jueves 28 marzo 2024

Otro florero en Hacienda

por Rubén Cortés

México perdió durante los últimos 11 meses cerca de 300 mil millones de pesos porque los inversionistas desconfían de su política económica. Sin embargo, el presidente mandó a su secretario de Hacienda a arreglar la economía de Perú.

Dejemos de lado que es una manera de dirigir un país como si fuera un rancho, o un cuartel militar: cuál de las dos peor. Es que estamos ante una decisión de Estado que limita con el desprecio por la gobernanza.

Es, además, la violación a uno de los preceptos que el actual gobierno mexicano concibe como sagrados: la no intervención en asuntos de otros países. “Ningún país tiene derecho a meterse en los asuntos de otras naciones”, dice el presidente.

Así que es una violación a la palabra del presidente, que es quien afirma que su gobierno no interviene en asuntos de otros países. Pero viola sólo la palabra, eh, porque en los hechos, el gobierno mexicano se la pasa interviniendo en asuntos de otros países.

Por ejemplo, la cancillería y Segalmex armaron una red que intercambió petróleo de Venezuela por diferentes productos para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos a la cúpula chavista, aliada ideológica del gobierno mexicano.

La propia Unidad de Inteligencia Financiera inició aquí una investigación hace un año sobre algunos de los implicados, sin que haya tenido mayores avances, según demostró una investigación del diario español El País y la agencia Armando.info.

Y, también en México, fue preparada al vapor la candidatura del residente mexicano Andrés Arauz a las pasadas elecciones de Ecuador. Arauz hasta votó en el consulado mexicano, pues ni tiempo le dio para entrar a Ecuador. Al final perdió.

Claro que sí interviene. Evo Morales explicó que “el canciller de México me dijo que Estados Unidos iba a dividir mi bancada, pues no quería que yo volviera a Bolivia”. El canciller cometió la infidencia, mientras México negociaba con Estados Unidos.

Porque en ese momento, el presidente de México intervenía en los asuntos internos de Estados Unidos al visitar el país durante la recta final de la campaña presidencial y reunirse con uno de los contendientes, el entonces presidente Trump.

A la vez, el presidente mexicano era felicitado por Trump, por su decisión de Estado de soltar a las Fuerzas Armadas en contra de los migrantes: “Estoy usando a México para proteger nuestra frontera”, dio Trump.

Ahora envía a su secretario de Hacienda a componer la arruinada economía del recién electo presidente peruano Pedro Castillo, lo cual no deja de llamar la atención, pues la economía de México es de las peores del mundo, con un PIB de menos 13 por ciento.

Y el secretario de Hacienda es un florero que mueven para donde sea.

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