viernes 29 marzo 2024

¿Qué hará AMLO con los medios públicos?

por Carlos Urdiales

El inventario de medios públicos que va a recibir la próxima administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador, por tamaño de presupuestos, está conformado por el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) que depende del Senado y ya sabe quién será mayoría en esa Cámara.

Después está Televisión Educativa o DGTVE de la SEP, le siguen el Canal Once del IPN, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), el Canal 22 de la Secretaría de Cultura, el IMCINE, Radio Educación y TV UNAM.

Construir un Sistema Público de Medios Audiovisuales del Estado robusto, competitivo, capaz de generar recursos y de articular una red inconexa a nivel nacional debería ser una aspiración de la cuarta transformación nacional. La inercia burocrática, el continuismo para no hacer ruido, para no levantar polvo ni rating no hacen sentido. No debería.

En un proyecto así caben productores, creadores, periodistas, cineastas, locutores, guionistas de toda índole, abrir ojos y oídos, sin prejuicios, sin miedos a la historia. La transformación también pasa por los medios.

Al comienzo del actual sexenio, desde la Subsecretaría de Normatividad y Medios de Gobernación encabezada por Eduardo Sánchez, hoy vocero presidencial y coordinador de comunicación social del Gobierno de la República, se revisó la arquitectura institucional y normativa de los medios públicos del Estado mexicano.

El Organismo Público de Medios Audiovisuales (OPMA), encargado durante la administración de Felipe Calderón de reconfigurar y digitalizar la infraestructura pública de transmisores y repetidores antes del apagón analógico gracias a lo cual Once TV y Canal 22 sortearon exitosamente la mudanza hacia la alta definición o HD, debía transformarse.

El nuevo ente contaría con autonomía operativa, presupuestal para producir contenidos de Estado, no de gobierno, con un consejo ciudadano vigilante y un presidente designado por los senadores. Nació el SPR dirigido por Armando Carrillo Lavat.

En muchas naciones los medios públicos son una columna, representan la identidad y la pluralidad de intereses sociales. La BBC en el Reino Unido, la Deutsche Welle (DW) alemana, la PBS en Estados Unidos, la RAI italiana, TVE de España, cadenas estatales con radio y televisión, referentes informativos y culturales a los cuales México ha marginado de todo protagonismo.

¿Qué planea el próximo gobierno? Hasta hoy nada. Sumar las capacidades técnicas, humanas y presupuestales de todos los medios públicos federales más las de los sistemas estatales de radio y televisión y las de los poderes Legislativo y Judicial (Canal del Congreso y Canal Judicial) suena a misión imposible, pero si de reinventar la administración pública se trata…

Sindicatos, leyes orgánicas, permisos y concesiones, partidas presupuestales, competencias federales entre SEP (el IPN que es parte de esa dependencia), la autonomía de la UNAM, las transas estatales con sus invisibles sistemas públicos, Gobernación, RTC, Presidencia y un largo etcétera de manos e intereses han frenado todo suspiro transformador.


Este artículo fue publicado en La Razón el 17 de julio de 2018, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página.

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