jueves 28 marzo 2024

Ishiguro, Paz y el espejismo mexicano

por Marco Levario Turcott

Hace siete días los medios de comunicación y las redes sociales mexicanas difundían que el premio Nobel de Literatura fue otorgado a Kazuo Ishiguro; en las redes en especial hubo una gran cantidad de comentarios sobre varios escritores para sustentar por qué ellos merecían el premio. Así, como si México fuera un país de lectores. Fue un espejismo, creo, generado por la gana de hablar de todo y con suficiencia, además para adquirir visibilidad. Desde mi punto de vista uno de los reflejos más realistas sucedió ayer, en relación con la literatura. Sí, ayer se cumplieron 27 años de que el mexicano Octavio Paz ganara el Premio Nobel y muy poco, casi nada, en los medios y en las redes, se evocó ese hecho formidable. No hubo anécdotas de esas que el usuario platica para enfatizar en su relación con el personaje público (como si él fuera lo central y no el personaje), tampoco hubo prolíficas reseñas de alguno de sus libros o evocaciones poéticas. Casi nada, insisto. O sea que ayer en la esfera digital sí ofrecimos el reflejo de al menos parte de nuestra falta de memoria y nuestros desplantes, un relámpago de nuestra propia identidad. Creo que por expresiones como éstas alguna vez Octavio Paz apuntó:

“La mexicanidad es una manera de no ser nosotros mismos, una reiterada manera de ser y vivir otra cosa”

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