miércoles 24 abril 2024

Otra característica del populismo latinoamericano: su contínua evocación de Cristo

por Marco Levario Turcott

Otra de las características del populismo latinoamericano es su contínua evocación de Cristo, en particular, por su lucha en favor de los pobres y, junto con esa evocación, la transmisión de la idea de que el emisor de ese discurso es la encarnación misma de Jesús. Al hijo de dios se refirió Hugo Chávez cuando inició su lucha en Venezuela, y a él y al Papa se encomendó cuando la toma de posesión como Presidente; lo mismo hizo en los siguientes procesos electorales y al informar que padecía cáncer. Otra de sus palabras asiduas es “la esperanza”, siempre como sustituto de las precisiones o para paliar discursivamente la debacle económica del país. La señora Cristina Kirchner hizo lo mismo y en el énfasis de su discurso populista también quiso o pretendió ser la encarnación de Jesucristo. De aquí que los seguidores del populismo sean, sobre todo, fanáticos o creyentes. La expresidenta de Argentina llegó al cargo, igual que Hugo Chávez, como salvadora de la corrupción, y dejó al país igual que el comandante en Venezuela: sumido en la más grande devaluación de su historia y en una pobreza extrema conmovedora.

FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

Las referencias místicas del discurso populista son una herramienta discursiva para enfrentar casi cualquier cosa y, sobre todo, para permanecer como vértice de la unidad nacional y sus “enemigos” que la acechan; “Aquí huele a azufre”, expresó alguna vez Hugo Chávez al aludir al asiento de Goerge W. Bush o el mismo comandante pidió que Cristo le diera fuerza para la persistencia de la obra. El manto religioso se extiende para dar cobertura a un nacionalismo intenso que se sitúa no sólo dirigiéndose a un adversario (interno o externo, casi siempre son esbirros, o sea, con intereses oscuros) sino centrando en las fuerzas nacionales la dirección de la política y la economía del país, la autosuficiencia alimentaria, por ejemplo, con todas las perniciosas consecuencias, sobre todo, vaya paradoja, para quienes menos tienen. Y luego el populismo construye la proclama que invita al pueblo a resistir la ofensiva y comprender el enorme sacrificio que le implica los momentos difíciles. Lo demás es harto conocido.

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