miércoles 17 abril 2024

Para mí, usted padece una enfermedad

por Fernando Dworak

El primer paso que siguen todos los regímenes autoritarios para perseguir abiertamente a los opositores del régimen es deshumanizarlos, cosificarlos. De esa forma es posible que las masas los perciban como ajenos y en ese sentido, amenazas potenciales. Hay varias formas de diferenciar: por raza, credo, condiciones diversas como la homosexualidad o padecimientos mentales e incluso enfermedades. El mensaje es el mismo para todos los casos: la persona no se opone a la comunidad por voluntad propia, sino por un oscuro impulso que la hace actuar de esa forma.

Una vez deshumanizado el opositor, se le puede cosificar, haciendo más fácil tomar medidas diversas para neutralizarlos, hacerlos a un lado o eliminarlos. ¿No tienen el “grado de conciencia” que debería tener la comunidad? Se le puede adoctrinar en campos de reeducación, si es necesario. ¿Están enfermos? No hay problema: hay tratamientos que involucran adoctrinamiento y si persiste el problema los nazis de plano aplicaban la eutanasia. ¿Es una condición sexual o racial? Si no se les puede curar se les segrega de la comunidad, marcándolos para que los demás los distingan.

Hace unas semanas circuló por las redes una invitación de la Escuela de Formación Política de Guanajuato, adscrita a Morena, para asistir el pasado lunes 15 de julio a un conversatorio sobre el tema: El cerebro neoliberal y la resistencia al cambio. En la parte superior había una ilustración de un cerebro en varios colores con las palabras: desarrollo, beneficio, paz, libertad, política, economía, desarrollo y justicia, presuntamente para contrastar lo que sería un cerebro progresista. Vemos aquí con alarma el primer paso de la pendiente resbalosa que se describió en los párrafos anteriores.

Lamentablemente este tipo de discursos se está volviendo común entre militantes y gobiernos de Morena. La titular del Conacyth habla de una “ciencia occidental” a la que se busca oponerse, como hacían los nazis con lo que llamaban “ciencia judía” en contraposición a la “ciencia aria”. El ejecutivo no solo se ha referido a la corrupción como una enfermedad, sino que también ha presentado una visión de desarrollo “en las conciencias” de los mexicanos. Ni se diga del lenguaje de polarización al que se nos ha expuesto durante años donde una “mafia del poder” controla los destinos del país o la existencia de “fifís” que se oponen al “pueblo bueno”.

Hay innumerables ejemplos de ese tipo de propaganda a lo largo de la historia, pero va uno de los más conocidos: en 1937 se organizó una exposición en Alemania sobre el Entartete Kunst, o arte degenerado. El objetivo era mostrar que el arte moderno era producto de una visión decadente, donde expresiones como el cubismo sólo retrataban enfermedades. En cambio, se debía promover el “arte alemán”: realista, naturalista y que ensalza los valores de la raza aria. Como ejemplo, se incluye aquí este poster del arte degenerado: un negro homosexual y judío que toca jazz.

Si se nos están aplicando tácticas de manual, ¿qué esperamos para denunciarlas?


Este artículo fue publicado en Indicador Político el 25 de julio de 2019, agradecemos a Fernando Dworak su autorización para publicarlo en nuestra página.

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