jueves 28 marzo 2024

¿Por qué más conferencias desde Palacio Nacional?

por Armando Reyes Vigueras

No es el deseo de mantener informado al pueblo lo que está detrás de la decisión de llevar a cabo más conferencias de prensa desde Palacio Nacional, hasta abarcar seis horas diarias, sino la necesidad de mantener en pie al gigante con pies de barro que es el gobierno lopezobradorista en la batalla por la opinión pública, una batalla que aunque no lo parezca no se termina de definir y se libra con todas las armas a la mano.

Las medidas

Hay que revisar el contexto para enlistar las acciones que en materia de comunicación social ha emprendido el actual gobierno federal. La primera fue recortar o eliminar el presupuesto de publicidad oficial, lo que junto con el decreto que modifica los tiempos fiscales en medios electrónicos ha hecho que en la práctica los espacios para la administración pública federal se reduzcan para la difusión de sus mensajes.

Claro que a los arquitectos de la estrategia lopezobradorista esto no les importa, porque piensan que las apariciones diarias del presidente en la conferencia mañanera compensa este hecho –y con creces–, sólo que a fuerza de repetición el recurso se ha desgastado y ha perdido eficacia, por lo que en la tarde los medios publican otros temas, incluso críticas.

Otra acción para entender la multiplicación de conferencias, es la centralización de la comunicación en la figura del presidente, quien queda como único vocero para prácticamente todos los temas, dejando en las sombras al gabinete legal y ampliado. Los secretarios de Estado sólo comparecen junto al presidente y supeditados al enfoque que él quiera darle a la información.

Otra medida es aprovechar la cuenta personal de López Obrador –ojo, no es una cuenta institucional, es de la persona que ganó el puesto–, y los aliados en redes sociales para difundir la labor del gobierno, algo que tampoco es eficiente porque la cuenta @lopezobrador_ en ocasiones se dedica más al turismo que a la comunicación política, aunque para muchos todos sus mensajes son de este rubro y pudieran tener razón, sólo que el efecto alcanzado deja mucho que desear, a menos que la meta sea promover pueblos y rancherías.

El hecho de que muchos de los aliados en el espacio virtual se dediquen más a responder a las críticas, que se han multiplicado a medida que no se cumplen expectativas y se dan malos resultados, hace que el objetivo de estos recursos sea la defensa del presidente y no la difusión de sus obras o decisiones.

Ahora, hay que mencionar que las encuestas que miden la aprobación ciudadana respecto del trabajo del mandatario, muestran un descenso en la calificación positiva, por lo que algunos sondeos –Consulta Mitofsky, por ejemplo– ya ofrecen una opinión mayoritariamente negativa.

En lo que se refiere a las encuestas electorales, Morena ha mostrado un sostenido descenso en sus potenciales votantes, lo que augura la pérdida de la mayoría que ahora ostenta en el Poder Legislativo y aunque no se han dado a conocer estudios actualizados en lo que respecta a las gubernaturas que estarán en juego en 2021 –15 en total–, los números pueden ser coincidentes con esta información, además de que temas como el voto por unanimidad y contrario de la SCJN a la llamada ley Bonilla también podría influir en los electores el año entrante.

Cuartoscuro

La realidad

La estrategia oficial de la 4T –privilegiar redes sociales en lugar de los medios tradicionales y con AMLO como vocero casi único–, ha empezado a mostrar sus limitaciones.

Que medios internacionales se sumen a los cuestionamientos en temas como el manejo de la pandemia por el Covid-19, no es sino muestra de que se han tomado decisiones que generan dudas y críticas, pero que se intentan contrarrestar con los mismos argumentos de siempre –que todo es un complot, que hay intereses oscuros detrás y un largo etcétera–, pero resultan ineficientes porque no se ofrecen argumentos, sino que se intenta apelar a la parte emocional del público –es el presidente más querido, obtuvo 30 millones de votos y más etcéteras–.

Es por eso que es lógico, en el entender de los arquitectos de la estrategia lopezobradorista, el siguiente paso: maximizar los recursos que han dado resultado, como son las conferencias desde Palacio Nacional, quizá con la única novedad que ahora vemos a nuevos actores políticos.

Así, el espacio que ha obtenido en la opinión pública Hugo López Gatell es un resultado que no se esperaba, pues el vocero para la pandemia se ha colado a las lista de prospectos para una candidatura, es un personaje político con aceptación –según algunas mediciones, más que el presidente–, aunque ha generado polémica por el manejo de las cifras de contagiados.

Otros personajes, como las secretarías de Economía y del Trabajo, si bien ocupan posiciones menores y son relativamente nuevas en el escenario político, buscan diversificar la labor de voceros y quitar presión a López Obrador en dos temas en los que ha mostrado resultados cuestionables: crecimiento económico y empleo.

Lamentablemente, si con el propio López Obrador este mecanismo ya muestra signos de desgaste –por el aumento en las críticas recibidas–, con figuras que no están preparadas –recuerden la equivocación de Graciela Márquez al leer una cifra– podría resultar contraproducente.

Pero al quedarse sin más armas en su arsenal, es comprensible que se apueste a contar con más horas de conferencias, un recurso que económicamente no cuesta y ha ofrecido resultados satisfactorios para sus impulsores, la pregunta es hasta cuándo, pues la realidad se empeña en mostrarnos su realidad, misma a la que ya están abriendo los ojos cada vez más ciudadanos.

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