jueves 25 abril 2024

Topo Chico, infierno grande

por Carlos Urdiales

49 muertos 49. Más doce heridos, cinco de ellos graves, son el resultado de una riña entre dos reclusos de la cárcel de Topo Chico, Nuevo León, El Z-27 y El Credo, así, se reactivó el fuego de un infierno sin purgatorio, sin escape.


La problemática del sistema nacional penitenciario está sobrediagnosticada y subatendida. Motines, secuestros y extorsiones operadas vía telefónica desde los interiores, asesinatos, suicidios y escapes de fantasía por túneles reales.


En México, 65 por ciento de las cárceles son de autogobierno o cogobierno, están sobrepobladas y no existe una política penitenciaria adecuada para enfrentar la problemática que las define, afirma Elena Azaola Garrido, profesora investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), que pertenece al Sistema de Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).


Sobrepoblación en las 379 prisiones existentes a nivel nacional (307 estatales, 60 municipales, 12 federales), que ha promediado 25 por ciento durante los últimos 10 años y en algunos casos rebasa 60 por ciento.


Hacinamiento que tolera todo, desde el comercio humano que lucra con lo más elemental y también con lo superfluo, aduanas como puntos de revisión, extorsión y vejación, todo depende del “entre” para que todo pase, drogas, armas, celulares, televisores, hombres, mujeres y niños.


Le tocó estrenarse al primer gobernador independiente, Jaime El Bronco Rodríguez Calderón, explicar lo inexplicable, matizar que no hubo reos evadidos ni menores de edad o mujeres heridos en la “bronca” que empezó con dos y acabó con 49 y contando. Jorge Iván Hernández El Credo, cabecilla de Cártel del Golfo, fue detenido en 2012; disputaba el control del reclusorio con, Juan Pedro Saldívar, el Z-27 quien estaba en un penal de Tamaulipas pero por orden judicial lo regresaron a Topo Chico. Fin de sus traslados y detenciones.


La violación sistematizada de derechos humanos se da en los llamados Centros de Readaptación Social. En ellos hay aproximadamente 240 mil personas recluidas, de las cuales el 45 por ciento está a la espera de una sentencia. De las ya tienen condena firme, el 59 por ciento están purgando penas menores a los tres años.


En las prisiones se resume y rezuma la suma de las fallas y fracturas de todo proceso institucional que pretende hacer justicia, reinsertar, castigar. Quien pisa la cárcel no está bajo la responsabilidad de autoridad alguna, simplemente está a su disposición, privada de su libertad y abandonada a la ley de la selva. Como en Topo Chico, Nuevo León donde el infierno es grande.


Menuda bronca tiene El Bronco, tremenda prisa debe correr en las instancias encargadas en los tres órdenes de gobierno, en los poderes legislativos y ejecutivos para tomar cartas en un tema que no por obviarse desaparece. Tercera llamada, tercera.



Este artículo fue publicado en La Razón el 12 de Febrero de 2016, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página

También te puede interesar