jueves 28 marzo 2024

Los reptiles burgueses

por Alejandro Vázquez Cárdenas

Este título corresponde a un artículo escrito por José Ingenieros hace más de un siglo, en el ya lejano año de 1897 para ser más exactos. Pero vayamos por partes. José Ingenieros  (1877-1925)  filósofo argentino, nacido en Buenos Aires, aunque algunas biografías ubican su nacimiento en Palermo, fue un personaje que ejerció una gran influencia en el pensamiento de su tiempo. Médico de profesión, fue uno de los pioneros de la psicología en su país, participando en el positivismo, corriente de moda por esa época, siendo quizá la última gran figura de ese pensamiento característico del siglo XIX. Escribió, entre otras muchas obras, Psicología genética y El hombre mediocre, esta última quizá su obra más importante en el área de la psicología social, en la que describe al hombre producto de sus circunstancias, moldeado por el medio, sin ideales ni individualidad.

Hombre polifacético, practicó con éxito el periodismo; como médico se especializó en las áreas de neurología y psiquiatría llegando a ser Presidente de la Sociedad Medica Argentina. Además de dirigir su periódico bimestral, “Seminario de filosofía “, mezcló su pasión por la ciencia con una ética social acentuada. En sus múltiples actividades demostró una gran capacidad por lo cual fue considerado un verdadero intelectual en su tiempo.

Después de esta larga introducción comento la razón de escribir esto. A falta de mejores cosas que hacer me di a la tarea de observar partes de las  comparecencias de algunos funcionarios de la llamada 4T en la Cámara de Diputados ¿cuáles?, da igual, todos están cortados con la misma tijera de la mediocridad como resultado de seguir la vacilada de 90% honestidad con 10% de capacidad.

El resultado de estas comparecencias es un deprimente espectáculo donde los  legisladores de MORENA y sus satélites como el PT y PVEM, carentes de ideas, de talento y oficio legislativo se dedican a exhibir, con un discurso burdo y ramplón, su enorme capacidad de sumisión a las instrucciones de su Mesías y cuando lo consideran necesario mostrar su amplio catálogo de resentimientos, fobias, filias, medias verdades y mentiras completas. Ahora que si el funcionario que comparece no pertenece a la secta MORENA, la bancada de dicho partido y sus acólitos en lugar de argumentar, se dedican a agredir utilizando un lenguaje cavernario.

Cuartoscuro

Observando y escuchando a personajes como Gerardo Noroña y otros de similar catadura me vino a la mente un texto de José Ingenieros a propósito de una cámara legislativa, en su caso se refería  a la de la Argentina  y, ventajas de la tecnología, en una rápida búsqueda  lo encuentro;   releyéndolo considero que aplica perfectamente a la actual legislatura (y a la pasada, y la pasada etc.). El artículo tiene por nombre precisamente el que encabeza este artículo “Los reptiles burgueses” del cual transcribo a continuación una pequeña parte. No quito ni pongo una sola coma.

“Las mediocres calvas untuosas, abrillantadas por venerables secreciones, que guardan los cerebros inmaculados en que incuban las quintaesenciales sabidurías, están sesionando; la Cámara está en número. En los polos opuestos de las calvas crujen los elásticos suaves y aterciopelados de las cómodas poltronas, saturados de pudor y de vergüenza al sentirse deprimidos por las tibias adiposidades de las sudorientas nalgas burguesas.

La ley de la selección servil ha congregado a los burgueses más mediocres, a los más reptiles, en ese antro de manejos infamantes; la moral y el decoro se han asfixiado al trasponer los dinteles de sus puertas; si algún inteligente pudo llegar al foco de la infección legislativa ha sido envuelto y ahogado por la espuma gris de las olas de la corrupción ambiente.

¿Y cómo dudar de que el Parlamento argentino sea un templo de los mediocres? ¿Son hombres de talento? ¿Son economistas, filósofos, hombres de ciencia, literatos o siquiera esa mezquina cosa que se llama hombres políticos? No. Son advenedizos sin más mérito que haber sabido flotar en la marea política burguesa a fuerza de incondicionales sumisiones y de pasivas obediencias, a los empresarios del gran teatro parlamentario nacional. De la misma manera que flotan las sustancias fecales en la superficie de los líquidos de un orinal.  Se titulan “representantes del pueblo”. ¡Demasiado sabe el pueblo que esos reptiles no son sus representantes!”.   Hasta aquí la transcripción.

Este artículo fue escrito el 15 de agosto de 1897, cuando el autor tenía 20 años de edad. ¿Algún parecido con México?; el lector tiene la respuesta.

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