miércoles 24 abril 2024

Vamos a (re)hacer (la) historia

por José Antonio Crespo

Todo gobierno en general incurre en cierto manejo de la historia patria en su propio beneficio. Pero al menos en las últimas décadas no recuerdo una utilización tan constante y tan sesgada de la historia como la del actual gobierno. Muy frecuentemente surgen diversas anécdotas históricas por parte del presidente López Obrador, a veces sin siquiera estar relacionadas con el tema que se le pregunta. Eso le sirve como una eficaz evasiva, pues cuanto termina la narración ya nadie se acuerda cuál era la pregunta. Otras muchas veces lo hace para posicionar a su gobierno como heredero de todos los héroes nacionales, en tanto que sus diversos y heterogéneos críticos, disidentes y opositores caben en un mismo costal; el de herederos de los villanos. Con eso logra que sus millones de seguidores leales ni siquiera presten atención a sus críticas. En ello hay un elemento claramente autoritario; si no estás con él, sin chistar, eres heredero de Santa Anna, Miramón, Porfirio Díaz y Huerta. Es decir, traidor a la patria. Lo cual niega la diversidad, el pluralismo, la tolerancia y la crítica, rasgos propios de la democracia.

Pero también está la insistencia en exigir disculpas a la Corona española y a la Iglesia por los hechos de hace 500 años. Hay en ello varias contradicciones. Cierto que a veces países o instituciones han ofrecido disculpas por hechos remotos, pero generalmente lo hacen por propia iniciativa, y no como consecuencia de una exigencia del país o grupo agraviado. De haber surgido dicha iniciativa de los españoles, quizá a sugerencia, que no exigencia, de México, bienvenida. Pero plantearla públicamente como enérgica exigencia sólo genera burlas y enconos. En todo caso, la reconciliación oficial se dio en 1836, cuando España reconoció nuestra Independencia.

CIUDAD DE MÉXICO, 10OCTUBRE2020.- Esta madrugada fue retirada la estatua de Cristóbal Colón, así como los cuatro frailes que se encontraban sobre Paseo de la Reforma. El INAH se ocupara de los trabajos de restauración para las esculturas, que habían sido intervenidas en diversas manifestaciones sociales. FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO.COM

Los españoles, muchas veces se ha dicho, bien pueden responder que quienes tienen que ofrecer disculpas son los mexicanos actuales, herederos de los conquistadores, pues sus ascendientes se quedaron en la península. Somos nosotros los herederos de los conquistadores, por lo cual debiéramos ofrecer disculpas a nosotros mismos. O bien la población mestiza (90%) a la población indígena más pura (10%). Por otro lado, sorprende que se insista una y otra vez en que la Iglesia se disculpe por la evangelización. De entrada, Juan Pablo II lo hizo genéricamente en 2000, incluyendo a etnias y pueblos evangelizados a la fuerza. Y Francisco lo hizo en Bolivia en 2015, pero de manera extensiva a toda América.

Y por otra parte, fueron los sacerdotes y frailes los que más protección dieron a los nativos de América frente a la explotación y abusos de los conquistadores y colonos europeos. El símbolo de eso en México es fray Bartolomé de las Casas, quien incluso logró que en España se reconociera que los indígenas tenían alma (cosa puesta en duda por muchos). Y en cuanto a Colón, es cierto que él inició el sometimiento y explotación a los pueblos indígenas, al ver que no había ni el comercio asiático ni riquezas naturales suficientes. Decía Colón que los pueblos originarios “serán mejores que ningunos otros esclavos”. En contraste, a la reina Isabel no le gustaba que a los nativos de América les fueran a dar trato de esclavos, como Colón proponía, por lo cual en su testamento dejó sentado: “Suplico al rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la princesa mi hija… que no consientan, ni den lugar a que los indios moradores de las Indias… reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, más manden que sean bien servidos y justamente tratados”. Paradojas de la historia.

También te puede interesar