Un oxímoron es una figura retórica de pensamiento que consiste en complementar una palabra con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto. Como sucede en la dialéctica, este recurso busca generar un tercer concepto que podría o no ser una síntesis o conciliación.
Constituyen una herramienta poderosa en propaganda por dos razones. La primera es el impacto que tienen cuando se transmiten: un mensaje contradictorio captará la imaginación del oyente al tratar de darle significado. La segunda: si la declara un líder, acto segundo el receptor buscará interpretar las intenciones del emisor para de ahí extraer una interpretación que vaya acorde con el discurso.
Un ejemplo reciente tuvo lugar en la conferencia del ejecutivo el pasado 8 de julio. Habló de “amparos indebidos” en referencia a los recursos que diversos individuos y organizaciones han presentado a sus proyectos emblema como el aeropuerto de Santa Lucía, la cancelación del NAIM, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. A continuación, dijo que revelaría los nombres de los jueces que han otorgado estos recursos, pues era su derecho de réplica y no se va a quedar callado. Posteriormente calificó a los amparos como un “sabotaje legal” impulsados por intereses creados.
Vemos aquí dos contradicciones: “amparo indebido” y “sabotaje legal”. El primero sugiere que un recurso legal que es garantía para todos los ciudadanos puede ser desvirtuado. El segundo, que las leyes se pueden usar para entorpecer un acto público. Resultado: hay personas que no deberían recurrir a amparos y la ley puede servir para minar la voluntad de un líder. De esa forma, las síntesis sugeridas llevan a reforzar la legitimidad del ejecutivo y justifican todo desplante y violación a una ley injusta.
¿Qué hacer? Como sucede con toda la propaganda, su efectividad reside en la repetición constante de un eslogan, de tal forma que se convierte en una verdad aceptada. Por lo tanto, no se debe repetir ni aceptar. Segundo, tejer expresiones alternativas que contrarresten las contradicciones. Finalmente, formar una narrativa distinta a la oficial, que incluya a todos: lo que se ha hablado aquí como el nuevo “nosotros”.
Lamentablemente nuestros partidos parecen estar demasiado ocupados reaccionando a las ocurrencias diarias, por lo que nos corresponde hacer algo.
