sábado 20 abril 2024

Nuestro triangulo dramático

por Regina Freyman

Podríamos sintetizar que toda narrativa descansa en una triada o un triangulo. Al menos esa es una de las metonimias que empleo para recordar cada vez que doy un taller de Storytelling. La santísima trinidad se resume en el principio, clímax y desenlace; o en ethos, pathos, logos; o bien en tesis, antítesis y síntesis. Pero la figura nos da para más. Cuando hablo del amor, otro tema del que impúdicamente doy talleres (me refiero al amor en la narrativa) tomo el triangulo de Stemberg o la teoría triangular del amor.

Cada componente básico, intimidad+ pasión + compromiso logran describir las 7 tramas y/o etapas de la relación de pareja. Obsesiva de los triángulos y las historias me encontré uno nuevo: el Triangulo dramático de Karpman.

De esta triada se desprende toda escenificación trágica, descansa sobre tres personajes o roles:

a) El perseguidor: asigna culpas como barajas, su cometido es que los demás jugadores se sientan intimidados y básicamente equivocados. Generalmente se trata de iracundos, acusadores, inflexibles y se sientan dueños de la razón. Para satisfacer sus necesidades, necesitan de la víctima o del oponente en quien puedan proyectar su venganza, dado que su motor es este sentimiento.

b) La víctima: es un ser abrumado, que se siente impotente, traicionado y avergonzado, incapaz de actuar. Suele usar su dolor para manipular y le gusta ser “salvado”en lugar de buscar su propia solución a los problemas.

c) El salvador: es un manojo de culpas, necesita sentirse el héroe, así no tienes que lidiar con sus propias ansiedades y patologías. Su fanatismo es ser el salvador de las “víctimas”, liberarlas del “perseguidor”, pero en realidad su misión es que las cosas permanezcan de ese modo o no podrá ser el redentor y su juego terminó.

En el transcurso de un conflicto, los jugadores se moverán alrededor de las tres esquinas del triángulo, puesto que los roles no son fijos, son parte de la historia dramática. Así

Pienso en el conflicto dramático que vivimos hoy en este país. Piénselo por un momento:

1) El presidente fue elegido como “salvador”, jugando con todos los elementos simbólicos del héroe cristiano por antonomasia. Luego como perseguidor implacable persigue a los “adversarios que han lastimado al “pueblo bueno”. De ahí, sintiéndose atrapado cuando las cosas no le salen bien o es juzgado por “la prensa maldita” se convierte en una desvalida víctima de la injusticia de sus antecesores, críticos o circunstancias. Finalmente rescata a sus “antiguos adversarios” para comenzar el juego nuevamente. Nuestro salvador tropical busca perpetrar la dependencia porque sin víctimas no hay salvador, si no las encuentra, las crea; como su ayuda es falsa o pretendidas, se queja continuamente de sus esfuerzos. Suele decir que se aprovechan de su generosidad. Juega a asumir la responsabilidad de solucionar los problemas de la “víctima” que como mascota desvalida no puede salir de sus problemas solo.

2) La oposición desconfigurada, prometiendo salvación del perseguidor presidencial, luego sintiéndose atrapado cuando no es capaz de lograr un registro, una coalición, un consenso. Luego rescatando a sus antiguos adversarios en busca de un poco de popularidad pero el juego resulta sofocante y la ira se incrementa. Se comporta agresivamente, lo único que le interesa es satisfacer sus necesidades poniendo a los demás en situaciones complicadas “Su lema es pisa antes de que te pisen”.

3) Los ciudadanos “buenos” siempre víctimas de los malos gobiernos buscan un “salvador” cuya palabra bastará para sanarlos, ellos abrumados por su dolor siguen cometiendo los viejos vicios y esperan la redención que habrá de llegar con el héroe invencible. Como perseguidores desestiman todo bien o acierto institucional y hambrientos de venganza piden cabezas rodar. Al tomar la justicia en propia mano, se vuelven salvadores sin concierto y retornan al desconcierto victimal:

La actitud de la Víctima suele ser: Yo estoy mal, tú estás mal y vamos arreglárnosla para que yo esté peor o yo estoy mal, tú estás bien y quiero que te hagas cargo de mi malestar. La Víctima siente culpa, inferioridad, tristeza y tiene una baja autoestima. Su sentimiento básico es de resentimiento contra la vida que le hace sufrir y contra los Salvadores que siguen incapacitándola con su ayuda.

