viernes 29 marzo 2024

Reporte de campaña, 12 de 13

por Roy Campos

¿Ya acabó la campaña presidencial en México? Pues eso parecería si nos atenemos a lo que vimos en la semana 12; es el periodo más flojo y de menos atención hacia los políticos en lo que va de todo el periodo, incluyendo a la intercampaña y a la precampaña, fue una semana llena de futbol y del escándalo de niños enjaulados en EUA por decisión de Trump en su afán por conseguir su reforma migratoria. Los candidatos no dieron nota y cuando la dieron ésta se agotaba en pocas horas; los voceros trataban de hacer grande lo que decía su candidato sin éxito, y mientras casi todos los ciudadanos hablaban del mundial de futbol, entre otras cosas por la buena actuación inicial de la Selección Mexicana que triunfó ante la favorita Alemania en su presentación.

Al principio de la semana vivíamos el ataque que tanto Anaya (con el asunto del contratista Rioboó) como Meade (con la asociación de familiares de Jiménez Espriú con empresas ligadas a Odebrecht) le hacían a López Obrador tratando de pegarle en el atributo más fuerte de su imagen, la honestidad; sin embargo en pocos días esto se apagó, esta estrategia tal vez hubiera sido la que deberían haber utilizado en diciembre cuando las preferencias parecían terciadas, pero faltando 15 días para los comicios parecían tardías. Como sea, no duraron mucho en esta estrategia porque un evento revivió la pelea por el segundo lugar, la “filtración” de una supuesta encuesta del Consejo Mexicano de Negocios en la que Meade aparece arriba de Anaya desata una pequeña tormenta, primero porque nadie acepta la autoría de la encuesta, y después por la interpretación que se da al hecho de que los empresarios no hayan querido difundirla, esto vino a romper el momentum contra AMLO y de nuevo lo dejaron tranquilo para enfrentarse en la pelea por la segunda posición.

Esta semana también se presenta, de parte del PAN, una denuncia por corrupción en contra de José Antonio Meade ante la Procuraduría General de la República (PGR), con la novedad de que esta denuncia alcanzaría al expresidente Felipe Calderón, aún panista, es decir ya no importan mucho las formas, la división y la enemistad entre panistas ya no se esconde y se rompe toda posibilidad, aunque era remota, de que Margarita Zavala pidiera o al menos declarara el voto por Anaya. Esta denuncia la considero más mediática que sustantiva, su objeto parece más emparejar el marcador, ya que la semana previa Ernesto Cordero había denunciado al mismo Ricardo Anaya también por corrupción.

Morena mientras tanto parece mantener dos campañas en paralelo, mientras AMLO en mítines y declaraciones llama al amor, la tolerancia y la paz, posición lógica para quien ya se siente ganador y busca generar espacios de gobernabilidad, sus seguidores en redes acentúan la violencia verbal aun cuando las encuestas les otorgan gran posibilidad de triunfo, acusando incluso de un potencial y en mi opinión imposible fraude (fui víctima de esa violencia por decir cosas obvias y ciertas respecto a la diferencia entre las encuestas y a las votaciones, pero así está el ambiente y ni modo, la desconfianza hacia las instituciones o el fanatismo a veces genera posiciones muchas veces absurdas).

En el caso de El Bronco, como otras semanas insisto en que él hace lo imposible para posicionar mensajes, tiene actividades continuas y su mensaje es claro en contra de la corrupción de todos los partidos, sin embargo, por una o por otra cosa no ha logrado penetrar en las conversaciones cotidianas y por ende sigue sin figurar en forma importante.

Fuera de esto, que son temas tangenciales a las campañas y que no involucran intervenciones directas de ellos, los candidatos iniciaron los cierres de campaña preparando la etapa final donde seguramente todos tratarán de impresionarnos por la cantidad de personas que juntan a cada evento, lo que digan ya es poco importante, son palabras de mitin donde se dice lo que los asistentes quieren oír, ya no veo que vengan nuevas propuestas, tal vez sí nuevos ataques o nuevas revelaciones ya sea de las elecciones presidenciales o de las locales, eso lo veremos.

Lo que sí preocupa, y no es sólo de esta semana, es la permanente presencia de la violencia política, casi un candidato asesinado cada dos días y esta semana fue de nuevo en Michoacán donde se vivieron esas tragedias. Esta violencia no sólo debe preocupar durante la campaña sino entenderla como el síntoma de una grave enfermedad en los lugares donde se está presentando; ni modo, parece que uno de los adjetivos que tendremos que ponerle a esta campaña será el de violenta, al menos en los procesos locales.


Este artículo fue publicado en El Economista el 21 de junio de 2018, agradecemos a Roy Campos su autorización para publicarlo en nuestra página.

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