jueves 18 abril 2024

Twitter: Plataforma para los más simples

por Pedro Gerson
Etcétera

El otro día semi-involuntariamente me vi en una discusión en Twitter. Dos días antes había posteado un artículo que reportó que Andrés Manuel López Obrador declaró que no considera legalizar el aborto o el derecho de los homosexuales al matrimonio como algo “tan importante.” Acompañando al artículo mi tuit preguntaba qué opinaban los simpatizantes de López Obrador, a quién llamé “proselitistas.” Mi intención no era ofender, ni atacar toda la plataforma de AMLO (ni su partido), sino simplemente hablar de este punto en concreto. Declaración que me parece disonante con una plataforma de izquierda.

Tres días después llegaron los ataques en mi contra. En vez de contestar el punto, me atacaron por trabajar en un centro de investigación que recibe dinero de Microsoft (me pregunto en qué máquina escribieron sus críticas, pero esa es harina de otro costal). El argumento era claro, yo al pertenecer a este centro de investigación soy parte de un círculo que pretende desprestigiar a AMLO a toda costa. Y por ende, en vez de contestar a mi cuestionamiento, lo importante era desenmascarar mi agenda política. El argumento en mi contra en vez de abordar la complejidad de una respuesta, optó por desacreditarme con la simpleza.

Pensé en tratar de explicar que no había tal agenda política, que mis opiniones en Twitter no son financiadas por nadie, que alguien puede tener visiones políticas complejas y que puede criticar a una persona sin necesariamente estar totalmente en contra de ella. También quería decir que empezar a atacar en vez de responder era una forma destructiva de entablar un diálogo, y aclarar que la intención de mi Tuit original era en realidad cuestionar una postura por más sarcástico que haya sonado. Pero luego recapacité. ¿Cuánta energía gastaría en lograr que todo esto cupiera en un espacio de 140 caracteres? O, en su defecto, ¿cuántos tuits tendría que enviar para explicar todo lo que pensaba? Era imposible. O por lo menos muy ocioso.

Esta anécdota creo que refleja que Twitter no se lleva con la complejidad de la realidad. Sin embargo, quizá por esto es que la red social se ha convertido en una plataforma esencial para muchos políticos. Y es que, para ser un político exitoso, en el sentido de ganar votos, expresarse de forma simplista y tajante es necesario. En una columna Jorge Zepeda recupera resúmenes del estado de arte en las ciencias sociales y nos dice: “los políticos que tienen una absoluta seguridad en lo que dicen y son contundentes resultan mucho más verosímiles para los votantes.”

Dicho de otro modo, hay que ser simplista para convencer y para ganar elecciones. Y hay pocas plataformas mejores que Twitter para ser simplista. Los políticos (y analistas) más exitosos en la red son los que logran diluir la complejidad de una propuesta política o el diagnóstico de un problema a una versión pueril pero clara. Aquellos que prefieran un enfoque más reflexivo y matizado, quizá sobre decirlo pero que se asemeje más a la realidad, no encontrarán Twitter de mucha utilidad.

Algunos dirán que no es cierto porque Twitter sirve para compartir ligas que llevan a espacios de reflexión más profunda. Sin embargo, un artículo de Derek Thompson en el Atlantic, muestra que Twitter genera muy poco tráfico en otros sitios. Thompson cuenta la historia de uno de sus tuits más virales, un tuit que tuvo 155260 “impresiones”, o sea gente que lo vio. De éstas, sólo el 1% siguió la liga en el Tuit. O sea, nadie sigue el link.

Así que podremos ilusionarnos que la red social sirve para debatir, para ampliar perspectivas, o para dialogar. Sin embargo, no sirve para nada de esto. En realidad, sólo es un altavoz más, que puede ser muy divertido, pero sigue siendo sólo un simple y simplista altavoz.

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