Esta interacción nos dicen los terapeutas es también el triángulo de la supervivencia porque son dinámicas que operan en la infancia para poder sobrevivir en ambientes hostiles, es decir, es por ello que tanto en lo individual o en lo colectivo acusan la falta de madurez en la interacción y confirman mitos existenciales como el de que la vida es una senda de lágrimas; o la trama de la desconfianza donde todos los que no son “yo” son sospechosos de maldad. Por supuesto son el caldo de cultivo de la manipulación en contraposición a la negociación abierta y sincera.

¿Cómo le damos la vuelta?

Parece fácil pero cambiar narrativas puede llevar vidas, o tardar siglos, pero se puede, nos dicen los expertos. Así otro terapeuta, Acey Choy llamó Triángulo del Ganador (1990) a una propuesta de escape y Claude Steiner propuso la alternativa en su Alfabetización emocional.

La contraseña para pasar es la palabra: NO, es decir no aceptar la manipulación al hacer alarde de la protección, la victimización y la persecución. En términos ciudadanos convertiríamos ese No en votos razonados, No a la corrupción, impunidad e influyentismo.

En el caso de las instituciones “Salvadores” consiste en establecer las condiciones de ayuda que permitan la determinación y autopoder ciudadano, respetando estas capacidades y competencias. Entendiendo las necesidades individuales de la gente, y su propia labor como parte de su perfil de servicio y no una moneda para ostentar superioridad. En este sentido la capacidad de escucha empática es fundamento, lamentablemente la sordera institucional es hoy patente.

El ciudadano vulnerable es antítesis de la víctima, somos responsables al cumplir y acatar las leyes. Según A. Choy la persona vulnerable busca diferentes ayudas y me tomo la libertad de adaptarlas al caso que nos ocupa:

  • Iniciativas de Autoayuda: se informa y se autoeduca persigue la autoreflexión y la participación activa en su comunidad.
  • Buscar ayuda profesional de un especialista.
  • Pide y presta ayuda a la familia o a un amigo, sin pasar la responsabilidad de la solución al otro. Comienza por buscar la equidad y la justicia en su propia familia.

La antítesis al Perseguidor es el Asertivo, una oposición que busque cambiar las cosas no para castigar o por beneficio propio sino porque sintéticamente comprende que el bienestar es una casa compartida. Sue autoafirma deviene de su labor y tampoco hace alarde de superioridad. La negociación es su medio para resolver los conflictos.

Todos los teóricos de estos dos triángulos parecen coincidir en que las mentiras son la moneda de cambio de esta interacción negativa. La proliferación de post verdades y fake news es hoy obscena, por decir lo menos. Del mismo modo la política del “rescate” es una trampa, el ciudadano tiene derechos y posibilidades que deben ser parte de los acuerdos como socio activo en su propia “recuperación”.

Por tanto estiro estos triángulos narrativos para reflexionar sobre las historias en las que participamos, y hacer de un juego de manipulación una política de interacción. Finalmente en Los Guiones que vivimos C. Steiner nos da algunos puntos para llevar:

  1. No ayudes sin un acuerdo
  2. Nunca creas que una persona está desamparada
  3. Ayuda a que la gente desamparada encuentre el camino para aplicar el poder que tiene
  4. No hagas más del 50 % del trabajo; en todo momento pide por lo menos participen en un 50 %
  5. No hagas nada que en realidad no quieras hacer
  6. No interrumpas a la gente
  7. No utilices una silla especial. No tomes una actitud de superioridad
  8. No aceptes observaciones que te coloquen por encima ni por debajo

Referencias:

1 Imagen tomada de Wikipedia

2 Imagen tomada de Lluís Camino Vallhonrat. El triángulo dramático: Aplicaciones prácticas. https://lluiscamino.com/sites/default/files/Triangulo_Dramatico.pdf

3 Lluís Camino Vallhonrat. El triángulo dramático

4 Imagen tomada de Lluís Camino Vallhonrat. El triángulo dramático: Aplicaciones prácticas. https://lluiscamino.com/sites/default/files/Triangulo_Dramatico.pdf

Steiner. C. LOS GUIONES QUE VIVIMOS. Editorial Kairós, 1992.

 

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