viernes 29 marzo 2024

Publicidad oficial, seamos autocríticos, también llegó la hora de los medios

por Marco Levario Turcott

1. Los grandes medios de comunicación iniciaron sus cálculos políticos y financieros desde mediados del año pasado, en vista del proceso electoral que perfilaba con claridad la llegada de Andrés Manuel López Obrador.

2. Son entendibles (y más, aun, necesarios) esos cálculos: los medios son actores políticos y empresas que pretenden participar del intercambio público y del procesamiento de intereses que ocurren en diferentes esferas.

3. Esto ocurre en un contexto donde hubo un gasto de entre 55 y 60 mil millones de pesos en publicidad oficial durante la presente administración (de ese gasto, alrededor de la tercera parte lo obtuvieron las televisoras, y el resto se distribuye en radio, prensa y plataformas digitales, en ese orden).

4. Esa cantidad es enorme y creo que todos podemos decirnos satisfechos con la reducción a la mitad, anunciada por los voceros del próximo gobierno, aunque también sea mucho dinero 30 mil millones de pesos. Incluso vale la pensar una reducción mayor.

5. Los medios atraviesan por una paradoja: obtienen una gran cantidad de recursos del erario cuando sus audiencias y sobre todo sus lectores son muy pocos (lo son al menos si hacemos la comparación entre lo que reciben y el público al que se dirigen).

6. Internet es el sitio al que cada vez más recurren las audiencias y éstas tiene la costumbre de que la abrumadora mayoría de sus contenidos son gratis. Eso, hasta ahora, ha tenido el subsidio del erario. Eso debe cambiar.

7. De aquí se desprende otra paradoja: los medios, lo dijo antes Raúl Trejo Delarbre, tienen la oportunidad de acudir a los lectores (y no pensar casi única y exclusivamente en las oficinas de prensa del gobierno en sus tres niveles).

8. En toda esta encrucijada, hay medios que no quieren reducir su margen de ganancia, que ha sido cuantiosa, y prefieren despedir sus trabajadores; es el caso de Milenio diario.

9. Desde luego que también hay cálculos políticos, la mayoría de los opinadores que han sido despedidos en ese periódico y en otros como Excélsior y Reforma, son críticos del próximo gobierno.

10. El ingreso de publicidad oficial de Reforma le representa no más del 8% del total (es el diario que menos ha obtenido por ese concepto; el que más, Excélsior), así, puede afirmarse que prescindir de al menos tres grandes columnistas es parte de un cálculo político.

11. Apremios económicos y cálculos políticos implican un deterioro de la pluralidad de opinión que requiere nuestro intercambio público, pero eso es responsabilidad de los medios, no del gobierno próximo. (Incluso, si éste presionara, los medios son quienes pueden o no hacer caso de ello; es también un tema de independencia editorial)

12. Pero en otra arista hay que tener en cuenta que López Obrador y sus seguidores no tienen tolerancia a la crítica y eso podría ser parte de los cálculos políticos de los medios para que haya menos crítica al gobierno en sus espacios.

13. Requerimos corresponsabilidad: que los medios disminuyan su margen de ganancia y que las audiencias asuman que los contenidos cuestan y que paguen por los que prefieran. Pero no todo es, ni puede ser, el libre mercado.

14. Mientras no haya una ley de publicidad oficial, se necesitan reglas claras entre el gobierno y los medios, para la asignación de los recursos. Hay que delimitar criterios que abarcan lo mismo niveles de cobertura que función social y, además, todo debe transparentarse.

15. De ninguna manera debe privar la arbitrariedad en el empleo de los recursos de parte del gobierno entrante.

16. Propongo que el próximo gobierno haga público todo lo que los medios de comunicación hemos obtenido por concepto de publicidad y que haya un portal donde a tiempo se especifique y con toda claridad.

Hay que ser autocríticos: también llegó la hora de los medios de comunicación y, sin duda, de sus audiencias y lectores.

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