El sábado Jesús Seade, negociador en jefe de México en el T-MEC, se dio cuenta que nos habían madrugado. Que Estados Unidos había puesto cinco “agregados” laborales permanentes en México. De inmediato dijo que en el acuerdo comercial no se había acordado esto, que había enviado una carta a su brother in arms, Robert Lighthizer, con un extrañamiento y que viajaba de urgencia a Washington.
Más bien el problema es otro: Seade negoció solo, sin la asesoría básica. No hubo asesoría de una gente conocedora y avezada diplomáticamente como la embajadora mexicana en Washington, Martha Bárcena. Tampoco se tocó base con la Secretaría de Economía (Graciela Márquez, y la subsecretaria Luz María de la Mora, quienes ven la especialidad de un sector tan complejo como el automotriz).
A los empresarios se les dejó, prácticamente, en espera, sin saber lo negociado en los últimos días, según lo confirmaron Carlos Salazar, del CCE, y Moisés Kalach, el negociador privado. La Secretaría del Trabajo (Luisa María Alcalde) se fue enterando, al igual que todos los demás, de lo realmente negociado.
HERMINIO BLANCO Y YA. CONOCÍAN DESDE NOVIEMBRE
Fue Seade contra el mundo. Desde mediados de noviembre, la representación Comercial de la Casa Blanca enseñó un paquete completo de negociación y lo aceptamos con muy poca negociación. A Seade únicamente lo habría acompañado la firma de consultores IQOM, donde se encuentra el exnegociador mexicano, Herminio Blanco.
Incluso, los empresarios querían suavizar el desdén de Jesús Seade al haberlos dejado fuera de la negociación en los últimos días con un “entendemos que hay momentos donde el negociador debe ir solo”.
CONCESIÓN A TRUMP, EL 75% DE ACERO FUNDIDO EN AUTOMOTRIZ
Ahora tenemos una negociación del Protocolo Modificatorio del T-MEC, donde aceptamos el paquete presentado por la administración Trump: dimos, como moneda de cambio, el sector automotriz, que había sido nuestro campeón exportador. Y para colmo, los demócratas por quienes se negoció el Protocolo Modificatorio ni siquiera lo habían solicitado. Fue una graciosa concesión para el gobierno de Trump, que ya había logrado elevar la regla de origen de producción de 62.5% a 75% y ahora quería garantizar que el acero fundido en un 75% sólo vendría de la región norteamericana. Esto afectará las inversiones futuras del sector automotriz.
QUÉ SON “CINCO AGREGADOS LABORALES”
La Casa Blanca, tranquilamente, publicó que sí habría cinco agregados laborales en México. Vaya, eso de los paneles binacionales suena bien, pero ellos van por las inspecciones. Y conste, que es un avance que México tenga una nueva legislación laboral y dejemos ser un país que compite con bajo costo de mano de obra, pero “los agregados laborales” serán una pesadilla proteccionista.
¿Qué hacer? La papa caliente ameritará todo el cuidado y esfuerzo diplomático de dos personas clave: Marcelo Ebrard, el canciller, y Martha Bárcena, la embajadora mexicana en Washington. ¡Ah! y claro, ahora sí contar con el gobierno mexicano, desde Economía y Trabajo.
La negociación solitaria fue un desastre.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 16 de diciembre de 2019, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
