jueves 18 abril 2024

Ojalá se recupere López Obrador de la COVID-19

por Óscar Constantino Gutierrez

A nadie le conviene la inestabilidad que conlleva un presidente enfermo, sobre todo con un régimen tan inestable y predatorio como el que controla Morena.

Ya nos dieron una muestra de su nula civilidad, durante el proceso de designación de su nueva dirigencia. La falta del presidente traería un fenómeno similar, pero magnificado terriblemente.

Y debemos ser sinceros: ninguno de los aspirantes a suceder a López tiene los tamaños y liderazgo para hacerlo bien. Morena tiene el mismo problema estructural de tribus que tanto daño le hicieron al PRD, pero con una mayor radicalidad: sólo de imaginar a la gente de Sheinbaum en batalla campal contra los de Ebrard y los de Monreal, se pierde el sueño.

Si bien se desea que López Obrador se recupere, hay motivos de preocupación, porque el presidente es una persona con múltiples problemas de salud que suelen complicar el padecimiento de la COVID-19: su edad, enfermedades cardiacas, sobrepeso y presión hacen pensar que los síntomas leves que señaló tener no son tales —o pueden variar en cualquier momento—.

A su favor tiene los privilegios propios de un jefe de Estado: tiene a su disposición a los mejores médicos y tratamientos del país… y siempre puede solicitar el apoyo del presidente Biden, para ser atendido en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, de Bethesda, Maryland, donde Donald Trump recibió un tratamiento experimental que le salvó la vida.

No es momento de ser mezquinos: ojalá López Obrador se cure pronto. Por el bien de México, por el bien de todos. Ya habrá oportunidad de retomar las críticas y exigencias por su conducta irresponsable y el manejo de esta pandemia, pero hoy toca ser solidarios: recupérese, señor presidente. El país necesita paz y estabilidad.

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