jueves 25 abril 2024

¿No tienen remedio?

por Javier Solórzano

Pudiera ser que algunos priistas hayan llegado a creer y pensar que la vida de su partido sería eterna o algo parecido, y que además el tricolor sería por siempre pieza fundamental en el ejercicio del poder en el país; en una de ésas se imaginaron que el partido era inmortal.

Cuando en el 2000 el PRI-gobierno fue vencido por Vicente Fox y el PAN, los escenarios tenían dosis de inéditos. A la distancia aquel momento nada tiene que ver con lo que hoy se está viviendo y con la brutal derrota del tricolor del año pasado.

El PRI pagó en el 2000 su desgaste, a lo que se sumó que el neopanista Vicente Fox se convirtió en la pieza para sacar al PRI de Los Pinos. Hoy, como bien se sabe, los dos expresidentes, el que derrotó al PRI y el que ganó una elección profundamente cuestionada, renunciaron al blanquiazul.

Si bien el tricolor estuvo 12 años fuera del gobierno hay que recordar que fue uno de los factores que permitió la gobernabilidad panista. El PRI estuvo esos años bajo el síndrome del cerca-lejos, lejos-cerca. Nunca terminó de dejar el poder como partido, muchas veces las cosas se terminaban haciendo porque tenían el apoyo del PRI en el Congreso.

En el tricolor nunca hicieron una autocrítica seria y severa sobre sus derrotas, la del 2000 y del 2006. En algún sentido la Presidencia les llegó de nuevo en el 2012 de rebote, el desgaste del PAN fue el que en buena medida se encargó de ello.

El desastre de los últimos años le pasó de largo al tricolor. Nadie levantó la voz y nadie esbozó la más mínima crítica ante lo que estaba pasando con el gobierno y en todo el país. No se atrevieron a plantearle al Presidente, su Presidente, y a su equipo lo que se estaba viviendo más allá de Los Pinos. Dejaron aislado a Peña Nieto, quien terminó por creer todo lo que en su entorno se vivía y le decían, las pocas veces en que Peña Nieto reculó se debió a que no tenía de otra.

El PRI fue dejando de existir ante la sociedad porque su sometimiento ante el Presidente, su singular equipo y muchos gobernadores fue brutal. El control que se ejerció desde Los Pinos fue ominoso.

Históricamente las corrientes del PRI se dejaban ver y se hacían valer, había que negociar con ellas. De la noche a la mañana una nueva generación se apoderó del partido. Al paso del tiempo muchos priistas se percataron de que los “iluminados” no tenían la más mínima idea de lo que es el PRI y el valor de un partido político en democracia; no respetaron su pasado por más que esté cargado de luces y sombras.

Se dedicaron a apagar y a menospreciar las voces que eran claves para la gobernabilidad, dejaron al tricolor sin rumbo y, sobre todo, le quitaron a los priistas el espíritu y el ánimo. Resultó que quienes llegaron al poder con fama de saber hacerlo y de ser muy listos e inteligentes no lo eran, a lo que se suma que fueron insensibles.

El futuro del PRI no se alcanza a ver. Es cuestión de ver las bolas en las que están metidos para tratar de ponerse de acuerdo para nombrar a su Comité Ejecutivo, no hay cohesión alguna. El detentar el poder y la gobernabilidad siempre fue un elemento que los unía y les permitía entenderse y convivir.

La derrota en las pasadas elecciones dejó al PRI pasmado y abatido. Deben saber que no se vislumbran posibilidades, bajo el actual espectro político del país, de poder recobrar el poder y ser gobierno.

¿Será que no tienen remedio?

¿Morena estará aprendiendo de esta historia? ¿Los morenistas, que antes eran priistas y que han sido “perdonados”, entenderán aquello de que como los ven se podrían ver?

Si alguien sabe de qué se trata esta historia son ellos.

RESQUICIOS.

En el Inai estos días se han desarrollado discusiones sobre transparencia y desigualdad. Binomio fundamental para que se creen políticas públicas para la transformación social. Sería productivo que el gobierno siguiera este debate y que en el camino el Presidente se sentara con los consejeros del instituto.


Este artículo fue publicado en La Razón el 8 de mayo de 2019, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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