ley eléctrica que hará mucho daño a México.

Finalmente, parafraseando la frase del coronel —nunca fue ungido general— Porfirio Díaz cuando desde el Ipiranga partía rumbo a Francia comentó “Pobre México: tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, ahora tenemos que decir: “Pobre México:  tan lejos de Dios y en manos de López Obrador”.

Cosas veredes.

¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!


Twitter: @PEPEMAT91688656

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