sábado 20 abril 2024

Morena y su obsesión con PiSA

por Óscar Constantino Gutierrez

Y no, no me refiero a la obcecación de Attolini cuando ve una pizza hawaiana. Esta columna es sobre el odio rampante del presidente López y su partido contra una farmacéutica cuyo principal pecado es ser competidora de las empresas de los amigos de la 4T.

El recuento de los daños

Ya Darío Celis, en un artículo que merece un premio de periodismo, presentó una explicación documentada de las pifias cometidas por el gobierno federal en el problema de desabasto del metotrexato, en las que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) intentó responsabilizar a los laboratorios PiSA de un error médico, consistente en la forma en que se dosificó el fármaco.

A pesar de que las verificaciones de Cofepris no encontraron contaminación en el metotrexato, el órgano gubernamental prohibió que PiSA continuara con la fabricación y distribución del medicamento, esa suspensión provocó desabasto… y el gobierno jamás aceptó que fue su culpa.

Por el contrario: tanto el presidente, como sus subordinados, difundieron una narrativa de ficción, en la que unos malvados laboratorios intentaron chantajear al gobierno federal, escondiendo el metotrexato. Como en una historia de Ibargüengoitia o de José Emilio Pacheco, el presidente López acusó a los emisarios del pasado de ese desabasto y, sintiéndose el López Mateos del siglo XXI, envió a su canciller a buscar por el mundo el medicamento. Animal político recupera la declaración del presidente, triunfante ante los perversos enemigos del pueblo bueno: “quisieron boicotear no entregando, no vendiendo la medicina que se necesita para curar a los niños de cáncer y pesaban que nos iban a doblegar, ¿qué hicimos?, ya se compró la medicina en Francia, ya llegó la medicina que se compró en el extranjero para que no falten los medicamentos”.

Pero, como lo demuestra el artículo de Celis, el único boicot… fue del gobierno, quien, en su afán de dispararle a PiSA, se dio un balazo en el pie. Como en toda fábula comunista, la falla del gobierno se convirtió en victoria: poco faltó para que Attolini entonara el himno nacional, mientras la Marina mexicana escoltaba la llegada del medicamento desde Francia. Ahora sabemos que el desabasto fue inducido, fue culpa del gobierno, lo auto escaseado se compró en el extranjero en un precio virtualmente igual al que tenía en México… y “se administró a pacientes sin contar con el registro sanitario de la Cofepris”.

En conclusión, la Cofepris prohíbe, sin razón, que un laboratorio mexicano produzca un medicamento; ante el desabasto, el gobierno sale —cual Capitán John Miller salvando al soldado Ryan— a conseguir en Francia la medicina… pero la Cofepris nunca revisa la calidad del remedio estentóreamente importado.

La Cofepris lo dio, la Cofepris lo quitó, maldito sea su zafio nombre.

La trama detrás de la sanciones de odio

Conversaciones y entrevistas en poder de En la mira revelan que el pleito entre lopistas y los propietarios de PiSA tiene al menos tres sexenios, teniendo uno de sus puntos más tensos en Jalisco, durante el gobierno de Emilio González Márquez, cuando los farmacéuticos adheridos al obradorismo fueron desplazados del abasto de medicamentos al sistema local de salud, favoreciendo a laboratorios filiales de PiSA. Los obradoristas señalaron, en público y en privado, que el gobierno panista los había apartado del suministro de medicamentos por intenciones corruptas, pero, después del drama judicial respectivo, recuperaron la provisión exclusiva para el Sector Salud de Jalisco. A pesar del triunfo, los amigos de López juraron venganza… misma que se ha intentado desde que Andrés Manuel llegó a la presidencia del país.

Los voceros de López, como Hernán Gómez o Gibrán Ramírez, han insistido en que “es un avance” que el capitalismo de cuates… cambie de cuates. Antes los beneficiarios eran los amigos de la entelequia conocida como el PRIAN, ahora los favorecidos son los aliados de Morena. No hace falta decir que esa excusa de la 4T (“seguimos siendo corruptos, pero estamos mejor porque cambiamos de socios”) es un consuelo tan tonto e inútil como sus autores.

Más allá de las falacias de los inservibles encargados de la vocería del nuevo régimen, lo cierto es que la obsesión de Morena contra PiSA actualmente corresponde a una operación de Estado. El último ataque contra el laboratorio propiedad de Carlos Álvarez Bermejillo es por la muerte de pacientes en el Hospital Regional de Pemex en Villahermosa, Tabasco, causada por la aplicación de heparina sódica contaminada. Aunque nuevamente se quiso culpar a PiSA, se ha revelado que José Roche Pérez, el presunto responsable de la venta de medicamentos contaminados para hemodiálisis, nada tiene que ver con PiSA y su domicilio hace sospechar no sólo del proveedor, sino del adquirente de la medicina, o sea, el honesto Poder Ejecutivo mexicano.

El gobierno de López ha intentado en varias ocasiones inculpar y castigar a PiSA… y en todas las ocasiones resultaron injustificadas las medidas punitivas: las causas de sanción no existen o de plano a PiSA se le imputan actos que no le corresponden o no ha cometido. Eso no significa que esa empresa sea una blanca paloma, pero tanta pifia gubernamental sólo confirma que la administración de López es fielmente juarista: a los amigos, justicia, gracia y adjudicaciones directas; a los enemigos, Santiago Nieto y la Cofepris a secas.

López Obrador no cree en la neutralidad del gobierno, su “justicia” no sólo no es ciega, sino que tiene visión arbitraria: tiene doble medidor y confunde la equidad con el despotismo del líder. Las conductas son sancionadas conforme a la identidad del infractor, llegando al absurdo de intentar castigar a quien no ha cometido falta alguna, por el mero delito de portación de cara de fifí o de asociación con mis enemigos.

Y ese es el gobierno que va a acabar con la corrupción. Vaya. En realidad, lo único que el obradorismo ha hecho es intentar borrar del mapa a sus competidores. Y usar selectivamente el poder del Estado es una de las peores formas de corrupción: aunque le irrite a la 4T, ese fue el modo de operar de un gobierno europeo, encabezado por un fracasado dibujante austriaco, que asesinó seis millones de inocentes… sólo porque eran competidores de los amigos del régimen.

Qué miedo. Sólo queda esperar que estos sátrapas se larguen lo más pronto posible. Pero eso es exclusiva responsabilidad de nosotros…

 

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