La izquierda democrática ha propuesto políticas estructurales que han contribuido a la transición democrática. Nuestras propuestas han sido fundamentales para garantizar se vote con libertad y se asegure el derecho a ser votada de todas las personas independientemente de cualquier condición que les pueda discriminar. Hemos impulsado la paridad entre mujeres y hombres desde nuestro partido, el matrimonio igualitario y la inclusión de personas indígenas, afro descendientes y con discapacidad.
El PRD, como izquierda democrática ha enfrentado discusiones internas para abolir el presidencialismo como fenómeno de concentración del poder en una sola persona. En ese proceso hemos sufrido divisiones internas. Como consecuencia, hoy se tiene la percepción de que quién gobierna es la izquierda. Sin embargo no podría serlo si quien sustenta el poder Ejecutivo Federal, es decir, el presidente, pretende desaparecer los organismos constitucionales autónomos y controlar los poderes Legislativo y Judicial, decide el manejo de la hacienda pública de manera unilateral y discrecional, sin vigilancia ni transparencia, ni rendición de cuentas. La izquierda democrática representada por el PRD no aceptará jamás la desaparición de los contrapesos constitucionales, luchará por su preservación; inaceptable también es la sumisión de los poderes a los designios de un solo hombre. Nunca nos quedaremos callados, ante tal agravio a nuestra Constitución y al Estado democrático de derecho que de ella emana.
La izquierda que representa el Partido de la Revolución Democrática concibe al mundo y al país desde una visión de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los derechos humanos económicos, sociales, culturales y medioambientales, políticos y civiles. Para nadie es desconocido la pretensión de desaparecer a esta izquierda democrática. Lo intentó cuando se fue del PRD con más de la mitad de las direcciones locales y liderazgos motivados con el canto de las sirenas. Muchos de ellos y ellas están en su gobierno y en los gobiernos locales donde ha ganado Morena. Todos y todas actúan sumisos, no contradicen al Tlatoani que, como líder absoluto, ejerce el poder absolutamente.
Llamamos a mujeres y hombres libres: no permitan que quien desde Palacio Nacional -y evidencia todos los días su conservadurismo autoritario- lleve al país a un retroceso 50 años atrás tirando por la borda todo por lo que ha luchado la izquierda mexicana y que hoy lo sustenta el Partido de la Revolución Democrática.
