jueves 28 marzo 2024

No va a bastar con ir juntitos

por Javier Solórzano

Bajo las condiciones del país lo mejor y lo más sensato es que nadie se ponga a hacer cuentas alegres electorales de cara a las elecciones del 2021, esto va por igual por la oposición y por Morena.

No sólo están los resultados en Hidalgo, donde el PRI se recuperó y en Coahuila en donde el mismo tricolor arrolló, los cuales pueden ser engañosos. Lo que está a la vista es que nadie tiene garantizado el voto ciudadano en medio de los escenarios inéditos en que estamos y de los que no se ve que vayamos a salir en el corto y mediano plazo. Sin ir tan lejos, no está claro lo que pueda pasar el año que entra que nos va a traer el obsesivo proceso electoral.

No hay manera de conocer pronosticar las consecuencias que va dejando la pandemia la cual va para largo. Tampoco se alcanza a apreciar qué va a pasar con el incierto futuro de la economía, así como tampoco hay cambios en el tema de seguridad por más que en su ceremonia del adiós haya dicho una y otra vez el suspirante al gobierno de Sonora que las cosas son distintas.

En medio de todo esto están los desiguales, explicables desde donde se vea, ánimos ciudadanos. No sólo se han ido acentuando los enconos e irritación por el coronavirus y el hecho de que limite nuestra capacidad de movimiento, teniendo como eje brutal los contagios y fallecimientos. Está también la cada vez más latente preocupación e inconformidad ciudadana ante el deterioro económico.

Digamos que por muchos motivos estamos ante escenarios volátiles que de manera inevitable lleva a que los ciudadanos estemos cambiando de opinión con cierta regularidad.

Hipotéticamente se podría plantear que el país podría emitir un voto diferenciado en contra y a favor del Gobierno en el norte y en el sur respectivamente. Sin embargo, tampoco en esto hay claridad debido a que si bien la inconformidad hacia el Gobierno ha permeado en algunas regiones, es ineludible e inevitable el desgaste político bajo el ejercicio del poder, también es cierto que la base que tiene López Obrador se sostiene, lo cual no necesariamente está alcanzando a Morena.

Esta circunstancia es la que representa un punto de partida para presuponer que la elección del 2021 no la tiene amarrada por ningún motivo Morena. Reiteremos que el Presidente no va a estar en la boleta por más que vayan a apelar a su influencia, su manifiesto y evidente peso político y a producir grandes espectaculares de las y los candidatos de Morena fotografiados con el tabasqueño.

Lo que es un hecho es que la única manera de enfrentar en serio a Morena e intentar menguar su presencia va a ser enfrentarlo con oposiciones cohesionados y con proyectos comunes en el mayor número de los cargos a elección.

Se requiere sin la menor duda personajes que tengan que ver con las comunidades, pero al mismo tiempo sí tiene que considerar que si se quieren ganar las elecciones y ser competitivos es básico tener programas de gobierno que respondan a las demandas de la población.

El Gobierno y Morena van pasos adelante porque a pesar el desgaste que tiene por el ejercicio del poder han echado a andar su maquinaria la cual ha logrado permear entre amplios sectores de la población.

La oposición sigue bajo el manto el descrédito y como parte de un pasado que no se quiere repetir. El Presidente se ha encargado de hacerlo ver una y otra vez y sin la menor duda ha logrado su cometido.

Los actores del proceso electoral saben que en el 2021 se están jugando un presente-futuro. Está de por medio la consolidación de la 4T, pero también está para la oposición el cambiar las cosas.

Lo que queda claro es que sin proyecto y contenido más vale que la oposición se atenga a aquello de “gracias por participar”.

RESQUICIOS

Algo confuso, por decir lo menos, está pasando en la tierra inundada del Presidente. Sus paisanos se quedaron definitivamente insatisfechos con su visita y entre el gobernador y el titular de la CFE se andan dando hasta con la cubeta.


Este artículo fue publicado en La Razón el 12 de noviembre de 2020. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

 

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