miércoles 17 abril 2024

Los fideicomisos y la consolidación de la retaguardia

por Julián Andrade

En los próximos meses sabremos del destino final de los 68 mil millones de pesos que la Cámara de Diputados, por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió incautar.

Lo que ya sabemos es que no habrá recursos para las finalidades de múltiples de estos instrumentos de financiamiento, aunque digan lo contrario. ¿Por qué? Muy sencillo: si existiera interés en apoyar los proyectos relacionados con la ciencia, el cine, el deporte, la academia y la protección a las víctimas de delitos, no se habría procedido a dejarlos en la incertidumbre y sin dinero.

¿Qué los apoyos serán directos? Otro absurdo, porque los presupuestos para la investigación, por dar un ejemplo, muchas veces están empalmados entre dependencias y organismos, algunos inclusive internacionales.

En el problema, me temo, es que en la actual administración entienden la utilización de los dineros públicos sólo desde su utilidad clientelar. ¿Para qué queremos científicos si podemos tener brigadistas? ¿Proyectos de vanguardia? Para nada, al parecer es mejor consolidar la retaguardia.

Es vergonzoso lo que está ocurriendo, porque revela los reflejos aldeanos de un grupo político empeñado en destruir los centros de élite para establecer la mediocridad como norma.

¿Mandarán a un siervo de la nación a la Universidad de Columbia en Nueva York para pagar las colegiaturas de los becarios? ¿Supervisarán los comisarios de la 4T los guiones de las películas que se producen con apoyo del Estado? ¿Se podrán comprar libros para fortalecer las bibliotecas? No es chiste, todo esto es una posibilidad y ello para los que tengan la fortuna, que serán los menos, de contar con algún tipo de respaldo.

Dicen que había corrupción y aviadores en instituciones que contaban con fideicomisos. No han dado prueba alguna de ello y no se conoce de la presentación de denuncia alguna al respecto.

No lo harán, porque saben que es otra falsedad y que lo que requieren es continuar injuriado y difamando a intelectuales, científicos y artistas. A muchos los utilizaron durante la campaña presidencial, pero ahora les temen, porque es junto con los centros de reflexión donde ya se tiene claro el tamaño del daño que se ha hecho en apenas dos años.

¿Qué algunos fideicomisos funcionaban con opacidad? Les hubieran exigido transparencia y cuentan con forma de hacerlo, pero tampoco esa era la intención. Decidieron que ese dinero es de la 4T y procedieron en consecuencia, sin reparar en el costo y los riesgos que esto implicará para el futuro de México.

 

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