viernes 19 abril 2024

El niño de la playa y los angelitos de la resignación

por Arouet

Buena parte de las religiones del mundo ofrecen consuelo frente a la tragedia, aunque ello a veces signifique eludir la realidad. Ahora por ejemplo, muchos feligreses le dicen angelito al niño sirio de tres años que no encontró refugio para desplegar sus sueños. Desde mi punto de vista él no es un angelito, o sea, no es un mensajero de dios ni criatura de gran pureza destinada a la protección de los seres humanos; no es ni será un angelito de la guarda o un custodio de protección. (Ni siquiera es un ángel caído porque el título le pertenece solo a quien desobedece a dios)-

No es un ángel sino un niño muerto en la playa, entre decenas de miles que mueren en todos lados, como el mayor drama de los refugiados en el mundo. Que no haya confusión ni clerical ni celestial: se llamó Aylan Kurdi y no contó con un ángel de la guarda protector ni nada de eso. El niño falleció (así, ya no existe, no hay consuelo en otros espacios siderales su familia pidió asilo a Canadá pero ya le fue negado y el drama se extiende por el mundo. Hay decenas de miles en esa situación, ahora mismo, sin foto de por medio ni conmoción en las redes sociales.

Aylan ya no tiene alas, se las cortaron. No hay forma de convalidar esa atrocidad, ni siquiera en el nombre de dios que es, por cierto, también una proclama –”En el nombre de dios”– que se enarbola para cometer cientos de miles de asesinatos.

Aquí en este mundo, el desafío es enfrentar los corazones infantiles desguazados. En este, nuestro país, hay cientos de miles de niños huérfanos debido a la guerra contra el narco, pero de estos nadie o casi nadie se acuerda porque de cualquier modo si mueren mañana serán unos angelitos, ¿no? Los angelitos del olvido y la resignación.

 

También te puede interesar