viernes 29 marzo 2024

PRD se sacude a AMLO, Cuauhtémoc, Encinas…

por Rubén Cortés
Etcétera

El PRD se exorcizó ayer 25 años de caudillismos, en los que tuvo sólo dos candidatos presidenciales porque repitieron la candidatura: juntó 130 mil seguidores en el Zócalo, sin la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas, AMLO, Encinas y otros fundadores que ya lo abandonaron.

Fue el inicio de una nueva etapa, sin tlatoanis como, primero, Cárdenas; y luego, AMLO, que lo sumieron en eso que los estudiosos denominan estado de espíritu en que los políticos creen no tener por qué contar con los militantes.

Ahora lo que tiene el PRD es un líder, en Miguel Mancera, lo más alejado que existe del caudillismo, pues ni siquiera se encontraba aquí mientras se preparaba este aplastante acto de adhesión.

No es que Mancera sea militante, pero es pública su cercanía al PRD, por el que consiguió la Jefatura de Gobierno. Vamos, hasta el líder de la bancada en el Senado, Miguel Barbosa, le exigió ya cinco veces que anuncie su intención de ser el candidato presidencial al 2018.

Al cierre de campaña en el DF para las intermedias del domingo próximo no fueron convocados René Bejarano ni Dolores Padierna, tradicionales acarreadores del partido en la época del mando único de AMLO.

El PRD abre este nuevo capítulo después de 28 sonadas renuncias, que parecen pocas si se tiene en cuenta que permanecen dos millones 40 mil militantes, pero son muchas al saber que siete fueron fundadores importantes:

-Cuauhtémoc Cárdenas, en noviembre de 2014

-AMLO, en septiembre de 2012

-Alejandro Encinas, en enero de 2015

-Porfirio Muñoz Ledo, en enero del 2000

-Martí Batres, en noviembre de 2012

-Alfonso Ramírez Cuéllar, en noviembre de 2014

-Rosa Albina Garavito, en abril de 2008

Con cada renuncia de personajes de este tipo, parecía caer un tabique más del PRD. Sin embargo, ayer, domingo, podría ser recordado como el resurgimiento perredista basado en acuerdos políticos, no en caprichos, sino en la libertad de los propios militantes.

Los que fueron al Zócalo hicieron quedar mal a los que se fueron, por grandes que hubiesen sido en su momento, y les demostraron que un partido es más grande que sus vacas sagradas, por mucho que Cárdenas diga que el partido que él fundó “carece de credibilidad”.

Y que AMLO los acuse de haberse ido “del lado del priista Enrique Peña Nieto y aprobaron que el gobierno federal siga aplicando la política antipopular en México, y se ladearon por completo por el famoso Pacto por México que no es más que Pacto contra México, y por eso ya no tengo nada por el PRD”.

Como sea, ayer el mensaje fue claro: el PRD ya no es una capilla de santones.


Este artículo fue publicado en La Razón el 01 de Junio de 2015, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página

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