jueves 28 marzo 2024

Palacio de Achilleion

por Rubén Aguilar Valenzuela

Isla de Corfú. Achelleion, Grecia

Edificio

El palacio fue diseñado por el arquitecto italiano Raffaele Caritto y el tema central es Aquiles. El escultor Ernst Herter fue el encargado de crear obras inspiradas en la mitología griega. La escultura de Aquiles quitándose la flecha del talón, elaborada en 1884, es la pieza central de los jardines.

Historia

La emperatriz Elizabeth, Sissi, esposa de Francisco José, el emperador del Imperio Austrohúngaro y hermano de Maximiliano, compró este castillo abandonado que arregló a su gusto. Lo hace en 1890, un año después del suicidio de su único hijo, el príncipe heredero Rodolfo de Austria, y su amante, la baronesa María Vetsera. Está en la cima de una colina a 145 metros sobre el nivel del mar. Abajo, la vista del Adriático.

En 1892, después del asesinato de la emperatriz, por un anarquista italiano, el emperador Guillermo II de Alemania compra el palacio a los herederos de Sissi. Aquí fija su residencia de verano. En sus estancias, el palacio se convertía en un centro de actividad diplomática.

El emperador encargó su propia imagen de Aquiles al escultor Johannes Götz, que creó una escultura de bronce de gran tamaño colocada en los jardines. El emperador siguió visitando el lugar hasta 1914, cuando estalla la Primera Guerra Mundial. En este tiempo el castillo se utiliza como hospital militar por las tropas francesas y serbias.

Al terminar la guerra el castillo pasa a ser propiedad del Estado griego. En la Segunda Guerra Mundial, las potencias del Eje lo utilizan como cuartel. Al terminar la guerra queda bajo la jurisdicción del gobierno griego. En 1962 se renta a una empresa que convirtió el nivel superior en casino y el recinto inferior en museo. En 1983 se da por terminado el contrato y la propiedad vuelve al control del gobierno.

Comentario

Lo mejor del castillo es su terraza y los jardines. No es un edificio particularmente lujoso. El gran atractivo es que fue propiedad de la emperatriz. Hay murales, muebles originales, objetos y fotografías de Sissi y también del káiser Guillermo. La museografía es pobre y no está en buen estado. Al final del recorrido tomamos un café, a las afueras del castillo, con una formidable vista sobre el Adriático.


Twitter: @RubenAguilar

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