viernes 29 marzo 2024

Un día como hoy nació un cretino: Andy Warhol, y su fama ya duró más de 15 minutos

por Marco Levario Turcott
Etcétera

Creo que Elvis Presley es, además de todo, un emblema entre la tensión bélica de principios de los sesenta –conocida como “La crisis de los misiles” entre EEUU y URSS– y la catarsis juvenil que corría en un riel paralelo de la historia. Pongamos de ejemplo cuando el rockero terminó su servicio como soldado raso estadounidense y en marzo de 1960 viajó en tren a su casa, desde Nueva Jersey a Tennesse: los jóvenes lo aclamaban a cada momento y Elvis se detenía para tararear sus canciones con ellos (meses después lo haría con Something Blue). Son los tiempos del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos o del encarcelamiento de Nelson Mandela y son los años de la gloria de la carrera espacial entre ambas potencias mundiales. De la Guerra Fría que se puso más caliente que nunca con la invasión a Vitenam por los gringos en 1968. Los años de la tensión y de la fiesta juvenil, y como toda fiesta tiene sus almas Elvis en la cúspide, Marilyn conmocionando al mundo con su muerte en el 62 y los Beatles irrumpiendo impetuosos e irrespetuosos.

Es la década de la consolidación de los íconos, Walt Disney y la Coca Cola que lo mismo acompañaba a las tropas del imperio estadounidense que seducía al joven comandante Fidel, los tiempos del advenimiento de las grandes marcas, digamos Campbell’s y BMW. Una de las coordenadas que atraviesan a todo esto es el atrevimiento: lo mismo a invadir y pretender conculcar independencias en el nombre de la libertad que mover la pelvis o desmayar por ese movimiento y gritale al mundo lo libre que, a pesar de todo, estábamos siendo. Y en ese entorno de atrevidos, tiene razón Google en su registro, surgió la fama de Andy Warhol que ya duró algo más que 15 minutos con su atrevida sentencia:

“He decidido algo: comerciar cosas realmente fétidas. Enseguida se convertirían en éxito en un mercado masivo que realmente apesta”.

Y lo hizo, sobre todo reproduciendo a los iconos que ya se habian consolidado y, desde luego, emprendiendo una sorprendente por efectiva campaña de relaciones públicas que codearon al cretino con la farándula de la órbita que quiera imaginarse. En febrero de 1962, muy oportuno el señor Warhol, en su primera exposición en Nueva York colocó la memorable (para muchos) impronta de colores de la Monroe y ahí mismo, meses después en el MOMA rió a carcajadas cuando hablaron de su entrega al consumismo y se hizo un divo, sin duda al reconocelo y aceptar que ante todo él era frívolo y que eso expresabam sus cuadros (luego fue un vividor de famosos haciendo cuadros de ellos, aunque él mismo se explotaba una imagen a lado de sus perritos o por la extravagancia de sus lentes y los demás ropajes). Digo todo esto para tratar de comprender como un señor así se convirtió en el pionero del Art Pop y a pesar de todo creo que tiene la virtud de atreverse a rasgar los establecido, pero que nada o muy poco tiene que ver los otros iconos de los que se aprovechó. Warhol es un emblema de cuando hubo una vez en que el hombre y la mujer decidieron que valia la pena dejar pensar, y pasar como innovadores.

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