miércoles 24 abril 2024

Restaurantes de carne humana, las noticias falsas de los medios

por Arouet

Hay personas que tienen cierto incentivo emocional para creer en lo que no es posible, no sé, como que se sienten más listos al ver lo que nosotros no podemos. Por ejemplo ellos saben que la Tierra es plana y no redonda como nos ha convencido a millones de seres humanos el complot fraguado desde muy altas esferas del poder mundial; ellos también conocer que los bebés no deben vacunarse porque las vacunas son invento de las grandes farmacéuticas; la historia está llena de grandes confabulaciones como las que en México ha perpetuado en el poder a una mafia que todo lo tiene calculado, todo. Y entonces me pregunto, si todo esto ha resultado verosímil ¿por que no creer que en una zona lejana de Tokio hay un restaurante en donde se vende carne humana?

Imaginen ustedes que, como Hannibal Lecter, con su servilleta rodeando el cuello, solicitan la carta al mesero y, entre está, no sé, ordenan unos pechos rebozados, un meñique al mojo de ajo o la nalga izquierda de un griego en su jugo. Hay música clásica de fondo y los meseros andan por la pista como si fueran cisnes rozando el lago, unos ojos azules con mole poblano por acá, una rodilla de etíope por acá junto con una sopita de ombligos con la receta secreta de la casa. ¿Por qué no creer en eso si lo informa Radio Fórmula e incluso hay un video de Milenio diario (así con un fondo musical de enorme suspenso)? ¿Por qué no creer en ello si la señora Yuriria Sierra que tan bien habla el inglés, lo afirma desde la televisión? Sin rodeos entonces, en Tokio podríamos encontrar una espalda de mujer argentina bañada en jugo de manzana con pasitas.

Pero aunque todo eso lo creamos, no es verdad. Los periodistas que informaron sobre eso podrían ser mejores meseros de carne humana que profesionales de la comunicación porque nunca verificaron esa fantástica versión y la dieron por buena. Claro, cada uno le puso sazón y mostró cuerpos de ensueño, impecáblemente limpios desde luego y rostros lindos, porque definitivamente no es lo mismo comer una nariz en pipián con una copita de lágrimas como la de Venus de Milo que comer una nariz de quienes parecemos figuras de artesania mexicana; hasta en mocos hay clases sociales. Milenio diario ofreció imágenes de restaurantes aunque no hubiera sido ese en especial porque simplemente no existen y otros como La Silla Rota, 24 Horas y Radio Fórmula difundieron platillos con excelentes cortes de carne así como para dar verosimilitd al asunto.

Los periodistas entonces no verificaron. No los hizo dudar que la misma especie se difundió hace un año, tampoco los hizo dudar que el portal que lo difundió por primera vez es de muy dudosa reputación y ni siquiera cuestionaron que, según aquel sitio, un comensal argentino que pidio el anonimato (claro) afirmara que la carne humana sabe a cerdo aunque depende de las piezas que comamos (comprendo: nunca sabrá igual, digamos el huevo izquierdo de un japonés que las uñas aciladas de Eufemia).

Quienes quieran enterarse de los pormenores los invito a leer a Juan Manuel Alegría en uno de sus portales favoritos. Mi punto es que a estas alturas sabemos que el discurso de AMLO o el dedazo del PRI son tan previsibles como previsible es afirmar que ninguno de los medios citados explicarán ese error y menos ofrecerán disculpas. Primero se comen de lengua un taco.

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